Era agosto, estaban a unos días del cumpleaños de Aslan. Los preparativos del japonés para aquel momento eran bastantes, y ya tenía casi todo para darle la mejor fiesta posible.
Sentía mucha tristeza porque su chico rubio no la iba a pasar con su pandilla y los demás, por eso puso todo su esfuerzo en hacerle pasar un gran cumpleaños en Japón. Obviamente todo era a escondidas de Ash.
— Se supone que eres su casi novio oficial, ¿cómo no te vas a saber su sabor de pastel favorito?
— Porque no soy un acosador, ¿sabías?
Efectivamente, el japonés de casi 21 años se estaba peleando con su querida hermana menor por un pastel de cumpleaños. No se decidían por cuál mandar a hacer para ese día, temía que Ash fuera alérgico o algo así.
—Ya Eiji, si no lo mató la mafia estadounidense, policías, militares, carceleros, ni pandillas, ¿qué te hace pensar que lo hará un pastel? Dios.
Punto para ella.
—Está bien, escogeré este.—El pelinegro apuntó en la vidriera el tipo de pastel que quería, a lo que la chica de la pastelería asintió y anotó su pedido.
—En cuánto tengamos listo, se lo llevaremos. Puede completar esto por favor. —Pidió pasando un papel y bolígrafo.
Saliendo de la pastelería, los hermanos se pusieron a pensar en cómo ocultarian todas esas cosas que compraron. Lo bueno era que Ash tardaría en llegar a la casa ese día, porque fue a recorrer con la tía Ayaka para encontrar trabajo.
El rubio luego de pensarlo bastante, imploró a la mujer que le consiga dónde pudiera ganar dinero para ayudar a su japonés y su casi suegra con los gastos de la casa. Ayaka no dudó un segundo en decirle que sí.
—Mira Ash, voy a llevarte con un amigo mío de la infancia que ahora tiene un restaurante, no sé si alguna vez fuiste mesero pero es un trabajo donde te pagaran bastante bien.
—Cualquier trabajo para mí está bien. De verdad te lo agradezco, Ayaka.
El chico aún no estaba acostumbrado a dirigirse con honoríficos a las personas de ahí, cosa que a Ayaka no le importaba en absoluto, pero si iba a trabajar en un restaurante a los clientes claramente les molestaría.
Entraron al lugar que estaba vacío aún, y les recibió un señor bastante mayor con una sonrisa tranquila.
—Ayaka, tanto tiempo sin verte— Extendió sus brazos como indicando que quería un abrazo, a lo que ella se lo concedió contenta.
—Te traje a un nuevo muchacho para ayudarte aquí, vino de América. Ash saluda —Ordenó, indicándole para que haga una reverencia, a lo cuál el mencionado obedeció.
— Así que,¿este es el enamorado de Eiji del que me hablaste?— Dijo el adulto mayor soltando una carcajada. Ash no entendía porqué la risa, ni tampoco porqué todos estaban al tanto de su relación con Eiji. Suspiró.
—Sí, ¿verdad que está guapetón? Me recuerda a mi marido.
— Pero si tu marido era moreno y calvo— Ash comenzó a reir bajito tras escuchar aquel comentario.
—Digo que me recuerda a mi marido por su carácter—Siguió, casi como un regaño—en fin, espero que se lleven bien. Volveré a buscar a Ash en su horario de salida.
El hombre se presentó como "Gasper". Le comentó al rubio que había abierto ese local con su esposa cuando tenían la edad de Eiji y él. También que conocía a Ayaka desde la escuela primaria.
—Estoy bastante contento de contratar chicos adolescentes. Sé lo mucho que cuesta depender de tus padres, cuando mi esposa estaba viva la pasaba muy mal en su casa.
— De hecho, yo no tengo padres. — Interrumpió el rubio.
—¿No?¿y con quién vivías en América?
— Esto debe ser exportado—Cambió de tema Aslan, admirando una pintura que se encontraba colgada en la pared.
— Ah, de hecho no. Mi esposa era fanática del arte, y pintaba cuadros preciosos. La mayoría que adornan el restaurante fueron hechos por ella.
— Debió haberla amado mucho. —Ash volteó su vista al hombre, y vio como este llevaba la mano a la zona de su coazón.
— Ella fue lo mejor de mi vida, y a pesar de que se fue de mi lado, su alma siempre estará conmigo.
Aquello conmovió al rubio, esas palabras ya las había escuchado anteriormente. En distintas situaciones, claro, pero siempre con el mismo significado.
Trabajar en aquel restaurante sería una experiencia increíblemente nueva, se estaba comenzando a emocionar.
Eiji y Aiko ya estaban en la casa, intentando ocultar todas las cosas compradas en la habitación de arriba, la cual Ash no sabia ni que existía. Pero el lugar estaba hecho polvo, por lo que tardaron como 3 horas en ordenar todo aquello.
—¡Estoy rendida! —Expresó la niña, tomando agua de una botella.
— Gracias por tu ayuda, hermana.
— Qué gracias, me debes chocolates. — Dicho esto le sacó la lengua y el mayor se echó a reír, pensando que ella bromeaba.
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Segunda Oportunidad
FanfictionAslan no creía en las segundas oportunidades, o al menos no, hasta que el cielo le obsequió una. Este final alternativo de Banana Fish, solo da comienzo a una historia nueva. *Capítulos softs y cortitos. *Mención al Victuuri, obvio. *Solo la tra...