11: Fuente de los deseos.

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El día después del cumpleaños de Ash fue un completo desastre. La casa estaba desordenada hasta el techo.

Al final, el rubio fue el que más despierto quedó esa noche. Haber besado a Eiji y saber que era correspondido, para él fue lo mejor de sus diecinueve años de vida.

Mejor todavía, ahora tenía al chico oficialmente como su pareja, iba a poder presumírselo al ruso pelos de anciana.

—¿Qué piensas? Se te enfría el almuerzo.—Habló la menor de la familia Okumura.

—¿Tu hermano no te contó?

—¿Qué?—Estaba confundida.

— Él y yo estamos saliendo oficialmente —Contestó, hablando como si de ganar un trofeo se tratara. Colocó su cabello detrás de la oreja y volvió a hablar— Ahora solo haremos cosas de novios, como darnos besos y así.

—No te conocía de esa forma. — Tiró burlona la niña.

—Yo tampoco. — Sonrió, encogiéndose de hombros. En su cabeza, Aslan de quince años le estaría escupiendo en la cara por estar tan enamorado.

—Muy gay— Dicho esto, se levantó y fue a lavar su plato. Ahí Ash volvió a caer en que el único que aún no terminaba de almorzar era él, por lo que apuró el paso.

Eiji debía volver a su casa. Extrañaba al rubio. Aunque no lo admitiera abiertamente, aquel beso de la noche anterior le dejó bastante impactado, y es que sabía que Ash ya lo había besado antes, pero era en un contexto y país totalmente diferentes al que se encontraban ahora.

Al salir de su clase, se encontró con un sonriente Yuri.

—¡Al fin!¡Son novios! ¡Son novios!— Gritaba feliz y para nada disimulado el chico de veinticuatro años frente a él.

—Pero cállate, no quiero llamar la atención. — Susurraba Eiji, colocándose la gorra de su campera sobre el rostro.

—¡Esto hay que celebrarlo!— Siguió gritando, ignorando a su amigo. — Voy a llamar a Víctor para juntarnos los cuatro.

—¿Pero qué haremos?

—¡Cosas de novios!— Eiji lo miró confundido.

A veces no entendía al de lentes, de verdad su cerebro estaba a un nivel que solo su prometido Nikiforov comprendía completamente.

Tal vez por eso eran almas gemelas.

—¿Cómo qué?

—Ahg Eiji, juntarnos y tener citas dobles, cosas así. Llama a Ash de una vez. — Ordenó, y al otro japonés no le quedó de otra que acatar aquello.

  Unos treinta minutos después, ambos chicos estaban frente a sus novios. Victor no dudó en abrazar a Yuri hasta asfixiarlo y Ash solo se limitó a besar los labios de Eiji fugazmente.

—Vayamos a un puesto de comidas rápidas— Dijo Yuri, y ninguno se negó.

  La tarde fue de esos cuatro. Hablando y dándose consejos mutuamente. De vez en cuando Ash y Victor se tiraban indirectas, pues descubrieron que ambos hablaban perfectamente el inglés y se les hacía fácil discutir en ese idioma; mas nunca pasaba a mayores. Eiji iba a felicitar a su rubio por el tremendo autocontrol que logró en poco tiempo. El Ash que conoció hace más de un año, no se creería nada de esto.

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora