Zeus.
La apuesta.
Siempre que la veo en aquel escenario no puedo pensar con calma, pierdo los estribos con solo ver sus movientos. Intenté olvidarla y no pude hacerlo, estoy loco por ella y la rabia ahora me está ganando, no puedo dejar de ver aquel hijo de puta que la ve con adoración, sus ojos están puestos en ella, recorre cada espacio de su piel con su atenta mirada y a mí me hierve la sangre de que todos la estén viendo.
Formo puños notando mis nudillos blancos, es difícil mantener la calma cuando ahora Annya le está bailando a ese malparido y no a mí, no son nada, siento una sensación extraña, como si me estuviera quemando y el incendio incrementa cuando ella desliza sus manos sobre las piernas de él, siendo una coqueta.
La rubia se para enfrente de mí y me tapa la vista, me observa con rabia y la ignoro, acomodo mi corbata en busca de un poco de aire, esa puta sensación no se va de mi cuerpo.
—¿Vas a ignorarme?— y aquí viene de nuevo el drama, ni siquiera la invite está loca que me venía siguiendo y me di cuenta apenas bajé del auto.
— No te invité— le respondí. Ahora no me importa su drama, ni siquiera recuerdo su nombre y no me interesa saberlo.
Observo al hijo de perra que está en busca de la misma mujer que yo, observo todo el lugar y siento una mirada pesada en la nuca, volteo y veo a la responsable. Sus ojos estaban oscuros y esa mirada felina que me lanzaba me hacía sentir estúpido ante ella, apenas ve que me paro me da la espalda sentándose en una de las sillas.
— Vas a dejarme.
Me pongo de pie para ir hacia la loca que me estaba matando con la mirada, ¿Celos?, No lo creo, le hablo a la morena pero solo me ignora y se echa a tomar, le quito la botella.
Logro que voltee a verme pero con furia me reclama si botella, lo primero que hago es reclamar el porqué le bailó a ese tipo solo me ignora y sigue bebiendo.
— Ni puta idea— se calla —,de que tú estuvieras aquí y ya te dije que no eres mi patrón— de nuevo con eso. Evito soltar una risa por ese comentario.
En este momento no me puedo poner a llevarle la contraria, es más que obvio que está borracha, no sé la puta razón y eso me hace cabrearme conmigo mismo por no estar al tanto hoy. Me quito el saco cubriéndola para que deje de estar tan expuesta, no me molesta que lo este, me molesta las intenciones de estos hijos de perra, solo ven su cuerpo con morbosas intenciones y ahora ella no está cuerda para defenderse si alguien intenta sobrepasarse.
Intento explicarle y ser amable con ella pero está tan mal que solo dice la verdad, no tengo moral para estar cuidandola cuando yo fui el primero en no darle el respeto que se merece, ella y mi mente trae el recuerdo de lo que sucedió en la playa y de verdad trato de enojarme, trato de calmarme pero no puedo evitar no enojarme conmigo mismo.
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𝗔𝗧𝗢𝗥𝗠𝗘𝗡𝗧𝗔𝗗𝗢
Teen Fiction¿Cómo alguien tan hermoso podría ser tan horrible? Preguntemos a Zeus. El solo quería sexo y placer sin ningún tipo de compromiso, no estaba dispuesto a arriesgarse de nuevo por alguien. Su vida era tan normal, tan metido en su rutina de pasar la no...