Capitulo 16

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Fuera de alcance

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Fuera de alcance

Zeus

Últimamente, he estado pensando en idioteces, estuve distrayéndome de mis objetivos por pequeños deslices que no tienen ni pies ni cabeza. Ya no más, me reprendí a mí mismo con una mirada decidida en el espejo, termino de acomodar el cuello de la camisa con gestos bruscos y precisos. Mis pensamientos vagos y distracciones sin sentido no tienen cabida en el camino hacía mis ambiciones.

El traje me resulta incómodo, se ciñe a mi cuerpo de manera inapropiada. Miro con disgusto las costuras y los pliegues, recordando con molestia cómo tuve que pedirlo a toda prisa. La maldita sesión de fotos para la publicidad se me escapó de la mente, por supuesto, la culpa recae en los demás, en aquellos que no me recordaron lo esencial.

Mi mirada se vuelve más intensa en el espejo, y un destello de descontento se refleja en mis ojos. La frustración se acumula mientras recuerdo cómo confié en mi equipo para manejar los detalles. Un suspiro de exasperación escapa de mis labios mientras repaso mentalmente la cadena de eventos que llevaron a este mierdero.

La que se supone es mi asistente no me avisó, olvidó informarme. Aun así, la idea de que algo escape a mi control no me sienta bien, debí haber supervisado todo personalmente, me reprocho internamente.

Mi reflejo en el espejo parece desafiante, la culpa, recae en quienes no estuvieron a la altura de mi estándar.

La puerta se cierra tras de mí, llamando mi atención con un sonido sutil pero distintivo. Giro para ver a mi asistente, quien sostiene una taza de café con una expresión neutral en el rostro. La taza emana vapor, y el aroma del café fresco se filtra en el aire.

— No te pedí nada— le digo con frialdad, terminando de acomodar las mangas de mi camisa con gestos rápidos y precisos.

— Lo dejaré aquí por si le apetece— me responde mi asistente, avanzando hacia la mesilla para dejar la taza de café a un lado con un gesto indiferente.

— Sal de aquí con eso— respondo con brusquedad, mi paciencia se agota por la incoherencia y la falta de respeto hacia mi autoridad. No estoy de humor para tolerar que actúen según sus propias reglas, ignorando mis preferencias y pasándose por alto cualquier indicación que haya dado.

La mirada desafiante en mi rostro transmite la seriedad de mis palabras. No estoy dispuesto a aceptar que mi espacio sea invadido con gestos no solicitados, y la presencia de la taza de café parece una afrenta directa a mi control. La autoridad es algo que no permito que se socave, ni siquiera con pequeñas transgresiones como esta y menos de una pendeja que hace el trabajo a medias.

Espero que mis actitudes le dejen claro que no toleraré infracciones a mi autoridad, incluso en los detalles más triviales. Con un gesto adusto, insto a mi asistente a retirarse y dejar el espacio a mi disposición.

No me interesa ser amable con mi personal, se les paga bien por su trabajo; es lo único que me interesa: que sean competentes, no que vengan a ser amables conmigo.

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2024 ⏰

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