La camelia blanca descansa como una pluma en la mano de Zeus que la observa notablemente confundido. Eleva la vista al cielo nublado buscando alguna explicación para el recién acontecimiento, pero no encuentra el motivo; le da un pequeño vistazo a la flor, luego a su espada y por último a su hija que repentinamente le sonríe.
— ¿Qué significa esto? —pregunta enojado. Zell se encoje de hombros como puede y con un dolor agudo que recorre toda su espalda— Dime o te corto la garganta ahora mismo...
— Mejor te lo digo yo—una voz fuerte que hace estremecer a la diosa es la que le responde a Zeus.
Rompiendo el aire como una flecha y con una velocidad inhumana, el cuerpo masculino aparece ante ambos, haciendo temblar el suelo al impactar contra este. Zell no se decide entre sentirse relajada o más preocupada, pues a un costado se encuentra el dios que no veía desde hace más de diez años.
— Hermes... —su padre asiente al ver a su leal hijo después de tanto tiempo— ¿Quieres acompañarme a quitar algunos escombros? —la alegría al decir aquello llega a sus ojos. Le alegra decir que matará a su hija.
El dios exiliado sonríe al tiempo que asiente, viendo a Zell desfallecer bajo el peso de su padre. Esta al percatarse de que en tantos años él no cambió ni un poco, vuelve a sentir el mismo dolor de antes y recuerda como se sintió amarlo; el sabor de sus labios...
— Perdón padre, pero en esta pelea ya no estaré de tu lado.
Lo siguiente en verse es el fuerte puño de Hermes impactando contra la cara de Zeus, provocando que este se aparte del cuerpo de la diosa. El dios mensajero no tarda en ayudarla a ponerse de pie con prisa.
— ¿Cómo saliste del Inframundo? —pregunta desconcertada, apartándose sutilmente cuando este intenta quitar la tierra de su cabello.
— Intercambié mi alma. Ahora le pertenezco a Hades—dice con bastante tranquilidad y una pizca de orgullo— Tuve unos pocos años para pensar en ciertas cosas, tendré más esperándome si salgo vivo de esta, pero me arrepentí y pedí perdón a la persona correcta.
»Y... Zell, tengo que sacarte de aquí—se apresura a decirle, recordando la existencia de Zeus.
— No vayas a cargar...—el dios la interrumpe haciendo justo eso que pedía no hiciera. Este la toma con fuerza y atraviesa el cielo con ella en brazos, alejándola de su padre para salvarla de una muerte segura.
Zell abre sus ojos, recordando como se sintió aquello hace varios años atrás y nota que sus sentimientos no son los mismos, ya no siente lo que experimentó en aquel entonces. No siente el amor que antes la embriagaba, ¿Tal vez se siente un poco agradecida? No, él le debe eso y mucho más a su familia... A Persa.
Al instante sus ojos se empiezan a humedecer por los recuerdos dolorosos, un par de ojos azules y una sonrisa con hoyuelos.
— Mataste a Kozman—su voz se quiebra al decir aquellas palabras y su primera reacción es aflojar su agarre de Hermes. Se aparta por completo, dejando atrás la ráfaga de Hermes para bajar al suelo con sutileza. No tiene idea en que lugar se encuentran, pero su pecho duele más de lo que debería y solo desea atravesar el cuerpo del dios con un rayo.
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Las Hijas Del Alba (DDA#3)
FantasíaLa guerra se alza en el Olimpo, arrastrando su destrucción hasta la tierra, donde Angela y Eleonor, deberán luchar por traer la paz y sobrevivir en el intento. En un mundo consumido por el caos, ellas deberán ser el bote que mantenga la humanidad a...