Episodio 10: Tortolitos

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Tres pequeñas niñas traían el desayuno para los enfermos. Fue en eso, cuando la que llevaba dos trenzas se detuvo en la entrada antes de poder ingresar.

-¿Qué ocurre, Naho-chan?- Preguntaba la de coletas- Debemos de despertarlos o sino la comida de Aoi-senpai se enfriara.

-Shh, Sumi-chan mira- Le hizo una seña a las dos- Tú también, Kiyo-chan ¿A qué no les parece romántico?

Las dos hicieron caso a su amiga y en cuanto vieron de qué se trataba, suspiraron emocionadas.

En una de las camillas, el joven cazador de cabellos burdeos dormía sonriente mientras abrazaba de la cintura a la azabache que descansaba en su pecho y le arrebataba la mitad de la sábana.

Justo ayer Aoi había llegado a trasladar en la tarde a Inoko a una habitación propia, ya que en definitiva no toleraba que durmiese junto a otros chicos y mucho menos, después de enterarse que Tanjiro era su pareja.

Aún así, eso no detuvo a la chica jabalí en huir de su cama a medianoche y escabullirse hasta donde estaba su novio para dormir con él.

Kanzaki probablemente no aprobaría aquello al considerarlo indecente. No obstante, las pequeñas al ver la escena suponían que exageraba.

-¡Se ven tan lindos juntos!- Comentaba Kiyo- Da pena despertalos.

-Sí ¿Creen que sería bueno dejarles un rato más así?- Naho consultaba- Solo por hoy, claro...

En eso, se escondieron mejor tras la ranura de la puerta al escuchar el bostezo del de pendientes.

-Preciosa- El joven al despertar acariciaba con su mano libre el rostro adormilado de su chica- Ino-chan, despierta princesa.

-Mnm, no...- Enredaba más sus piernas con las ajenas- Déjame dormir, Monjiro.

-Bien, cinco minutos más- Besó la frente con delicadeza y le cubría mejor con la sábana- Pero, luego vas a tu cuarto. No querrás hacer enfadar a Aoi-san.

-¡Kyaah, Tanjiro-kun es un chico tan dulce!- Las niñas se emocionaban tras ver aquel gesto.

...

Otro día de descanso en la Finca Mariposa y la pilar insecto iba junto con Kiyo a visitar a los enfermos.

-Inoko-chan, voy a pasar- Shinobu entraba a su cuarto- ¿Cómo se siente tu garganta hoy?... Ara, ara, no sabía que interrumpía algo.

-¡Kyaah!- Kiyo chillaba enternecida.

Hashibira estaba sentada encima del regazo de Kamado, quien le leía un pequeño cuento para que se familiarizara con los caracteres.

Ella tenía unas galletas de arroz que había robado de la cocina y escuchaba atenta mientras no paraba de masticar, manchandose de migas las mejillas.

Justo cuando su novio le retiraba las migajas del rostro y posaba un suave beso cerca de sus labios, había entrado la pilar, quien sonreía de oreja a oreja.

-¡Ah, Shinobu-san! Descuide, no pasa nada- Se separó muy avergonzado de haber sido captado así- Yo... Solo estaba aquí de paso para que Inoko no se aburriera.

-Qué considerado ¡Oh! Pero no te vayas Tanjiro-kun- La médico le pedía- Necesito que sujetes de los brazos a Inoko-chan por unos instantes.

-¿Sujetarla?- Volvía a su anterior posición intentando obedecer a su superior- ¿Y eso por qué?

-Kiyo-chan, mi maletín por favor- Sacaba una jeringa y una gasa- Ah, es que necesito administrar algo de medicina a Inoko-chan, ayer fracase y hoy seguro...

Oh, mi adorada princesa jabalí! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora