La mañana era bastante calmada, más fría de lo normal, Albus despertó como siempre para hacer el desayuno a sus hermanos. Empezó a servir los platos acompañados de los panes que Bathilda les había enviado la noche anterior.
- Buenos días Albus- dijo Aberforth bajando las gradas y acercándose a la mesa para comer, seguido de Ariana.
- Qué te pasó en el cuello?- preguntó la niña al ver la marca rojiza en el cuello de su hermano, totalmente inocente. Al contrario de Aberforth, que sabía qué era esa marca.
- Si Albus, qué es eso en tu cuello?- siguió la corriente Aberforth para molestar a su hermano, quien ya tenía la cara roja y su mano cubriendo el chupon, obra por Gellert.
- Eh... m-me caí en el bosque- dijo mirando a otro lado.
- Te caíste en tu cuello?... o en Gellert?- dijo Aberforth en voz baja para que la niña no lo escuchase, pero lo suficientemente fuerte para que Albus lo escuchase.
-Aberforth- dijo algo sorprendido Albus- mira se te enfriará la comida, coman ya- dijo cambiando de tema para que dejasen de poner atención a su cuello.
Siguieron su comida tranquilamente, Albus estaba algo ansioso por ver a Gellert en el bosque nuevamente, quería contarle lo de sus hermanos, y decirle que por mucho que le guste, no vuelva a dejar una marca así tan visible.
- Puedo llevar a Ariana al zoológico mágico hoy? Llevarán un mono chino brillante- dijo Aberforth, quien amaba los animales al igual que la niña.
- Claro, solo tengan cuidado y regresen antes de las 6- dijo tranquilo, algo feliz porque podría pasar bastante tiempo con Gellert sin preocuparse de volver tan temprano.
- Saldrás con Gellert de nuevo?- preguntó la niña al ver la sonrisa que su hermano tenía.
- eh si... iremos al bosque de nuevo- dijo mirando su plato.
- ten cuidado de no volverte a caer, puedes lastimarte- dijo Aberforth para molestarlo nuevamente.
-Aberforth basta- dijo un poco nervioso Albus antes de subir a su habitación para alistarse e ir a ver a Gellert.
Salió de su casa y compró fresas en el camino, quizás a Gellert le gustarían pensó. Entró al bosque bastante tranquilo, iba toqueteando su colgante con su mano derecha. Llegó al claro y no vio a Gellert ahí, usualmente Gellert era mucho más puntual que él, pero esta ves parecía haberse atrasado un poco, decidió sentarse y esperarlo.El clima era bastante calmado y agradable, estaba viendo las montañas y empezó a comerse las fresas que había traído para él y Gellert... -Qué le habrá pasado?- pensó al ver en su reloj de bolsillo que había pasado una hora desde que habían quedado de verse.- se había arrepentido de ayer?- Los pensamientos e inseguridades crecían dentro de Albus, sentía que había hacho algo y había espantado al rubio.
Abrió los ojos al sentir la fría brisa de la noche en su rostro, Gellert nunca llegó, se levantó del suelo, su reloj indicaban las 5:30 de la tarde, y decidió volver. Con su varita iluminó su camino, se sentía traicionado, Gellert lo había dejado plantado.
Llegó a su casa algo desanimado por cierto rubio que lo había dejado plantado, pero aún así le dedicó una sonrisa a sus hermanos cuando lo saludaron y le contaron de los animales que habían visto en el zoológico mágico. Le alegraba ver a sus hermanos tan animados después de tanto tiempo en silencio y oscuridad total. Le dio las fresas que restaban a su hermana y se fue a dormir después de un rato. Esa noche le costó dormirse más de lo usual, no podía sacar de su mente al de la cabellera rubia, por qué no había enviado una lechuza? tampoco mencionó nada cuando había estado ahí la noche anterior.
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Estaba frente a la que por años fue su casa, esa mansión tan oscura y fría en la que nunca fue aceptado. Se notaba el abandono en el que se encontraba. Entró por la puerta principal y la puerta se cerró tras él, no sabía si era porque se había acostumbrado al cálido ambiente que lo había recibido el valle de Godric pero extrañamente tenía una sensación muchísimo más fría y oscura en ese lugar, sacó su varita por si a caso - Hola?- preguntó en voz alta, alguien le había dicho que fuese ahí, pero no sabía qué esperar.
Al no obtener respuesta subió a la segunda planta, sonde se encontraban las habitaciones, incluyendo la que solía ser suya, fue caminando por los solitarios pasillos hasta llegar a su puerta, dudó en abrirla pero finalmente decidió entrar. Todo seguía ahí como lo había dejado el día que se fue, los desordenados libros en su escritorio, en el suelo, los pergaminos de investigación, hojas manchadas de tinta, y las paredes dañadas de hechizos fallidos. Estaba tan concentrado viendo su antigua habitación que no había notado el cambio en la atmósfera, el frío que repentinamente lo rodeó y el vacío en su interior hasta que ya estaba demasiado cerca.
Una fuerza fría lo golpeó por detrás y lo hizo caer, para cuando tomó su varita en mano, ya tenía el dementor sobre él, llevándose la poca felicidad que había tenido en su vida, era como si viese sus recuerdos felices pasar frente a él y volverse oscuros, sorpresivamente todos ellos tenían a un chico pelirrojo en ellos, Albus. Estaba paralizado.
Hasta que divisó una luz intensa blanca provenir de la puerta de la habitación, que hizo que el dementor se fuese, dejándolo en paz, aunque tan solo unos segundos después cayó inconsciente en la misma posición en la que se encontraba.
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Hola!!! Como están? espero que muy bien, gracias por leer este capítulo. Quién creen que salvó a Gellert? Esperen el siguiente capítulo para descubrirlo :)
Por cierto, lamento que este sea un poco más corto pero mañana tengo clase y pues hay que mimir xd. Adiós!!
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Grindeldore- Albus eres mi luz
FanfictionUna de mis parejas favoritas, muchos conocen la historia de este amor tan trágico, pero, y si cambiamos un poco las cosas? Estuve mucho tiempo buscando una historia de estos dos con un final menos doloroso y no la encontré, así que decidí escribirl...