XIV

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Yaku imitó a su amigo rubio, era claro que en ese momento la prioridad de Kuroo era hablar con Sakura. Antes de cerrar la puerta del auto, se giró hacia Kuroo.

-No digas ninguna estupidez, recuerda que no están solos.

-Pareces mi madre -replicó Kuroo y desabrochó su cinturón.

-Es porque te conozo, idiota -rió Yaku y cerró la puerta para empezar a caminar a la entrada del lugar.

Lev se inclinó un poco para hablar con Yaku una vez que estuvo a su lado.

-Yaku-san, ¿crees que está bien? -sus ojos verdes se desviaron al auto de su senpai.

-Esta pensativo, no deja de culparse de muchas cosas -respondió Yaku y palmeó la espalda de Lev-. Pero estará bien, no te preocupes por él.

-Eso espero... -susurró Lev y sostuvo la puerta del restaurante para que entraran Yaku y Akaashi, que venía un par de pasos por detrás de ellos, absorto en su teléfono.

Sakura jugaba con sus dedos, nerviosa desde que vio como el auto de Kuroo se aparcaba en el espacio justo frente a su ventana. Había estado evitando todos sus mensajes y sus llamadas y no podía evitar sentirse como una mierda ahí sentada para pretender como si nada había pasado.

Pero sabía que era imminente, a medida que veía a los demás bajar del auto, sólo podía pensar en que debía prepararse mentalmente para las preguntas que lloverían sobre ella, porque sabía que no saldría a salvo de un buen interrogatorio esa noche.

Quizá debería ordenar sake.

-¡Sakura! -la alegre voz de Lev la sacó de sus pensamientos, haciendo que tuviera que esbozar una sonrisa forzada.

-Hola Lev -le saludó ella y luego a Yaku y a Akaashi que venían con él.

Entre saludos y sonrisas, todos se saludaron y se sentaron en la mesa, listos para ordenar. Al cabo de un rato, Kuroo entró al local, llevaba las manos en los bolsillos de su chaqueta y tenía una mirada un tanto sombría, a Sakura le asustó un poco, pero le sorprendió aún más cuando la miró y esbozó una dulce sonrisa y sus ojos cambiaron a una mirada amable.

-Hola, Sakura-san -él incluso hizo una pequeña inclinación con la cabeza al saludarla antes de sentarse frente a Lev, que estaba sentado al lado de Sakura.

-Kuroo-san -ella le sonrió con amabilidad.

Kuroo por fin fue capaz de ensanchar su pecho con una honda respiración, poder verla frente a él, con aquella sonrisa tan falsa pero tan creíble le causó más de una emoción desconocida para él.

Por un lado quería romperle los dedos a quién hubiera sido responsable por haber escrito aquella nota tan hiriente, y por otro, el aspecto agotado de Sakura y aquella sonrisa que parecía no rendirse, le daban ganas de estrecharla entre sus brazos sin soltarla hasta que estuviera seguro de que estaba bien.

Recordó las palabras de su ex novia, "Todo esto es tu culpa" y no pudo evitar hundirse un poco más en el hueco sin fondo de culpabilidad que su propia mente había creado para que él cayera cada vez más profundo.

Las horas que siguieron se pasaron rápidamente entre refrescos y rollos de sushi. Yaku incluso sugirió que luego de cenar podrían ir a su casa y continuar con la reunión allí, pero a Sakura le aterró la idea, no tenía ganas de estar más tiempo fuera de casa del necesario.

A pesar de que disfrutaba pasar el tiempo con el equipo de volley, no podía olvidarse del gigantesco elefante en la habitación, y ella sabía que todos ellos eran conscientes de lo mismo. Abrió la boca para hablar y la campanilla sobre la puerta tintineó, anunciando que el restaurante recibía más visitas, y fue una sorpresa para Sakura al ver que las dos personas que entraron eran Wakatoshi y Tendō.

-¡Chicos! Vinieron -los saludó Lev efusivamente con la mano.

-Un poco tarde, pero logramos llegar -respondió Tendō y tomó una de las sillas de una mesa vacía que estaba al lado.

-Disculpen la demora -dijo Wakatoshi y también tomó una silla vacía, se sentó al lado de Tendō.

-Un par de idiotas chocaron en la intersección de la autopista entonces fue un embotellamiento gigante -explicó Tendō mientras veía el menú, pidió un ramen de cerdo y frijoles negros.

Charlaron por un par de minutos hasta que Tendō apoyó los codos en la mesa y cruzó los brazos, mirando a Sakura. Ella se sintió pequeñita bajo aquella mirada tan afilada y de inmediato se preparó para lo que venía.

Kuroo apenas tuvo tiempo de tragar su bebida cuando Tendō abrió la boca.

-¿Y qué con todo ese rollo de las noticias, Sakura?

La mesa se quedó en silencio y uno a uno, los chicos voltearon a mirarla, Sakura aún tenía los ojos clavados en los de Tendō, en ese momento él era el que la mantenía anclada a la realidad.

-Creo que por fin vamos a hablar sobre eso... -empezó ella.

-¿Oh? -Tendō ladeó la cabeza-. ¿Acaso soy el primero que lo pregunta?

-Por sus reacciones puedes darte cuenta que sí lo eres -dijo Sakura con una pequeña risa. Sintió como un peso muerto cayó de su pecho.

Tendō le sonrió también y apoyó sus codos en la mesa, dejando su barbilla en su mano.

-Entonces, ¿qué tal si empiezas?

-Es una larga historia -respondió Sakura y le dio un trago a su bebida.

-Tenemos toda la noche -dijo Kuroo en lo que sonó como un murmullo. Tenía una mano alrededor del borde de su vaso, y su otro brazo estaba estirado sobre el respaldo del asiento del privado.

Sakura clavó su mirada en la de él por un par de segundos, no sabía identificar el torrente de emociones que se arremolinaban en aquellos ojos amarillos.

Suspiró.

-Fue durante una temporada de invierno cuando tenía 15 años, nuestro equipo de volei era bastante fuerte y tuvimos un torneo genial -empezó Sakura, podía sentir las miradas de todos los chicos en la mesa sobre ella-. Ganamos todos nuestros partidos de visita a lo largo de la temporada, íbamos invictas -sonrió ligeramente, recordando-. Nos ganamos el apodo de las Damas de Hierro, a mí me parecía muy pretencioso y nunca me gustó. Con ese nombre, llegaron más, uno para nuestra capitana, y uno para mí, aunque yo no jugaba mucho -se encogió de hombros y tomó una respiración profunda-. Me apodaron la Bailarina, no logré entender muy bien porqué, pero con el tiempo me acostumbré y no me molestaba tanto como al inicio.

-Por eso la nota tenía ese nombre... -razonó Lev para sí mismo.

Sakura asintió.

-Pero todo terminó muy abruptamente luego del accidente -Sakura empezó a jugar con sus dedos, inquieta-. Esa noche está borrosa en mi mente, y la verdad no necesito recordar con lujo de detalles, sólo recuerdo las luces y el golpe, después desperté un par de días en el hospital -habló rápidamente-. Recuerdo que durante mucho tiempo las personas me rechazaron por ser una de las únicas sobrevivientes, el acoso fue increíble a lo largo del resto del tiempo que estuve en ese lugar -un escalofrío recorrió su espalda-. Y por suerte nos mudamos pronto a otra ciudad donde no tenía insultos ni camarógrafos en la cara todo el maldito día.

-¿Los camarógrafos perseguían a una niña de 15 años? -la voz de Yaku sonó disgustada, Sakura asintió con la cabeza.

-Ahora entiendo porqué te asustó tanto la noticia -dijo Akaashi, qué estaba prestando atención desde el final de la mesa, sus ojos se mantenían fijos en Sakura.

-Fue aterrador -Sakura sintió la mano de Tendō en su espalda, un pequeño punto de apoyo-. No quería que sucediera lo mismo aquí, y tantos años después. Nunca había tenido tantas videollamadas con mi terapista como esta semana -rió un poco, y el ambiente en la mesa se aligeró.

-No sucederá, estoy segura que estará resuelto pronto -habló Kuroo y desvió su mirada, perdiéndose por la ventana.



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Blinding Eyes (Kuroo Tetsurou x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora