capitulo 4✝️

64 22 12
                                    

"La luz se apagó y la oscuridad entro"

S. J. Watson.

Sara

Vestido blanco hasta las rodillas, un gran sombrero negro y unos guantes del mismo color, y lo que no puede faltar una enorme sonrisa adornando su cara, Abigaíl james Park estando en la iglesia era un espectáculo digno de ver.

Toda ella se transforma ocultando su verdadera forma ante los demás, mostrándose como un ángel cuando la realidad es otra.

Egoísmo, eso es, desde pequeña me lo han enseñado, no me intereso por el bienestar de nadie más que en el mío, después de fingir por tantos años sé identificar todas las caras de Abigaíl.

- Espalda recta, Sara —dice mi madre.

A este paso debe dolerle las mejillas de tanto sonreír, miro al padre Gael dar su sermón sobre la virtud mientras Damián trata de llamar mi atención y yo finjo no verlo.

La iglesia de la Luz es una enorme plaza, todos los domingos estaba repleta de habitantes que se esforzaban por vestir el mejor atuendo para lucirse ante "los sagrados" porque para ellos pertenecer a dicho club era como ganarse la lotería.

Por suerte cada año se escogían entre los más fieles a nuestro señor para pertenecer a los sagrados, pero antes debían cumplir ciertos requisitos un tanto difíciles.

Justo al frente se encontraban los tres padres que conforman la iglesia y predican el mandato de nuestro señor, se dividían entre el primero al mando Gael Sanders, seguido de los padres Itzel y Brent.

- Tenemos el placer de recibir y dar fe de la existencia de nuestro señor a estas personas que con amor han entregan su vida a la religión y se congregan aquí, la iglesia de la luz a la familia Peterson.

El padre Gael señala la puerta de la enorme iglesia donde no hay absolutamente nadie, trato de mantener mi rostro inexpresivo para que no se me escape la gran carcajada que intento ahogar pellizcando mi pierna.

El padre Gael mantiene su mano en dirección a la puerta mientras en un movimiento un tanto incómodo la baja y toma el micrófono.

- Nuestro señor Dalias Igor acoge a todo el mundo en sus santas alas - pronuncia.

- Gracias a nuestro señor -decimos todos a coro.

Justo en el momento en que el gran portón se abre, dejando ver a Janet junto al señor Cross caminando hacia el altar donde el segundo padre al mando les coloca una túnica negra como bienvenida a nuestra religión.

Seguidas de ellos llegan sus hijos Dalton y Dexter, a quienes también les colocan las túnicas negras mientras son guiados a un asiento justo al frente, miro hacia la puerta en la espera de la otra persona que nunca llega.

Me concentro en el sermón compartido de los padres mientras intento respirar buscando paz cuando Damián decidió que era mejor sentarse a mi lado que estar al frente.

- ¿Dónde está Kira? - pregunto al percatarme de que Diana se encuentra en un asiento muy alejado y totalmente sola.

- Está muy enferma y ha estado vomitando toda la tarde - qué raro.

- Iré a visitarla más tarde y le llevaré un poco de té - poso una mano en su rostro - estoy segura de que se sentirá mejor después de tomarlo.

Sus labios buscan los míos formando un tierno beso, el cual rompo al sentir una mirada penetrante justo en mi nuca. Miro hacia los lados disimuladamente, encontrándome con la mirada de mi madre, quien niega con la cabeza mientras mira hacia el frente.

Un impulso me hizo mirar hacia atrás, encontrándome con esos ojos grises que desde el primer momento en que lo vi me hipnotizaron. Su habitual cabello desarreglado estaba hacia un lado, mostrando su perfecto rostro.

Pero hay algo en el que no me gusto, su sonrisa perversa estaba dirigida hacia mí mientras sus manos señalaban hacia el frente justo cuando un grito aterrador inundo la iglesia.

Miró hacia el frente, quedándome perpleja y temblorosa al notar el sendero de sangre junto al cuerpo sin vida que calló del techo justo encima del pulpito.

Las personas gritaban aterradas en sus asientos mientras una lágrima se deslizaba por mi mejilla.

Daniela Johnson, hija de uno de los cofundadores más poderosos de Jackson, había sido asesinada, su cuerpo se encontraba colgado de una soga mientras en su pecho se encontraba una daga enterrada.

La sangre caía en gotas pequeñas de su cuerpo, manchando las paredes blancas. Mientras las personas salían aterradas de la iglesia, su padre Dans johnson intentaba controlar su llanto, tratando de liberar la soga que aprisionaba el cuerpo sin vida.

Yo estaba estática en este lugar, miraba mis manos, las cuales estaban manchadas de sangre, las restriego contra mi ropa con rapidez tratando de limpiarlas. Cierro los ojos mientras controlo mi respiración.

-Todo es parte de mi imaginación- pienso tratando de volver a la realidad, la cual es puro caos.

Damián, por otro lado, se había desmayado al presenciar la escena, Abigaíl miraba sus guantes mientras suspiraba con la mirada perdida. Como si estuviera ajena a los gritos que cubrían la estancia.

Pero esta vez mis ojos se dirigían hacia aquella familia, que miraba el cuerpo sin vida como si fuera alguien insignificante, miro hacia atrás, petrificada al mirar aquel ser de ojos grises, y sonrisa de lado. Quien me miraba ignorando todo a su alrededor Como si supiera que así sucedería y se regocijaba ante aquel atroz acto.

Jaece Peterson caminó hacia la puerta con pasos lentos, un estúpido impulso me hizo seguirlo, pero mis pasos se detenían, negándose a cruzar aquella línea que sabía que era peligrosa para mí.

A Través De Las Sombras [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora