Tres jóvenes partían a la gran ciudad. Su próxima misión era en equipo y debían subir al "Tren Infinito" que partiría en tres días.
Como siempre, aquello implicaba que caminaran un largo trayecto hasta su destino. Ya llevaban dos días de viaje y pronto llegarían, solo que había algo que incomodaba a cierto chico con una cicatriz en la frente.
-Inoko ¿Tienes hambre?- Ya era mediodía y solían tomar un descanso a esa hora- Creo que aún nos quedan algunas provisiones de ayer.
-No- Respondía secamente mientras apresuraba el paso y tomaba distancia de Kamado.
-Yo sí estoy hambriento, Tanjiro- El rubio estaba cansado de caminar- ¿Puedes darme un onigiri a mí?
-Claro, ten Zenitsu- Detuvo el paso para poder almorzar junto a su compañero- ¡Inoko! ¡Vamos a parar un momento! ¡Vuelve!
La joven gruñó y entonces volvió hacia donde estaban, solo para robarle su comida a Zenitsu y distanciarse dándoles la espalda.
-¡Oye, bestia! ¡Dijiste que no tenías hambre!- Se quejaba el de respiración del trueno- Tanjiroo, dile a Inoko que deje de quitarme mis porciones.
-Ino-chan, por favor- La regañaba aunque no sirviera de nada- Debemos de racionar la comida adecuadamente o sino no nos quedará lo suficiente para resistir todo el viaje de ida y vuelta.
-¡Argh! ¡Bien! ¡Si tanto quiere esta cosa que se lo coma y calle!- Molesta, la chica jabalí le estampó medio onigiri en el rostro a Agatsuma- Solo ¡Déjenme en paz un rato!
Y se alejó de los dos, adelantándose en el camino.
-¡¿Qué carajos le pasa?! Ha tenido el carácter más insoportable de lo usual desde que partimos- Se intentaba limpiar el arroz del rostro- Y lo peor es que solo se mete conmigo ¿Es esto a lo que llaman los días malos de las mujeres?
-No lo sé, ni siquiera quiere hablarme o me deja tomarle la mano- Tanjiro suspiraba- Se ha apartado totalmente de mí y no entiendo porqué.
-¿Qué fue lo que le hiciste?- El de haori amarillo insinuaba- ¡Oh no! Tanjiro, no me digas qué acaso tú... No creía eso de ti, pensé que eras más noble y educado.
-¿Perdón?- En eso le susurró al oído a lo que se refería y se ruborizo- ¡Que no! Zenitsu, por favor ¿Podrías de dejar de tratar esos temas cada vez que te menciono una situación con mi novia? ¿No te da vergüenza?
-Vamos Tanjiro, no te hagas el inocente. Mis pobres oídos han tenido que soportar incontables noches que se dieron "cariñitos"- Se hacía la víctima- No es de extrañar que sospeche que ya has llegado a sobrepasarte y... ¡Maldito suertudo! ¡Deja de esconderlo y cuéntame cómo fue! ¿Se sintió bien?
-¡Que no lo hice! Solo son simples besos y tal vez, caricias.... ¡Zenitsu! Esas cosas no pienso contarlas ¡Son privadas!- Sermoneaba al otro- En fin, olvidando eso. No recuerdo haber hecho algo que moleste a Inoko últimamente.
-Piensa bien, debe haber algo que hayas dejado pasar- Intentaba ayudarle- Quizás... ¿Le moleste su uniforme? No sé, es lo único que se me ocurre.
-Puede ser, Maeda-san no llegó a traer el reemplazo a tiempo y tuvimos que partir sin más- Para solucionar lo del escote habían vendado su pecho- No soportaba llevar la falda corta, si mal no recuerdo... ¡Ah, lo tengo! ¡Ino-chan~!
-¡¿Qué quieres?!- La azabache enserio no tenía ánimos de tratar con él.
-Eh, solo quería ver si esto te hacía sentir más cómoda- Se quitó su haori y lo amarró a su cintura cubriendo mejor sus piernas.
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Oh, mi adorada princesa jabalí!
FanfictionContinuación de "La doncella de la casa de las glicinas". Sinopsis: -Disculpa ¿Te conozco? ¿Quién eres y qué haces aquí? -Estas bromeando, Ino-chan ¿Cierto? Sabes quién soy, ya sabes, Kamado Tanjiro, nosotros... -Pues debes confundirme con alguien m...