CAPÍTULO 4

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ADRIANO

Zaila se quedó dormida en el sillón después de tomarse la medicina que le receto el doctor, me agacho a su altura y la cargo para llevarla a la habitación para que duerma más cómoda, la dejó suavemente en la cama, le quito los zapatos y le pongo una manta encima, salgo de la habitación el silencio para no despertarla y le marco a mi hermano pero no contesta, después de unos intentos más contesta pero se le escucha agitado.

—Joder Adriano que quieres, me acabas de arruinar un polvo— del otro lado de la llamada se escuchaba una voz de mujer protestando.

— A Zaila le han disparado en el hombro cuando estábamos comiendo en el restaurante—escucho maldecir a mi hermano y decirle a la mujer que tiene que irse. 

—Voy de camino hablaré con Quevedo, el nos ayudara a dar con el cabrón que le hizo eso.

Minutos más tarde están todos mis hombres reunidos en el sótano de mi apartamento, esperando a que les de la orden a seguir,

—El día de hoy estaba con mi mujer en el restaurante comiendo y ella recibió un disparo— mis hombres me miras atentos por lo que les estoy diciendo.

>>>Creemos que son gente de la 'Ndrangheta, ellos quieren joder a mi suegro y la única manera de hacerlo es lastimando a su hija, así que quiero que investiguen sus últimos movimientos, hagan lo que tengan que hacer pero al hijo de puta que le disparo a mi mujer lo quiero ya, lo traen vivo, porque de él me encargo yo.

Todos mis hombres me dan un asentimiento y se disponen a salir del lugar pero los freno.

—Oh, ocupo que traigan a un hombre de los suyos, uno que sea cercano al jefe— y con eso salen del lugar a cumplir mis órdenes.

🐲🐲🐲


Golpeo por milésima vez la cara del hombre sentado en la silla, he tratado de que me diga quien fue el que le disparó a Zaila, pero el muy cabrón no da respuestas, se me ha acabado la paciencia así que le pido a uno de mis hombres que me traigan la inyección, me la entregan en mi mano y se la muestro.

—Esto que ves aquí es veneno de un pez piedra, bueno este líquido que contiene la jeringa es veneno de ese animal y sabes que te hará-. el tipo niega con su cabeza, incapaz de hablar de por el miedo.

—Tendrás dificultad para respirar, tu corazón fallara, sangraras, te dará parálisis, ¿eso quieres?— preguntó con fingida preocupación y el tipo niega frenéticamente, está sudando por el miedo.

—No, entonces dime quién te mandó a matar a mi mujer—lo veo dudar y acerco la jeringa su cuello y empieza retorcerse—. No, no, no, voy a hablar, el hombre que me pagó no me dijo su nombre so-solo me dijo que le disparara a la mujer en el brazo.

—Describe al hombre, rápido- digo con suma dureza.

—Si- si, era delgado, pero con musculó, pelo negro, tez morena, alto ojos cafés, el dijo que solo le disparara en el brazo— me alejo de él y dejo la jeringa sobre la mesa—. Entonces porque había más personas disparando, no eras tú solo.

—El quería que pareciera un atraco al restaurante— lo miro analizando lo que dice y decido creerle, pero si lo dejo vivo solo le daría aviso a ese idiota que estoy buscándolo, así que saco mi arma y apunto directo a su cabeza .

—No, no ,usted dijo que no me mataría si hablaba— lo miro con confusión—.  ¿Yo?, yo dije que si hablabas no te pondría el veneno, no que no te mataría— digo con gracia, y le disparo en la cabeza, la sangre salpica mi traje y me da tristeza porque era nuevo, pero bueno son problemitas del oficio.

—Quémenlo o has lo que quieras pero desaparécelo y que no quede rastro, ¿entienden? — mis hombres se sienten y abandonan el sótano, solo Alessandro se queda conmigo. -

—Te das cuenta de que si no fueron los 'Ndrangheta, alguien más debe estar tras tu suegrito y es alguien que está empezando a jugar sus cartas— mi hermano tiene razón alguien aparte de ellos quiere joderlo y ya ha empezado a hacerlo—.Tienes razón y voy a debo averiguarlo.

Salgo del sótano y subo a mi departamento, me doy cuenta de que Zaila está sentada en el sofá viendo alguna película de lo que parece ser acción y autos, ella parece notar mi presencia porque voltea a verme y al ver mi ropa llena de sangre hace una mueca.

—¿Qué te ha pasado?—pregunta levantándose rápidamente del sofá viniendo hacia mi—. Que pequeña, ¿te preocupas por mi ?— pregunto con diversión y su cara se torna seria.

—Vete a la mierda— dice y abandona la sala, joder ese carácter difícil me encanta, me encamino al baño y entro, me desnudo y abro la llave del agua fría, necesito que mis músculos se relajen, me pongo bajo el chorro del agua y comienzo a enjabonarme después de unos minutos termino de bañarme y amarro una toalla a mi cadera y salgo del baño a mi habitación, al entrar en ella puedo ver a Zaila sonriendo a algo en su celular y me molesto con solo pensar que es a un hombre.

 —¿Con quien hablas ?— pregunto serio, ella sube su mirada y se encuentra con la mía y sonríe con malicia.

—¿Y qué pasaría si estoy hablando con alguien?—dice riendo.

—No estoy jugando Zaila, así que contesta— hace un puchero adorable y responde—. Ay, que amargado, solo estaba leyendo mira— y me enseña la pantalla del teléfono donde efectivamente estaba leyendo.

—Bien, me voy para que te cambies-, dice acercándose a la puerta pero la detengo tomándola del cuello y acercándola a mi.

—No quieres cambiarme tu pequeña fiera, sería mucho más divertido ¿no crees?— digo cerca de su oído lamiendo el lóbulo de oreja y mordiéndolo un poco, bajo mis labios y comienzo a besar su cuello, su respiración se agita, y su boca se abre involuntariamente, estoy duro como una piedra y me siento más caliente que con ninguna otra mujer, mis caderas se mueven involuntariamente hacia enfrente tratando de causar fricción, bajo mi mano a su culo y lo aprieto duro, suelta un gemido y parece que vuelve a la realidad porque me empuja con fuerza y trata de salir de la habitación pero le toma la mano donde no ha recibido el impacto , pero ella me golpea el brazo y la suelto.

—No me vuelvas a tocar así o te rompo los huevos— me amenaza y sonrío .

—El día que te folle pequeña fiera, me rogarás que lo haga y lo haré con placer, duro y fuerte, dejándote afónica de tanto gritar de placer—sus ojos se abren de asombro pero no responde nada solo abandona la habitación y da un portazo.

Me tumbo en la cama y tomo un bote de lubricante que tengo en la cajonera y me lo pongo el la polla, comienzo a masajear mi polla despacio de arriba hacia abajo apretando un poco, con mi otra mano tomo mis huevos y les doy apretones, paso mi dedo índice y pulgar por el glande y me imagino a Zaila sobre mi, con su tetas rebotando sobre mi rostro y ese perfecto culo sintiéndolo en mis manos, puedo imaginar su cara deformándose por el placer, aumento la velocidad de mi mano y empiezo a sentir pequeños espasmos que me recorren el cuerpo entero y con un fuerte gemido me corro.

Joder Zaila que me estas haciendo.



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