He estado un poquito desaparecida pero espero y volver con las actualizaciones seguidas, los quiero.
ZAILA
Sigo acostada en este maldito hospital, ni siquiera me siento mal, pero el estúpido de mi esposo quiso que me quedara hasta que el doctor lo indicara y me diera el dichoso permiso de irme, no me gustan los hospitales y menos desde lo que le sucedió a mi mama, todo el día estaba hospitalizada y no me gustaba, yo solo era una niña pequeña que sufría porque su heroína no estaba con ella, pero ya no vale la pena seguir sufriendo por algo que ya paso, paso mi mano por mis ojos que ahora se encuentras húmedos por el deseo de llorar, pienso en la mujer que me he convertido y se que ella estaría muy orgullosa de su hija, no se como se tomaría mi matrimonio con Adriano, espero y bien.
Hoy le pediré el alta voluntaria al medico y me iré a descansar a la comodidad de mi cuarto, rodeada de lo más hermoso que tengo, mis libros, si es que mi querido y exagerado esposo no hace un drama por eso.
Quiero irme ya para descansar en mi casa porque en un mes tengo que ir a la New York Fashion week, esa pasarela es muy importante para mi, puede impulsar mucho mi carrera ya que es uno de los desfiles de modas más importantes del mundo del modelaje y me la voy a perder por nada del mundo, estoy perdida en mis pensamientos sobre mi trabajo cuando la puerta de mi habitación se abre y entra el señor exagerado.
—¿Cómo sigues? — me pregunta mientras se sienta en la cama con un ramo de flores en su mano y una bolsita en la otra.
—Bien, ¿Qué tienes ahí ?— digo mientras señalo con mi dedo índice la bolsa.
—Ah, una sorpresa para una mujer hermosa que me gusta mucho—una sonrisa llena mis labios y suelto un pequeño suspiro—. Si, ¿Por qué no se lo das?
—Porque no se encuentra en esta habitación— abro la boca y un sonido de indignación sale de mi garganta. Cruzo mis brazos y su mirada se centra en mi pecho.
—Porque haces esa cara, sabes que solo estoy jugando— me dice, acercándose a mi, deja las flores en un lado de la cama, con su mano libre sostiene mi barbilla y me da un tierno beso en mis labios.
—Ya, enséñame lo que traes ahí
—Como digas fiera— dice comenzando a desabrochar sus pantalones, mis ojos se abren en sorpresa al notar el doble sentido que tienen mis palabras. No puedo evitar reírme, pero al instante me contengo por la herida.
—Eres un pervertido Adriano, ya déjame verlo— alza sus cejas moviéndolas arriba y abajo luciendo una sonrisa pícara. —Basta ya, Dios, tienes podrida la mente cochino.
Suelta una carcajada que alegra mi día, no son muchas veces las que lo he visto reír y he descubierto que el sonido de su risa me encanta , pero no estoy enamorada, solo me siento feliz con él porque es bueno conmigo nada más.
—Está bien, enojona— toma la bolsita y de ella saca un conjunto de lencería negra, muy bonito, se ve tan delicado y sensual, me gusta.
—¿Lencería?, ¿En serio?— su vista se vuelve a desviar a mis brazos aun cruzados.
—Si, para que me bailes cuando te recuperes, yo cumplí tu fantasía con los libros, es justo que tu cumplas la mía.
—Oh mira, que inteligente eres, no soy tu stripper personal.
—Bueno, entonces se lo tendré que dar a otra que si valore el privilegio que le estoy dando— me siento indignada.
Sonrió con altanería, dándole una sonrisa ladeada.
—¿Crees que puedes chantajearme?
—No es un chantaje, es un acuerdo de conveniencia, yo te regalé libros, tú me regalas un baile.
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RAMÉ
RomanceAdriano D'angelo Capo di tutti capi en la Cosa Nostra Frio Dominante Poderoso Leal El es el Jefe, al que todos respetan y adoran como un rey, lidera con fuerza y dominio, es leal, pero si lo traicionas atente a las consecuencias porque un rey no se...