XXIV

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El sábado llegó y Sakura arrancó el día de la competencia haciendo conteo de balones con el entrenador Nakamura con la ayuda de Lev y Tanaka. Durante esa semana, su interacción con Kuroo había desaparecido por completo y su amistad con Tanaka-san se había reforzado. Él decía que había algo extraño con el capitán y decidió alejarse por un tiempo hasta que las cosas volvieran a la normalidad.

Sakura apreciaba la compañía en sus horas libres y las conversaciones durante los entrenamientos. Nakamura-san le había dicho durante el entrenamiento del viernes que sus apuntes durante los entrenamientos le habían sido de mucha ayuda para lograr entender mejor el estilo de juego de los chicos, por lo que le estaba muy agradecido y esperaba que ella le ayudara a lo largo del partido a ponerlos en línea.

–Todo está listo, entrenador. Los balones, el botiquín y los uniformes están en su auto –informó Sakura cuando ya habían acomodado todo–. Sólo estamos esperando a Kuroo-san, aún no llega.
–Espero que no llegue muy tarde –dijo Lev a sus espaldas.

Nakamura-san suspiró y sus siguientes palabras congelaron al equipo.

–El capitán no podrá venir, suban al microbús.
–¿Está enfermo? –preguntó Tendō, su voz no sonó para nada amigable.
–Parece que tiene una emergencia personal –respondió el entrenador–. Y no podemos llegar tarde, en marcha.

Tendō no aguantó otro comentario punzante mientras subía al vehículo.

–Emergencia personal mis-
–Satori –lo reprendió Wakatoshi antes de que terminara su oración.
–No es necesario repetir lo que ya sabemos –terció Yaku, últimamente no hablaba mucho.
–Es ridículo –masculló Satori.
–Lo es, pero no es necesario amargarnos el día desde ya –habló Wakatoshi y se abrió paso hasta los asientos del fondo.
–Razón no te falta –dijo Yaku mirando a Ushijima, luego se giró para mirar a los demás, buscando a Sakura disimuladamente, la vio hablando con el entrenador.

Al rubio le molestaba toda esa situación, el idiota de su mejor amigo ahora estaba causando más problemas de los necesarios por su falta de coeficiente intelectual y él no podía hacer mucho para ayudarlo porque el problema principal era que no se dejaba ayudar. Odiaba ver como poco a poco la relación de amistad que habían construido se desmoronaba sin poder hacer nada, y aún peor, sin ver que Kuroo quisiera hacer algo por recuperarla. Había pasado un par de días en los que directamente ignoraba sus intentos de conversación y sus mensajes, Yaku estaba por volverse loco.
Él sabía que su amistad con Sakura también pendía de un hilo debido a la situación con Matsa, pero ella no tenía idea de qué sucedía y por qué él se había apartado tan de repente. Yaku veía como sus ojos huían de Kuroo constantemente mientras hablaba con ella, pero antes no podía apartarlos del pelinegro.
Y ahora de nuevo, ella se unía al mismo sentimiento que él, simple desolación por su ausencia.

–En fin, no perdamos más el tiempo –habló Tanaka, el capitán suplente, y calmó las aguas–. Ya hablaremos de eso luego.

La puertilla del microbús se cerró cuando Lev y Sakura subieron y en pocos segundos ya estaban en la carretera. Sakura puso sus auriculares en sus orejas y recostó la cabeza en el brazo de Lev, cerrando los ojos y perdiéndose en la música.
Había tenido una semana confusa, y aún le afectaba un poco ver a Kuroo y su novia de la mano por el campus pero durante los entrenamientos parecía olvidarse de todo y volvía a hablarle como si nada hubiera pasado. Y claro, era porque para él, nada había pasado, él no tenía el corazón estrujado por una efímera ilusión amorosa qué se perdió en el viento.

Una media hora después ya estaban en el estacionamiento de la universidad en la que se jugaría el primer partido, otra universidad ubicada en Ishikawa, que contaba con un equipo de volei bastante fuerte, de acuerdo con las palabras de Nakamura-san, y que iba a ser el primer rival de los chicos.
A lo largo de esta última semana, el equipo se había dedicado a estudiar a sus próximos rivales y eso incluía muchas horas de analizar el juego de los Rogue, el equipo contra el que jugarían primero. Sakura había tomado apuntes de los partidos que habían visto y había hecho un estudio de los jugadores rivales, sabía que tenía que cuidarse mucho de las fintas y los golpes suaves sobre el bloqueo, entonces Yaku-san estaría jugando un poco más adelante que de costumbre esta vez.
Repasaba las jugadas y los contraataques en su cabeza mientras cargaba con la mochila que tenía los uniformes y Nakamura-san cargaba con los balones y el botiquín de primeros auxilios. Tras ellos caminaban los chicos del equipo, en una formación un tanto intimidante, con Yaku como líder y Ushijima y Tendō hasta el final.
Era hora del show.

Blinding Eyes (Kuroo Tetsurou x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora