Episodio 21: El Único

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La pilar insecto escribía en su libreta, para luego administrar una inyección a una joven azabache de puntas azuladas.

-Listo, con eso sería suficiente- Le sonreía dulcemente a la menor- ¿Ves que cuando una se acostumbra ya no duele?

-Siguen sin gustarme las agujas- Hacía un mohín con sus labios- ¿Por qué siempre debes pincharme? Ya estoy bien, no me siento enferma.

-Sabes que es difícil para ti cada vez que pierdes muchas sangre en alguna misión- Le recordaba- Sino te diera suministros de hierro seguido, tal vez ni podrías mantenerte de pie... Inoko-chan ¿Me estás escuchando?

La joven jugaba con una mariposa que se había asomado en la ventana- ¿Eh? ¿Decías algo?

-Inoko-chan, estoy hablando enserio- La llevaba a tomar asiento y cerraba la persiana- No sé si se trate de una enfermedad rara o es algún tipo de maldición de Douma. Pero, por ahora, lo más recomendable es que dejes las batallas por un tiempo ¿Me lo prometes?

-No quiero- Odiaba aquello, ella no quería ser tachada de débil- Voy a seguir luchando con Kentaro y Monistu... Y así un día, venceré a papá.

-Si empeoras no podrás ni seguirles el paso, Inoko-chan- Intentaba hacerla recapacitar-¿Al menos lo pensarás? Por favor, hazlo por mí.

-Bien, lo pensaré- Le tenía mucho cariño y respeto a la pilar insecto- ¿Ya puedo irme? Quiero ir a visitar a Santaro.

-Anda, pero no corras en los pasillos- La dejaba libre. Cuando se fue, la mayor cambio su usual sonrisa a una expresión molesta- Douma, maldito demonio. Si esta es otra de tus técnicas lo pagarás muy caro.

Kochou últimamente no estaba de muy buen humor, y es que hace una semana y media, cierto demonio se había infiltrado una noche en la finca Mariposa.

Y no podía tratarse más que la segunda luna superior, puesto que no era casualidad que tras esa noche, Hashibira hubiese despertado de su estado en coma, sin ningún rastro de veneno ni cicatrices en el pecho.

¿Cómo sabía el paradero de su hija y estado de salud? ¿Y cómo había podido escapar de su sistema de seguridad? Realmente odiaba a ese demonio.

...

Inoko iba directo a la habitación de Kamado como acostumbraba a diario, cuando en el camino se encontró con un conocido.

-¡Dios de las festividades!- Era el ex pilar del sonido- Haha, te ves terrible.

-Pues tú no pareces haber sido apuñalada, Reina de las montañas- Tengen le saludaba dándole un pequeño empujón- ¿Tienes un minuto? Ven, sígueme.

-¿Huh?- Ya no era técnicamente su superior pero aún así le acompaño hasta el fondo de uno de los pasillos donde el personal kakushi no solía pasar.

-Seré directo contigo, niña- Una vez solos, le dijo a la más joven- Me sorprendiste en la batalla, aun cuando tu forma de pelear fue algo improvisada y poco ortodoxa resultó ser muy extravagante. Vente a vivir conmigo junto a Makio, Suma e Hinatsuru.

 Vente a vivir conmigo junto a Makio, Suma e Hinatsuru

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