Capítulo 4: Hadas madrinas

377 52 27
                                        

Había pasado ya dos semanas desde que conocí a Tommy y aunque no nos viéramos seguido... por no decir que solo habíamos estado uno frente al otro en dos ocasiones, yo diría que estamos llegando a ser muy cercanos, demasiado, y cada vez escribe más seguido, lo cual agradezco porque no quiero que se note que soy un desesperado y ansioso que quiere hablar con él todo el tiempo.

Justo ahora me encontraba enviándole mensajes a Tommy en clase. Sí, no me iba bien en química y lo que debería estar haciendo era prestar atención pero es que... Tommy contándome su mañana se me hacía muchísimo más interesante que la clase y ya sé, ya sé, tiene sentido que mi actitud encaje con la de una persona que ya está total y perdidamente enamorada, pero todavía me encontraba dudoso.

Poppy y Boom dejaron de mencionarlo tan seguido, seguramente porque dejó de hacerles gracia o porque empezaron a tomarme más enserio; sea cualquiera de las dos, me aliviaba en gran medida. Eso hasta que sonó el timbre que anunciaba la finalización de mi clase y cierta persona había decidido hacerme una visita.

—Vaya, ¿qué te trae por aquí? — Dije acercándome a la salida del salón donde Minnie esperaba feliz y emocionada.

—Pues... me gustaría saber si quieres ir conmigo al parque de atracciones este fin de semana. — Se colocó el cabello tras su oreja todavía sonriendo. Cuando empezamos a hablar y a quedar... es cierto que me gustaba, pero quería esperar un poco a sentirme más atraído. Ahora me doy cuenta que funcionó en sentido inverso.

—Lo siento, este fin de semana voy a ir a visitar a mi tía. Vive a dos horas de aquí y quiero aprovechar que no me han cargado de tarea lo suficiente. — Mentí a medias. Era cierto que visitaría a mi tía, lo que no era cierto era la fecha.

—Oh... ya veo. No hay problema, será en otra ocasión.

—Claro. — Era la primera vez que rechazaba una invitación suya.

En cuanto se fue del lugar Boom se acercó a mí por detrás y me pellizcó de ambos lados de la cintura, enseguida un escalofrío me recorrió toda la espalda. Me di la vuelta medio riendo y medio desconcertado. Lo miré esperando obtener una respuesta a su acto.

—¿Dudoso por si te gusta o no? — Fue lo primero que dijo.

—Me das mucho miedo. Ni siquiera viste mi cara mientras hablaba con ella y acabas de acertar.

—Cosas de mejores amigos, talvez. — Presumió.

—Prueba a salir con Tommy otra vez. — Habló Poppy uniéndose a nosotros.

—Es P'Tom para ti — y para mí también, pensé. — ¿Y crees que no quiero?

—¡Wow, wow, wow! — Exclamaron los dos al mismo tiempo. — De verdad lo dijo. — Dijeron. Sus mentes estaban a un nivel de sincronización superior a este mundo, seguro.

—¿Sí debería hacerlo?

—¿En qué habíamos quedado? — Me preguntó Poppy y pasó un brazo por mis hombros. — Te darás cuenta al instante de quién te interesa realmente en un sentido... romántico — hizo una expresión divertida y su sonrisa era ladina.

—Quita esa cara o te la quito a golpes. — Bromeé.

Poppy simuló estar asustado y se alejó de mí.

Me despedí de ellos en cuanto salí del edificio de la facultad y aunque casi salgo atropellado por un auto cuando intentaba llegar a la parada de autobús, pude llegar al trabajo en una sola pieza. Aún así parece que mi dedicación y voluntad no estaban siendo suficientes para el viejo, eso, o que el negocio estuviera yendo de maravilla como para que haya otro empleado a parte de mí. De verdad me sorprendió hallar a otra persona detrás del mostrador. ¿Significaría entonces que me tocaría hacer los ramos?

Polaris [Mii2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora