XXI

160 19 1
                                    

A Sakura le parecía extraño que Noru no hubiera aparecido para entregarle sus apuntes, él le había dicho que salía de su última clase a las 7, y de eso ya había pasado más de una hora. 

El entrenamiento había comenzado con la sesión de estiramiento y calentamiento y el reloj ya marcaba las 8:35 cuando estaban entrenando sus remates en área. 

Nakamura-san había estado a su lado todo el tiempo, explicándole sobre los objetivos del entrenamiento de esa noche y diciéndole las cosas a las que ella tendría que prestar atención en cada uno de los chicos. 

Era bastante más trabajo del que ella imaginaba, pero al menos era entretenido. Poder ver a un jugador del calibre de Wakatoshi Ushijima tan de cerca era una maravilla, los balones que él remataba eran perfectos, iban con la fuerza y el movimiento necesarios para que golpearan fuerte y rápido. Los brazos de Yaku-san pedían un descanso. 

Al cabo de un rato, el entrenador llamó a los chicos a un pequeño descanso antes de pasar al siguiente ejercicio. Lev se acercó a ella y tomó su botella del suelo para darle un largo trago, Sakura paseaba su mirada entre todos ellos, había algo extraño esa noche. 

–Lev-kun –lo llamó, al peliblanco le sorprendió la formalidad. La miró y ella le hizo un gesto para que se agachara un poco para llegar a su altura. 

–¿Sucede algo? –preguntó él en un susurró. 

–Solo quería saber si todo estaba bien, el equipo se siente… Extraño –dijo ella, también susurrando. 

Lev bebió de nuevo de su botella para disimular y paseó sus ojos rápidamente sobre Kuroo, quién los miraba mientras se limpiaba el sudor del cuello con su toalla. 

–Parece que el capitán no tuvo un buen día –respondió Lev. 

–¿Y su ánimo los afecta a todos? –ella frunció el ceño. 

–Es complicado de explicar, pero sí –respondió él un segundo antes de que Nakamura-san hiciera sonar el silbato para que volvieran a la cancha–. Hablamos luego. 

Lev se movió como un rayo a su posición y Sakura estaba aún más desconcertada que antes. Buscó a Kuroo con su mirada y lo encontró viéndola, pero él apartó su mirada con rapidez, estaba claro que no quería ser pillado.

Ella arrugó un poco el entrecejo y se giró para volver a su posición al lado del entrenador, si ellos no querían decirle, ella no preguntaría. 

–Sakura, ¿qué te parece el equipo hasta ahora? –preguntó él entrenador Nakamura cuando el partidos se reanudó. El hombre se sentó junto a ella en el banquillo. 

Sakura despegó la mirada de la cancha para mirarlo y responder.

–Me parece que tienen un buen nivel, es raro que no tengan un oro aún. 

–Es complicado –suspiró él–, hay momentos en que juegan y se mueven perfecto, como hoy, pero en ocasiones se comportan como si nunca hubiera tocado un balón. 

Ella rió suavemente. 

–¿Cómo si fueran bebés en la cancha? –preguntó ella. 

–Peor, ser padre es más fácil que entrenarlos –contestó Nakamura-san con una sonrisa. 

Sakura le sonrió de vuelta y pudo ver las arrugas alrededor de sus ojos y su boca. Se preguntaba cuánto tiempo los había acompañado. 

–Nakamura-san, ¿puede contarme sobre los chicos? –preguntó ella curiosa y cerró el cuaderno que tenía en su regazo. 

Blinding Eyes (Kuroo Tetsurou x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora