𝑶𝑵𝑬-𝑺𝑯𝑶𝑻𝑺 | ¿Quieres leer historias con tus personajes favoritos? Bueno, estas en el lugar correcto, lee sin miedo al éxito.
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— Malditos imbéciles — susurro Bella mientras dejaba los basos de Wiskey en la barra para que Harry los limpiara.
Cierto pelirubio la había escuchado maldecir por lo cual se rió de ella.
Bella lo miro de reojo apunto de maldecirlo a él también, pero lo reconoció justo tiempo y simplemente lo ignoro para seguir con su trabajo.
Al levantar los vasos de una mesa llena de borrachos uno de ellos le tocó el trasero sin disimulo alguno.
Ella lo observo de manera amenazante.
— ¿Que pasa cariño? ¿No quieres divertirte esta noche? — hablo con burla haciendo que todos los demás se rieran.
En la mesa de al lado, Arthur había tomado del brazo a John para que no se interpusiera, al menos por ahora.
Los cuatro hermanos Shelby miraban la escena atentamente.
— Estoy segura que no tienes nada con que divertirme — Bella hablo despectivamente mientras lo observaba de arriba a abajo.
Todos volvieron a reír, pero esta vez rieron de su amigo quien había sido humillado.
Volvió a tomar las cosas de la mesa y el hombre de nuevo le tocó el trasero. Esta vez ella no se quedó quieta y tomando una de las botellas de cerveza que estaban sobre la mesa, rápidamente la estrelló en la cabeza del tipejo ese.
Los vidrios salieron volando hacia todos lados llamando la atención del resto del Pub quienes miraron la escena.
Bella tomo el extremo de la botella que aún quedaba en su mano y la coloco en el cuello del hombre mientras le levantaba la cabeza tomándolo por el pelo para que la observará.
— Si vuelves a tocarme va a ser la última mierda que hagas en tu vida — hablo seriamente justo cuando Harry la apartó de aquel hombre.
— Bella por dios, ¿Que demonios haces? — indagó con preocupación el hombre.
— Simplemente deje algunas cosas claras — comento con enfado en la voz mientras le daba una mirada al hombre y luego a Harry.
— Ve a seguir con tu trabajo, en la bodega — aclaro Harry, tratando de sacarla de allí. No quería más inconvenientes como este, esta noche.
Bella se fue a regañadientes hacia donde la había mandado.
Si su padre la viera estaría orgulloso, claro que Alfie Solomons estaría orgulloso de su hija.
Al llegar a la bodega comenzo a limpiar los estantes mientras aún seguía maldiciendo, molesta por aquel imbécil que se creía con derecho de estarla manoceando.
— Eso fue fantástico — escucho detrás de ella, por lo cual volteo.
John estaba parado en la puerta de la bodega con una cerveza en su mano.
