𝑶𝑵𝑬-𝑺𝑯𝑶𝑻𝑺 | ¿Quieres leer historias con tus personajes favoritos? Bueno, estas en el lugar correcto, lee sin miedo al éxito.
Prohibo la copia o adaptación de esta historia, todos los derechos están reservados.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tu y Alfie llevaban casados varios años, recientemente habías dado a luz a tu cuarto bebé así que estabas muy estresada tratando de cuidarlos todos a la vez mientras tu cuerpo aún dolía por el parto.
Alfie estaba aún en cama porque había estado fuera haciendo negocios toda la noche, pero finalmente se levantó. Al entrar a la habitación de los niños te encontró exhausta y ocupada, se detuvo en seco frunciendo el ceño.
- No puedo creer que te tenga que decir que deberías estar descansando, amor mío -
- Estabas cansado... No quería que los niños te despertarán - Murmuras de forma dulce. No importa cuan cansada estés, siempre tratabas de que él pueda descansar bien.
Frunció todavía el ceño, aunque su expresión se suavizó ligeramente ante tu comentario. Camino y se detuvo frente a ti, observándote en silencio.
- Todavía tienes las ojeras - Comentó, levantando una mano para tocarte la cara con extrema delicadeza.
Sus labios se entornaron en un gesto de preocupación al ver lo cansada que estabas. Se acercó más a ti y pasó un brazo alrededor de tu cintura para llevarte a la mecedora y hacer que te sentaras.
- ¿Cuándo fue la última vez que dormiste como mínimo ocho horas seguidas? -
- Antes de que tengamos tantos hijos - Intentas bromear mientras escuchas llorar al bebe más reciente, Theo.
Alfie no se rio de tu broma, sólo siguió frunciendo el ceño ante eso. Le echó un vistazo a la cuna del bebé y sacudió la cabeza para sí mismo, soltando un suspiro pesado.
- No debería tener que recordarte el cuidar de tu propia salud, cariño -
- Alfie, tenemos cuatro hijos y ninguno de ellos tiene más de 5 años. Todos necesitan a su mamá todo el tiempo - Murmuras poniéndote de pie para ir a ver al bebé.
La frustración en el rostro de Alfie aumentó. Cruzó los brazos y te siguió mientras te dirigías a la cuna del bebé.
- Sí, y te necesito a ti también - Replicó con dureza. Su tono se volvió más suave al ver lo cansada que estabas. Suspiró profundamente y puso una mano en tu hombro - Debes cuidarte, cariño -
- ¿Y quien cuidara de los niños si no lo hago yo? Tu nunca estás en la casa...- Tomas a Theo en tus brazos con sumo cuidado.
Era cierto y lo sabía, pero no le gustaba oírlo de ti. Miró cómo cogías al bebé con cuidado, luego a tu rostro y el fruncimiento de su ceño se aligeró.
- Te dije que podíamos contratar a una niñera -
- No quiero a una mujer desconocida cerca de mis hijos -
Si bien Alfie siempre te había propuesto tener una o más niñeras, siempre te negabas. Ser madre te encantaba, era una tarea agotadora, por supuesto, más sin embargo lo disfrutabas muchísimo y creías que pasar tiempo con tus hijos era lo más importante.
