— Me alegro mucho contigo, Aslan— Exclamó sonriente la mujer. — Mudarte con tu pareja es un gran avance en la superación personal.Ash había comenzado a ser más abierto en sus sesiones de terapia semanales. La mujer, de nombre Haruno, era bastante dulce y no preguntaba de más, siempre esperaba que fuera él quien se sintiera cómodo en su ambiente, para sacar cualquier tema. Por ende, le confió sobre la decisión que Eiji y él habian tomado.
— Lo único malo, es que todavía no encuentro ningún lugar que me guste; y para Eiji, todos los lugares lucen bien, no es muy crítico que digamos.
— Ya veo. Entonces, ¿estás manejando bien las herramientas que te estuve dando durante este tiempo?
— Las pesadillas no son ya tan frecuentes, si eso quieres saber. Pero... hay algo que me hace ruido.
—¿Y eso es?
— He estado reflexionando sobre mis actos pasados, y ya sé que no es culpa mía. Lo comprendo. Pero todavía siento que las experiencias, de cierta forma, me persiguen.
La mujer escuchaba atentamente, sin hablar, esperando a que Ash se animara a continuar. Mas al éste no hacerlo, soltó.
— ¿Hay algo en particular que te esté preocupando o molestando?
Lo pensó durante unos segundos, suspiró. En realidad, habían más de una cosa que le preocupaban, porque era consciente de que aunque Eiji lo amara incondicionalmente, las inseguridades de Ash para con su alrededor, sumado a las pesadillas frecuentes, podían ser una gran carga.
Eiji no se lo diría, jamás.
— Siento... — Era difícil, nunca había sido escuchado de esta forma y expresarse le asustaba— Siento miedo. — Soltó, en un arranque.
Aquello fue liberador.
— Siempre sentí miedo. De pequeño tenía miedo; de adolescente, aunque me hice más fuerte, tenía miedo; y ahora... — Daba risa, porque ya no estaba enfrentándose a mafiosos y militares, pero tenía miedo de aquella vida normal, de ser merecedor de ella. — Era más fácil fingir fortaleza y encerrarme en un caparazón.
— El miedo es normal, Aslan. Es parte de ser humano. Los humanos tenemos miedos, inseguridades.
— Yo no puedo permitirme tener miedo.
—¿Por qué?
— Por Eiji.
— Incluso con Eiji sientes miedo, ¿no es así? — Miró el rostro contrario, buscando alguna pista para continuar. Cuando notó que Ash abrió levemente más los ojos, pudo seguir— Tu pareja te da seguridad, te da miedo perderlo, pero eso no es algo negativo que debas reprimir. ¿En ese tiempo era así? — Preguntó, refiriéndose a su vida en Nueva York.
— Sí. Yo no me dí cuenta de cuánto miedo tenía, hasta que Eiji apareció y fue... ¿devastador?
— No sabías cómo sentirte al respecto, ¿cierto?
— No. Sabía cómo sentirme, pero me daba miedo sentirme de esa manera. — Su cabeza dolía de repente. Él y Eiji eran diferentes, muy diferentes; de contextos sociales y culturales diferentes. ¿Funcionaría siquiera aquello? — En ese tiempo, tenía miedo de perderlo. Pero ahora... — No podía creer lo que estaba apunto de decir, ni a quién— Tengo miedo de no ser suficiente para él. Estoy tan dañado, tan sucio y Eiji es... un ángel.
Su voz quebró un poco, luego volvió a acomodar su postura en el asiento. La mujer, de rostro neutro, solo lo observaba.
—¿Qué pasaría si no pudiera más conmigo, con mis inseguridades?
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Segunda Oportunidad
FanfictionAslan no creía en las segundas oportunidades, o al menos no, hasta que el cielo le obsequió una. Este final alternativo de Banana Fish, solo da comienzo a una historia nueva. *Capítulos softs y cortitos. *Mención al Victuuri, obvio. *Solo la tra...