— ¡Que ojazos tienes!— la mujer se queda observando el par celeste por unos segundos— Siento que me observas hasta el alma.
»Pero bueno, ¡Bienvenida a este segmento de preguntas!
Nagore le regala una sonrisa de lado.
— Muchas gracias— responde con calma, tratando de apartarse algo que le molesta en sus ojos— Espera...— levanta una de sus manos para indicarle a la mujer que espere un momento hasta que se recupere— Tengo una mierda metida en el ojo. Me hiciste literalmente mal de ojo, mujer— suspira cuando al fin puede deshacerse de aquella molestia.
— Lo siento, que de verdad no era mi intención— muestra una sonrisa avergonzada.
— ¡Que va! Estaba bromeando. Ya me molestaba desde el momento que me senté— se encoge de hombros restándole importancia.
Luego de unos segundos ambas vuelven a ese ambiente más profesional.
— Cuéntame que te parece eso de la reencarnación.
— Me parece un completo fastidio. ¿Sabes lo que es estar muriendo y reviviendo cada que a uno grupo de idiotas les da la gana de matarte? Es una mierda.
»Me han quitado años importantes de mi vida. ¿Puedes imaginarte que tu esposo deba matarte antes de que otros idiotas te hagan pasar un infierno? No pude disfrutar de mi hija porque cuando regresé ya era una adulta con toda una vida realizada, sin hablar de cómo mataron a mi hijo.
»Reencarnar es increíble porque te da la oportunidad de regresar con las personas que amas, pero es horrible perderte de tanto. Así que reencarnas en estas circunstancias me parece una mierda.
Respira cuando termina de decir eso, sintiéndose un poco agitada por hablar de aquello.
— ¿Qué es lo que más te duele de eso?
Nagore sonríe, desviando la mirada para que la mujer no mire sus ojos enrojecidos.
— Todo duele. Duele morir y hacer sufrir a los que amas, perderte momentos importantes como el hecho de ver a tu única hija crecer y convertirse en lo que es.
»Mi hermana y yo hemos pasado más tiempo muertas que con vida. Existimos desde hace milenios y nuestros años vivas no llegan ni a mil.
»Apenas si conozco a las personas que más amo.
La castaña suelta un suspiro, tratando de entender su tristeza.
— Hablemos de Helios...
— ¿Mi titán candente? Y obviamente no lo digo porque es la personificación del sol. ¡Es que ese hombre quema!— cambia rotundamente de humor para adoptar uno más pícaro.
»Eso si es lo que me gusta de reencarnar. El buen sexo con mi esposo es lo mejor de regresar a la vida— parece irse en sus pensamientos hasta que cae de repente a la realidad— Espera, ¿Podía decir eso aquí?— su mirada está llena de pánico.
— Creo que si puedes decir cosas así. A fin de cuentas este segmento es para conocerte y ese es un dato interesante.
» Hablando de tu titán candente, ¿Alguna vez has estado con otra persona aparte de él?
Nagore abre sus ojos con exageración, llevando una mano a su pecho de forma dramática.
— Nunca he estado con otro ser que no sea mi esposo. Mis días están contados desde que nazco y no pienso perder mi tiempo teniendo mal sexo cuando Helios me da todo lo que necesito.
— ¿Y que me dices de Kurt?
La titánide permanece con su boca abierta por la sorpresa.
— Esa es cosa de Angela. Yo, Nagore nunca me metí en ese asunto, al contrario, en el fondo siempre traté de actuar de otra manera. Justo por eso terminé en los brazos de Helios como siempre.
Ríe con picardía, posiblemente recordando algunas cosas...
— ¿Qué opinas de Haris?
— Haris es la mejor madre de todo el universo, aparte de Hemna. Ella realmente ama el hecho de ser madre y lo entrega todo en el acto, así que algún día espero que pueda tener un hijo suyo y que el destino no lo aparte de ella.
» Debo decir que toda la familia Zabat es increíble y estaré eternamente agradecida con ella.
— ¿Algo que quieras decirnos sobre tu hermosa hija?
Nagore la observa con las cejar enarcadas.
— Solo eso, que es hermosa. De tal palo tan astilla.
»Ahora debo irme. Mi querido Helios me espera.
La mujer niega sin poder ocultar su risa.
— ¿Tendremos más hijos de Nagore y Helios?
— Posiblemente, pero mientras tanto hay que intentarlo— lanza un beso antes de marchase.
»Hasta la próxima.
— No habrá una próxima— le cuerda a la titánide.
— En ese caso, fue un placer por parte de todos. Gracias por darnos esta oportunidad.
La castaña hace un gesto melancólico al ver cómo la titánide abandona la habitación.
— Extrañaré tanto esto.
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Las Hijas Del Alba (DDA#3)
FantasyLa guerra se alza en el Olimpo, arrastrando su destrucción hasta la tierra, donde Angela y Eleonor, deberán luchar por traer la paz y sobrevivir en el intento. En un mundo consumido por el caos, ellas deberán ser el bote que mantenga la humanidad a...