Episodio 09: ¿Y el Monte Natagumo?

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-Despierta, vamos despierta- Un miembro de los Kakushi lo zarandeaba- Vamos, estás en frente de los pilares ¡Muestra más respeto!

¿Qué hacía allí? ¿Quiénes eran esos sujetos? ¿E Inoko? ¿Por qué su garganta y cuerpo dolía tanto? ¿No estaban en una posada?

¿Cómo pudo olvidarlo? Seguro fue el fuerte golpe que le dio la chica de la selección final y dejó noqueado.

Después que Inoko le convenciera de ir con ellos a sus misiones, tras dormir y partir al monte Natagumo. Descubrieron que lo que parecía en un inicio una misión normal, sería un duelo casi a muerte, ya que varios cazadores de hasta rango superior habían caído.

Tal como habían quedado, en ningún momento Inoko se apartó de su lado, y de hecho le fue muy útil tenerla en la batalla, era un prodigio en la lucha con espada a pesar de no haber sido instruida antes y su sentido del tacto superdesarrollado sirvió para localizar a uno de los enemigos.

Todo iba casi en orden hasta que un gran demonio, lo mandó volando separandolo de su novia, la cual ni si quiera se había recuperado de sus anteriores heridas.

Tras varios sucesos al encontrarse con la quinta luna menguante y con la vida de su hermana en riesgo, ya no pudo ni ir al rescate de su amada. Tomioka los termino salvando, aunque luego fueron apresados ya que estaban en problemas por romper parte del código de cazadores.

...

Estaba terriblemente cansado y luego de su juicio con los pilares y aprobación de Ubuyashiki-sama, el cuerpo Kakushi llevaba a los Kamado a la finca mariposa donde podrían descansar.

-¡Tanjirooo~!- Zenitsu lloraba al reencontrarse con su amigo en las camillas de la enfermería principal- ¡Estás bien! ¡Estaba tan asustado, casi me convierten en una araña mutante!

-Zenitsu ¿Te animaste a ir a la batalla?- La última vez que lo vio fue antes de entrar al monte, llorando y suplicando no participar- Me alegra también verte con vida.

-No sé cómo sobreviví pero aquí estoy- Moqueaba demasiado- El único problema es que quieren darme una asquerosa medicina cinco veces al día ¡Sabe horrible!

-¡Ya te dije que si no la tomas, tu cuerpo no volvera a la normalidad!- Una joven con coletas le regañaba- ¡Deja de causarnos problemas y tomatela de una vez!

-¡Gyaah! ¡Nooo!- Se negaba el rubio haciendo un show.

¿Habría sobrevivido Inoko? No quería ni imaginar lo contrario pero ¿Dónde podría encontrarse? ¿También la llevaron a esa finca o la habían regresado a su hogar?

-Aoi-san, disculpa, de casualidad- Preguntaba a la enfermera muy preocupado- ¿Han llegado a tratar aquí a una joven con máscara de jabalí?

-¿Jabalí? Ah, síp. Le insistí para que se quedara en otra habitación pero se negó a ser separada de este escandaloso- La de ojos azules corrió una cortina, en la cual estaba la cama de la joven apartada del resto- Tiene la mandíbula fracturada y fueron tratadas ya sus hemorragias con las que llegó, afortunadamente no hubieron cicatrices.

Al verla allí tan débil, con un aura triste y su máscara puesta. Kamado, a pesar del dolor, corrió hacia ella abrazandola sin dejar de llorar por su reencuentro.

-Inoko, estás viva. Gracias al cielo. Lo siento, perdóname enserio- Sollozaba sin dejar de aferrarsele- Debí haber ido contigo antes y te dejé sola. No volverá a pasar... No volveré a dejar que te lastimen otra vez.

-Descuida, fue mi culpa- Tenía la voz completamente ronca- Lo lamento, fui muy débil... Así nunca podré vencer a mi padre. Debería rendirme.

-¡No digas eso, Inoko! ¡No eres débil para nada!- Intentaba animarla, no le gustaba oírle deprimida- ¡Estás aquí con vida y pudiste ser mejor incluso que otros cazadores! Eres fuerte ¡Después de todo eres la gran princesa jabalí! No fue una misión fácil, eso es todo.

Oh, mi adorada princesa jabalí! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora