Capitulo 1

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La loca.

— Hasta luego señor Sanders.

Sonrió devolviendo el gesto a la recepcionista.

Camino lo más rápido saliendo de la empresa y dirigiendome al estacionamiento, estoy estresado que solo quiero ir a casa, no quiero chicas en este momento, ahora debía pensar en algo más importante que es el contrato y mis ganancias.

Iba tan sumergido en mis pensamientos, ni siquiera estaba consciente de que estaba manejando a gran velocidad, pero no me importaba la verdad. Al final del día este era yo, desde hace un tiempo me sentía desesperado, muy ansioso. Necesitaba calmar los pensamientos constantes de mi cabeza, porque siento que me volveré loco.

Estaba estresado, tuve un día muy pesado estaba de mal humor como siempre y aparte me dolía la puta cabeza, trate de distraerme observando las calles desiertas, se ve que no hay nadie, todo está tan tranquilo solo autos y más autos, claro es entre semana y ya es noche no es muy normal ver gente caminado a esta hora.

Vuelvo mi vista al frente y freno de golpe, notando que hay una chica en medio, mierda por poco la atropello, respiro con pesadez esperando que avance pero no lo hace, eso me pone de peor humor, por fin habla o mejor dicho me insulta.

No es mi culpa que cruce sin fijarse, desvíe mi mirada a otro lado.

— Deberías de fijarte tu loca— subo mi tono de voz debido a que estoy dentro del auto, solo estoy esperando que se mueva.

Esta estresandome.

La chica exige una disculpa, golpeando el capo del auto, pero está que se cree? No le pediré disculpas, está muy mal de la cabeza, ya me cae mal y la voy a ignorar.

Los golpes se vuelven más fuerte llamando mi atención, tomo una bocanda de aire y en verdad deseo irme ya.

— A ver loquita, no es mi culpa que te sientas inmortal. ¡Quítate loca! — espeto sin mirarla, no me interesa la verdad, que se esfume a dónde sea que vaya.

Después de unos segundos veo como la calle queda despejada y avanzo «joder ya me había retrasado está loca» escucho un estruendo por el techo del auto y cae una botella de agua por el parabrisas.

— ¡ESTO ES POR CASI MATARME IMBÉCIL!— escucho su risa desde el otro lado de la calle, miro por el espejo retrovisor y sigue riendo. Bajo, tomando la botella de agua entre mis manos y entro al auto, poniéndome en reversa.

No se porqué demonios esté sola esa chica, es peligroso que este a estas horas de la noche y joder eso me preocupa debo ser sincero.

Me apresuro a seguirla para que no vaya sola, apenas ve que la sigo empieza a acelerar el paso, esta chica está completamente loca, como mierda podía correr con esos tacones. Después de seguirla por varios minutos decido seguirla de lejos para hacerle creer que me he perdido.

Noto como camina más apresurada fijándose que no venga nadie y se adentra a un callejón, voltea varias veces viendo que nadie la vea o la siga y le abren la puerta dandole acceso.

Salgo del auto caminando para averiguar a dónde da la puerta y escucho mucho ruido del otro lado, es difícil que aquella chica no haya llamado mi atención decido seguir los ruidos y me paro notando que es un bar o algo así, un club nocturno.

¿Quién serás y que haces aquí?

Aparco mi coche cerca de los otros, al parecer venían gente de dinero y bueno de toda clase a este lugar, no es normal ver gente aquí ya que está lejos y creo que a más de uno, no le conviene ser visto en un lugar como este. Entro al lugar y todo está oscuro, no veo ni mierda la música está a todo lo que da, el lugar está en un tono rojo oscuro, creando un ambiente muy relajado capaz de hacerte olvidar todo, a la derecha está la barra mientras que a la izquierda está el escenario y varios sofás con tubos de pole dance o esa mierda, imagino para las bailarinas.

𝗔𝗧𝗢𝗥𝗠𝗘𝗡𝗧𝗔𝗗𝗢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora