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Pov; Byun

— No puedo ir, mi mejor amiga está embarazada... Jackson y yo prometimos ir a visitarla hoy.

P: Tienes que venir, tú madre y yo tenemos que hablar contigo de algo importante.

— Esa mujer no es mi madre, y ya he dicho que no puedo ir, tengo otras cosas que hacer.

M: No seas insolente, mocoso. ¿Es esa chica más importante que tus padres?

— Usted no es mi madre, señora, y sí, ella es más importante.

P: Me da igual esa niña, vienes porque vienes y el caso está cerrado. Esto es de vida o muerte, Daniel.

— Mi nombre es Kang Byun-Gi, señor.

M: Tú nombre no viene al caso ahora, sólo ven, esto es realmente de mucha importancia.

— Sí, claro, seguramente se les perdió de nuevo el maldito perro, y cómo el animal les preocupa incluso más que yo, quieren que lo busque para ustedes ¿No?.

M: ¡Deja la insolencia y ven de una maldita vez!

— Ajá...

Colgué la llamada y aventé el teléfono al sofá, golpeando a Jackson por accidente, enseguida me acerqué para ver si estaba bien y solté un suspiro.

— Lo siento...

J: Descuida, al menos sigo vivo.

Respondió acariciando su brazo logrando sacarme una sonrisa, este repitió mi acción y tocó mi hombro, había escuchado la conversación, él conocía cómo era la situación con mi padre y su esposa, pues le había hablado de ello hace un tiempo durante una pequeña crisis, cuando decidí mudarme con él a nuestro departamento actual.

J: ¿Todo está bien?

— Quieren que vaya a casa...

J: ¿Por qué? ¿Ocurrió algo? Si quieres postergamos la visita a T/N, tiene a su novio para cuidarla de todas formas.

— No... Prometimos ir a verla, no romperé una promesa por esas dos personas.

J: Son tus padres, Byun, lo quieras o no, te trajeron al mundo... Bueno, al menos uno de ellos dos lo hizo.

— La mujer que me trajo al mundo técnicamente me vendió y mi padre... Sólo... Me detesta... Si él y su esposa ahora me están llamando a casa es porque necesitan dinero o alguna otra cosa insignificante y no se los daré.

J: Deberías ir de igual forma, solo para confirmar que no haya ocurrido nada realmente.

— Hey, ¿De qué lado estás?

J: Del lado que protege tú estabilidad emocional, no seré tu pañuelo de lágrimas si luego tienes cargo de conciencia por no haber ido cuándo realmente les ocurrió algo, ¿Comprendes?

— Bien... Iré a ese maldito lugar, si no regreso en ocho horas, ve a buscarme, quizá ese hombre llamó para darme una paliza o venderme cómo hizo mi madre con él.

𝐎𝐛𝐬𝐞𝐬𝐬𝐢𝐨𝐧 [ɳα ʝαεɱเɳ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora