Capítulo 24

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- Vámonos Al, llegaremos tarde- gritó el rubio desde abajo, el menor se había tardado sospechosamente mucho más de lo normal en arreglarse.

- aquí estoy, no hagas drama- dijo bajando, no le entusiasmaba para nada la idea de ir a cenar con Matilda.

Tocaron la puerta al estar frente a la casa de la chica, y unos grandes ojos los recibieron, era el hermano de Matilda, Arthur, quien los dejó pasar.

-Estoy poniendo la mesa, me ayudan?- dijo la voz infantil del menor. Ambos chicos asintieron y lo siguieron.

El lugar se veía un poco desordenado debido a la reciente mudanza, pero en general era acogedor, llegaron al comedor que estaba frente a la cocina, donde pudieron ver a la muchacha aún cocinando lo que comerían.

- siéntanse en casa, serviré la cena en un momento, me alegra que hayan venido- dijo la castaña acercándose finalmente a ellos, Albus casi había olvidado que no le agradaba hasta que la muchacha se acercó y le dio un largo abrazo al rubio, quien solo se paró esperando a que esta se separara. Y tuvo el descaro de levantarle una ceja con una sonrisa maliciosa mientras veía con diversión al pelirrojo, quien tenía una cara de desagrado.

- Sentémonos, Albus, te molesta sentarte al lado de Arthur? Me ha dicho que le agradaste mucho- dijo ella mientras atraía al rubio al asiento a su lado, mientras Albus con ya casi inexistente paciencia solamente asintió sentándose al lado del Niño, quien le dedicó una sonrisa.

La cena pareció una eternidad para el pelirrojo, ver a Matilda cada ves más cerca de Gellert, ya sea cuando tomaba su brazo, se apoyaba en su hombro mientras reía o simplemente lo observaba, sentía algo dentro que no le gustaba para nada.

- Matilda, me permites tu baño un segundo?- la chica solo asintió y él se levantó con claro disgusto hacia los dos frente a él, estaba molesto incluso con Gellert por no detenerla.

El rubio sabía que Albus estaba molesto, y que cuando regresasen a casa probablemente le gritaría o lo ignoraría, y eso no lo dejaba tranquilo.

Albus jamás había sido una persona insegura, con su intelecto, habilidades mágicas y apariencia, simplemente no había razón, pero en ese preciso momento sentía tantas inseguridades rondando su cabeza.

Matilda era una chica linda, sus ojos eran como el otoño, y su cabello parecía suave. No se sorprendería si Gellert lo dejase por ella, después de todo ella es una chica.

- Albus? Estas bien?- la grave voz del rubio tras la puerta lo sacó de sus pensamientos- puedo pasar?- se escuchó nuevamente, no contestó.

La puerta se abrió despacio, y el rubio vio al menor, quien se veía ido, estaba empezando a preocuparse por él.

- me iré a casa, quédate si quieres- dijo únicamente zafándose de las manos del mayor, y salió por la puerta, escuchó como se despedía y lo escuchó salir de la casa.

- escucha, tengo que ir a ver qué Albus esté bien, lo siento- dijo cuando la chica trataba de convencerlo de quedarse.

Cuando logró salir de la casa, vio la figura del menor caminando despacio. Corrió hasta éste y trató de detenerlo.

-Albus, qué te sucede?- preguntó tomándolo de la manga de su abrigo.

- qué me pasa? Ustedes dos me pasan! Esta mañana me hablabas de niños y ahora estás a punto de amontonarte con ella!- dijo molesto dándose la vuelta de nuevo.

-Al escúchame, perdón si? Si hice cualquier cosa que te hizo sentir mal con respecto a Matilda, ella no causa nada en mi, jamás haría nada con ella, sabes por qué?- tomó algo menor de los hombros y lo volteó para quedar frente a frente- porque estoy enamorado de ti, quiero vivir contigo y que quizás un día uno o dos niños nos despierten por las mañanas, y poder decir que mi novio es el auror. Porfa, no te molestes conmigo, si? No estaré cerca de ella si así lo quieres... lo prometo- dijo extendiendo su mano hacia el menor, quien dudó antes de tomarla.

- interesante manera de proponerme tener hijos- dijo el menor antes de juntar sus labios con los del rubio- vamos a casa, hace frío aquí.

El mayor se quitó su abrigo y lo puso sobre los hombros de Albus, quien no refutó porque siempre que lo intentaba Gellert le decía que en su país eso era apenas una brisa.

A la mañana siguiente, la casa de los Dumbledore era un desastre, Albus tenía que presentarse en el ministerio de Magia, y estaba haciendo una escena porque no sabía qué usar.

- Cómo me veo? crees que es mucho?- el pelirrojo se preguntando a Gellert como por quinta ves- probablemente es mucho y no me tomen en serio, debería cambiarme- dijo empezando a desvestirse pensando en qué usar.

- Al, llegarás tarde, te ves muy bien así, es tu estilo y bastante formal al mismo tiempo, debes irte ya querido- dijo Gellert volviendo a ponerle el abrigo- te irá muy bien, ya lo verás, ahora vete- dijo dejando un beso en su frente mientras lo llevaba arrastrado a la puerta.
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Hola!! Perdón la demora (de nuevo) aquí está el nuevo cap :)

Grindeldore- Albus eres mi luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora