Capítulo 11

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La noche había transcurrido con bastante calma

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La noche había transcurrido con bastante calma. Los sueños no fueron del todo felices, pero tampoco tan terribles como para ser llamados pesadillas, tal vez la ayuda de Eleonor si sirvió después de todo.

El estar en este lugar mientras los demás dan pelea afuera me hace sentir un tanto inútil. Imagino todo lo que arriesgan por nosotras y luego me observo aquí, durmiendo de forma placentera mientras ellos probablemente estén muriendo allá. Esa sensación de no poder ayudar es horrible, aunque me dijeron con bastante claridad que tenía una misión aquí que debemos cumplir.

Extraño a todos, incluso me pude sorprender en algunas ocasiones llorando entre sueños. Mi historia comenzó como cualquier otra y al segundo ya empecé a perder a quienes amo sin tener chance de procesar lo ocurrido. Hace un día descansaba feliz entre los brazos de Helios y hoy... Bueno, despierto con la voz de Eleonor indicando que ya debemos partir incluso si el sol no ha salido.

Empacamos todo con prisa y desayunamos con algunas frutas que mi compañera sacó de algún lugar. No perdemos tiempo charlando sobre nuestras vidas o cualquier otra cosa que pudiera despejar nuestras cabezas, parece casi imposible encontrar algo que saque de ahí todo lo que anda rondando en ellas. Me preocupo cuando veo las horas pasar y el sol sigue sin dar señales de su existencia.

—¿Qué pasa? — pregunta Eleonor al notar que detengo mi paso para ver el cielo.

—El sol no sale y ya pasa de la siete— reprimo el intenso deseo de volver a llorar—Me preocupa que algo malo le haya pasado a Helios.

El tema queda ahí ya que ninguna de las dos desea continuar con la conversación. Seguimos caminando por algunos minutos sin decir una sola palabra. Disfrutamos del recorrido mientras nos ignoramos mutuamente; Eleonor hace bastante bien esa acción, ocultando su desinterés en el viejo mapa del cual pocas veces aparta la vista.

Mientras más nos adentramos puedo notar el ligero cambio en los tipos de arboles; donde nos encontramos en este momento ya no tiene la apariencia de un típico bosque, da la impresión de que los arboles fueron colocados de forma estratégica y un poco apartados entre ellos. Se puede apreciar pequeños charcos de agua que se van convirtiendo en delgados caminos mientras avanzamos, hasta que toda el agua se acumula en un mismo punto formando una especie de estanque donde pequeños peces nadan. Ahora solo podemos ver sauces llorones por todos lados, dejando caer gotas de aguas sobre el estanque que producen un eco en todo el lugar.

Me sorprendo al ver lo que parecen ser altas columnas de mármol formando un pasillo. Estas tienen pinta de haber estado allí por cientos de años, pues la maleza y lo parcialmente destruida que se encuentran dan a demostrarlo. El pasillo nos desvía del camino principal, adentrándonos un poco más profundo en el bosque hasta que nos topamos con una gran construcción. El gran mausoleo (en el mismo estado que las columnas) se abre paso entre nosotras, el blanco que debió poseer en el pasado ahora solo es un tono grisáceo que da un aire tétrico por la cortina de maleza que cae desde su techo, cubriendo parcialmente la entrada.

Las Hijas Del Alba (DDA#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora