- ¡Na Jaemin! Oh Dios, por suerte estás bien. ¡Me haz dado un susto de muerte!
N: ¿Eh?
- Me haz llamado, y no haz dicho ni pío, me preocupé y he venido hasta aquí a ver si estás vivo. ¿Dónde traes el maldito teléfono?
N: ¿Mi teléfono? Se me ha quedado en casa.
- Ah, que va, seguro lo ha cogido el niño.
N: De todas formas, ¿Haz venido hasta aquí porque no haz oído nada en una simple llamada?
- Soy policía, ¿Qué esperabas? Tiendo a preocuparme por todo.
N: ¿Segura ha sido por tu paranoísmo y no porque te gusto?
- Sigue soñando, cariño.
N: Tsh... ¿Quieres tomar algo? De paso te doy un recorrido, es la primera vez que vienes.
- Deja reviso mi agenda, soy una mujer muy ocupada, ¿Sabes?
N: Claro que lo sé, ¿Tiene la mujer ocupada un pequeño espacio para este pobre hombre?
- Uhm... Tengo una valiosa hora como mucho, ¿Le sirve al pobre hombre?
N: Por supuesto, es un gusto poder disfrutar de tu valioso tiempo.
- Cierra la boca, lo haces sonar raro, ¿Qué es lo que vas a disfrutar? ¿Acaso cenarás los minutos de mi tiempo?
N: No, pero puedo cenarte a tí.
- Suenas cómo un caníbal.
N: Te encantaría si te ceno esta noche, admítelo.
- Tú... Dios... Necesitas misa.
N: Si lo entiendes es porque tú también la necesitas, linda.
- Buen punto... Oye, estás desperdiciando tiempo en esta charla tan extraña.
N: Es cierto, vamos a mi oficina, te haré un...
- ¿Un qué?
N: Un café, T/N, un café. ¿Qué pensamientos extraños estás teniendo justo ahora? Luego soy yo el que necesita misa.
- ¿Por qué te quedas en silencio entonces? Es tu culpa que tenga esos pensamientos.
N: Dios... Llévatela y regrésala más limpia.
- Oye, me bañé esta mañana.
N: La mente, no el cuerpo.
- ¿Por qué hablas de mi cuerpo? Pervertido.
N: Sólo... Ya vámonos, apreciaré este tiempo cómo si fuera oro, hace mucho que no te he visto.
- Nos vimos ayer por la mañana, Jaemin.
N: Nuestros choques accidentales no cuentan.
- Si cuentan.
N: No, no cuentan.
- Sí lo hacen.
N: No es cierto, no lo hacen.
- Que sí.
N: Que no.
- Que no. Digo, ¡Que sí!
N: ¡Ja! Tú lo dijiste.
Seguimos discutiendo de camino a su oficina, hasta que Jaemin abrió la puerta de cristal para darme el paso a su oficina, la cuál, era realmente amplia, su escritorio era enorme, al igual que su computadora, la cuál, por alguna razón tenía tres pantallas. Él incluso tenía un sofá, y una televisión gigante con forma de nintendo.
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𝐎𝐛𝐬𝐞𝐬𝐬𝐢𝐨𝐧 [ɳα ʝαεɱเɳ]
Fanfiction-Una joven latina de 21 años que se mudó a Corea del Sur para trabajar como policía, y un joven desarrollador de videojuegos de 23 años se conocen por casualidad en la calle, tras chocar un par de veces por accidente, comienzan a conocerse y a entab...