Capítulo escrito especialmente para mi fiel lectora, que tanto amor le ha dado a estas historias: heavengods 💜
Desde su niñez, Zell Zabat siempre creyó que los niños venían al mundo para ser criados por buenos padres que enseñaran buenos valores, que amaran tanto a sus hijos como para jamás abandonarlos. Zell Zabat creyó en muchas cosas: en que un hombre estaría por ahí, deseando por fin ver a su hija; que los héroes sí existen y que, como cada niño sueña, descubriría que realmente no tenía la vida que creía, soñaba con ser alguna criatura mística para vivir una gran aventura. Zell Zabat casi acertó en todo lo que creyó: los héroes si existen, terminó siendo un ser mítico, pero jamás hubo un hombre esperando verla.
En toda su vida creyó en dos hombres, resultando ser que ambos la traicionaron. Zeus y Hermes, padre e hijo, acabaron con su confianza, haciéndola dudar de casi todos los que la rodean. No, perdón por hacerles creer que ella creyó en ellos, porque la verdad es que los amó con locura. Ella, en su momento, adoró a aquellos dioses que rompieron su corazón como si solo se tratara de una hoja frágil, un pedazo de cristal que pudieron romper con sus engaños.
Zeus volvió de la muerte fingiendo ser el padre perfecto para su hija: "honesto", atento y comprensivo con ella; un sueño para aquella diosa, que nunca conoció el amor de un padre, más allá de los primeros años que Hades pasó cuidando de las pequeñas. ¿La verdad de su increíble cambio post muerte? Este solo la utilizó para derrocarla del trono que con tanto esfuerzo consiguió. Compró a los demás dioses con lindos gestos, diciendo que la muerte le sirvió como rehabilitación para mejorar todo sus errores y defectos; los engañó hasta que fue demasiado tarde como para que la diosa volviera a tomar el poder.
No cabe duda, el Olimpo no había contado con una diosa tan preparada como Zell. La violencia y el terror no fueron necesarios para que ella implementara su monarquía en el hogar de los dioses. Fueron la compasión, la serenidad y el amor, que ella mostró por sus fieles seguidores, lo que la elevaron en un altar que pasó por mucho al rey de dioses.
Si tuviera la posibilidad de evitar lo que ocurre en este momento, ella no estuviera dirigiéndose a Zeus con su espada en mano. Ambos tienen su objetivo en la mira y están seguros de que una vez que empiecen a pelear, no se detendrán hasta que uno de ellos muera.
Padre e hija peleando a muerte por las vidas de terceras.
El estruendo de la espada al impactar con el rayo hace que la tierra debajo de ellos tiemble. Ambos se mantienen por unos segundos tratando de hacer retroceder al otro, poniendo todas sus fuerzas en sus armas que aún se encuentran tratando de detener a la otra. Zeus plasma una sonrisa burlona en su rostro, pero Zell se la elimina cuando aplica más fuerza, haciéndolo retroceder.
—¿Sabes cuál es el problema de ser un mal dios? —pregunta la hija, manteniéndose firme para desviar la atención de el—Que los humanos dejan de adorarte y tú sientes que pierdes fuerza. Te conviertes en un dios mediocre por el que no vale la pena hacer una sola plegaria— aprovecha el momento en que su padre baja la guardia para desaparecer frente a sus ojos, apareciendo detrás de él, propinando una patada en su pantorrilla. El dios flaquea, pero no cae al suelo; cuando gira ya no ve a su hija.
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Las Hijas Del Alba (DDA#3)
FantasyLa guerra se alza en el Olimpo, arrastrando su destrucción hasta la tierra, donde Angela y Eleonor, deberán luchar por traer la paz y sobrevivir en el intento. En un mundo consumido por el caos, ellas deberán ser el bote que mantenga la humanidad a...