La guerra se alza en el Olimpo, arrastrando su destrucción hasta la tierra, donde Angela y Eleonor, deberán luchar por traer la paz y sobrevivir en el intento.
En un mundo consumido por el caos, ellas deberán ser el bote que mantenga la humanidad a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov Angela:
Camino con pasos cortos hasta la puerta que me separa de la cama donde con tantas ansias deseo descansar. El brillo saliendo de una habitación me hace detener mi mano sobre la cerradura para poner mi atención solo en eso.
Con la ligera sospecha de que se trata, camino hasta la puerta entreabierta para observar nuevamente aquello que hace Eleonor. Para mi sorpresa, no se trata de lo que vi esa noche, sino de algo igual de asombroso pero bastante diferente.
Las siluetas a tamaño real caminan por la habitación como si llevaran a cabo una obra de teatro. Primero solo se trata de dos chicas aparentemente peleando contra algo invisible hasta que nuevas siluetas se unen y no tardo en reconocer de quienes se trata: Eleonor y Ofelia, peleando contra unos hombres.
Mi protectora permanece sentada en la cama de piernas cruzadas, mientras la escena continua avanzando frente a sus ojos humedecidos. El brillo naranja ilumina su rostro al tiempo que su respiración se va sofocando a cada segundo.
Tiembla cuando la primera lágrima sale de sus ojos y entiendo su reacción al ver lo que sucede a continuación, al ver como el cuerpo de su compañera es atravesado tras protegerla de una muerte segura.
Mi respiración se detiene cuando veo como sus labios se unen en un beso tan triste como apasionado, hasta que Ofelia, o aquella mujer mas adulta que parece ser, cae tras haber creado un escudo que protege a El.
Las siluetas desaparecen lentamente y con ellas toda la luz que llenaba el lugar.
— Deberías ir a dormir —su voz me asusta por unos segundos en los que proceso que habla conmigo — Ya viste y viviste demasiado por un día —su rostro frío se gira en mi dirección y puedo observar como unas venas negras van desapareciendo por su cuello.
Ambas nos quedamos en silencio viéndonos la una a la otra hasta que ella me hace un espacio en la cama y me indica con su mano que me acerque.
—No era mi intención ver ese momento tan intimo para ti, solo me impresionó y no pude apartar los ojos —digo con sinceridad tras notar lo personal que es para ella.
— No, tranquila. Supongo que yo debo ser la que deje el pasado estar y no estar hurgando en el —se encoje de hombros y noto el gesto dolido que hace. Permanece un momento con la boca entreabierta como si desea decir algo más, así que espero por ella — Trato de hacerlo, de verdad que sí, pero soy una mujer enamorada de un fantasma y el pasado. Es difícil para mí poder superar esto, ¿Sabes? Porque trato de dejarlo atrás y me recuerdo que fue mi culpa, que yo le arrebaté la oportunidad de estar nuevamente aquí y que no me merezco el amor que me dio en vida.
Me acerco más a ella para poder sostener su mano y que me mire a los ojos.
— Dudo que no merezcas todo el amor que te dio porque tu mereces todo lo bueno de este universo —busco su mirada cuando la aparta con remordimiento — Si ella estuviera aquí estoy segura que te diría que te ama con locura y que la muerte no impide que te siga amando. Te diría que eres el ser más divino que jamás haya existido y probablemente la muerte no sea tan dolorosa al saber que sigas viva, luchando. Si te amó tanto estoy segura que solo por ti moriría ciento de veces más y que no debes dudar de ello.
