𝐏𝐄𝐀𝐊𝐘 𝐁𝐋𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑𝐒 |𝑶𝒏𝒆-𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔

|𝑷𝒐𝒍𝒍𝒚 𝑮𝒓𝒂𝒚|

Ana estaba comenzando a preocuparse por Polly, su esposa desde hace más de quince años. Estaba decaída últimamente, Ana no sabía que sucedía pero sabía de ante mano que era un asunto donde los Peaky Blinders estaban involucrados y ella no quería preocuparla contándole algo relacionado.

La segunda mayor de la familia organizó una cena en la mansión Shelby donde actualmente vivían, Polly, Gina, Michael, Finn y ella además de el personal. En realidad siempre estaban todos rondando por la casa ya que era el sitio más tranquilo para descansar en familia.

Siempre estaban Polly o Anastasia quienes aconsejaban y ayudaban a los demás miembros de la familia si tenían un problema. Ambas mujeres derrochan liderazgo en su sangre.

Por dichas razones actualmente nadie quería meterse en problemas con los chicos Peaky, eso también significaba meterse con ellas y nadie quería verlas enojadas.

El día era tranquilo, la gran mesa del comedor estaba llena tanto de comida como de personas. John y Esme junto a los niños, Arthur junto a Linda, Ada, Finn y algunos de los chicos Peaky sin olvidar a Thomas quien solo había podido asistir con el pequeño Charlie ya que a Ana no le caía bien Grace desde lo que hizo hace unos años. Y si ella decía que no, así quedaba el asunto.

— Me gusta este ambiente, todos en familia, disfrutando de nuestra compañía. Sin ningún tipo de problema o conflicto — comento Polly mientras tomaba la mano de Ana dejando un beso en el dorso de la misma.

Ana sonrió estando de acuerdo con su esposa.

— Lo sé, todo es tan tranquilo — miro alrededor unos segundos — me gustaría que siempre se mantuviera así — su sonrisa fue reemplazada por un semblante un poco más serio dando a entender a Polly que algo sucedía.

— ¿Lo hablamos ahora, o más tarde a solas? — pregunto mientras también miraba alrededor.

— En realidad me gustaría hablarlo ahora, con todos presentes — le respondió alzando un poco su vos para que los demás escucharan.

— Chicos, escuchen a Ana — pidió Polly parándose al ver que la pelinegra así lo hacia.

Anastasia respiro tranquilamente mientras apoyaba sus manos en la mesa, dando una mirada a todos antes de comenzar a hablar.

— Los chicos de Londres me han comentado que recibieron órdenes de matar a cualquiera que los desafiara o siquiera mirara — comenzó tranquilamente pero sin perder su semblante serio — dichar órdenes no fueron dadas ni por Polly ni por mi, incluso tampoco por Arthur o John. Lo que me inquieta es que lo haya hecho alguien que no tiene voz ni voto en esta familia — miro directamente hacia Thomas haciendo que todos lo miraran también — pregunte quien dio la orden y vaya sorpresa me lleve cuando me dijeron que lo había hecho la señora Shelby, entonces creí que había sido tal vez Polly, pero después me comentaron que era una mujer rubia y joven — rio sin ganas como si se burlara de el simple hecho de recordarlo — Ellos hablaban de nada menos que Grace 'Shelby'. Es graciosos por que nosotras — miro hacia Polly — no dimos consentimiento para que ella llevara nuestro apellido. No es considerada de la familia, Thomas, crei haberlo dejado claro cuando nos traicionó —

Thomas se puso de pie notablemente más tenso que antes, queriendo parecer intimidante.

— Grace es mi esposa y tiene el derecho de llevar el apellido de la familia — contraataco — soy el jefe aquí, no necesito tu autorización ni la de Polly para hacer lo que me plazca —

Anastasia sonrió de lado con arrogancia.

— ¿Recuerdas quien salvo esta familia de la quiebra más de cinco años seguidos?, ¿Quien los saco adelante a pesar de todo? ¿Quien hizo que el apellido Shelby se hiciera conocido? — indagó — todo eso lo hicimos Anastasia y yo. Si una dice que no, así se queda y no esta a discusión, me importa una mierda que tengas un pene con grandes expectativas de liderazgo por que aquí quien manda somos nosotras. — terminó Polly, apoyando a su pareja.

El silencio reino en la habitación y fue cuando Thomas Shelby bajo ya mirada hacia el suelo sin decir nada.

— ¿Entendiste lo que acabamos de decir o necesitas que te lo dibuje? — habló nuevamente Ana, dando un paso hacia Polly.

Thomas no respondió.

— Si me entero que vuelves a hacer una idiotez de estar dejando que esa zorra quiera venir a dar órdenes en nuestras familia, te enviare su cabeza por correo para ver si así lo captas mejor — habló firmemente — ahora lárgate de mi casa, pero Charlie se quedará aquí hasta la tarde. No quiero saber nada más de ti por hoy —

El pelinegro levanto la mirada para verla a los ojos, sabiendo que hablaba en serio sobre lo de matar a Grace. Prefirió no decir nada más, sabía que la había cagado, Grace lo habia vuelto a manipular pero esto no quedaría así.

En completo silencio se retiro de la casa y todos optaron por seguir con la comida como si nada hubiera pasado.

Más tarde en la noche mientras Polly y Ana se preparaban para dormir, un disparo resonó en la casa además de un par de vidrios rompiéndose.

Anastasia miro rápidamente hacia su esposa asegurándose que no le había sucedido nada pero era tarde.

Polly estaba en el suelo mientras la herida de bala sangraba y dejaba un charco a su alrededor.

La pelinegra no tardo en correr hacia ella tomándole el rostro con desesperación y las lágrimas corriendo por su rostro sin consuelo alguno.

— Polly cariño no cierres los ojos, mírame, vamos no los cierres mírame — pedía Ana pero Polly ya no podía mantenerse despierta, perdía mucha sangre.

— T-te amo cariño, mantén la familia unida y f-fuerte — escuchó susurrar a Polly con sus últimas fuerzas.

— No, no, no, escúchame. También te amo, no puedes dejarme sola cielo, no puedo sin ti — lloraba mientras miraba el rostro casi inerte de Polly — Vamos cielo no me hagas esto — susurro entre el  llanto apoyando su frente junto a la de su esposa.

Escucho voces en el pasillo y a Arthur hablarle detrás de la puerta pero no respondío, solamente siguió abrazando el cuerpo inerte de su esposa.

Siguio junto a ella.

En ese momento juro que mataría a Grace Burgess con sus propias manos, por que sabía de ante mano que había sido ella queriendo desafiarla.

Nadie se metía con los Peaky Blinders, mucho menos con Anastasia Shelby.

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With love, your favorite writer.

Cassiel Voight

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