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La primavera había entrado. Las temperaturas frías de Londres habían disminuido considerablemente, los hermosos colores verdes brillante de los árboles o los brotes de preciosas flores sobre los suelos. Las abejas comenzar sus importantes trabajo o los animales saliendo finalmente a disfrutar de la pintoresca temporada.

Los días eran más largos y las calles se volvían desérticas a horarios más tardes. Era una estupenda temporada del año, y ese sábado en particular, Londres tenía una temperatura exquisita. El calor picotear en tu piel y hacerte usar un poco menos de ropa, pero no lo suficiente como el verano para desear arrancar las prendas solo por piedad al calor.

Algunos niños salían a los parques a jugar en los columpios o resbaladillas. Las personas salían a pasear a sus perros y algunas personas solo a beber alguna bebida refrescantes a las calles. La vida florecía tanto como la naturaleza. No había ese frío que te había temblar hasta los huesos o necesitar tanta ropa para proteger tu cuerpo.

Todo apuntaba que ese verano próximo sería caluroso, pues era tan extraño que en pleno inicio de primavera hubiera días sutilmente calientes. Las playas estarían llenas, muy llenas, todas esas personas vendrían solo para darse un chapuzón en las aguas ligeramente tibias para saciar su necesidad por disminuir el calor, aunque en ese momento, sería una burla visitarlas a la soledad que albergaban.

Harry se encontraba sobre el mantel amarillo sobre la arena, con los lentes de sol sobre su nariz, cubriendo de sus ojos. El sol se deslumbraba en el horizonte con sus rayos cálidos sobre las aguas frente a él, color azul detrás del reflejo que se ondean de un lado a otro con una marea tranquila. Algunas gaviotas vuelan en los altos, bajando solo en un hermoso espectáculo para llevar sus patas al borde del mar.

Sostiene un vaso de cristal con jugo de naranja dentro, bebiendo a sorbos cortos. El viento ondea sobre su alrededor golpeando contra su cuerpo refrescante detrás de la marea del mar frente a sus ojos. Mantiene una sonrisa en sus labios, solo porque encuentra la imagen digna de los mejores museos del mundo.

Louis, con un par de pantalones cortos de mezclilla dejando descubierto debajo de sus rodillas hasta sus pies desnudos, con los delgados tobillos y los piecitos hundidos entre la arena áspera y las olas rotas que llegan. Una linda camisa color amarilla que destella con encanto sobre su tersa piel besada por el sol y el cabello cobrizo desordenado. Sonríe tanto que el corazón del alfa está a solo un latido de explotar.

El omega observa sus pies desaparecer debajo de la frío agua azul con la espumas al romperse contra la arena, bajo sus piecitos un divertido cosquilleo que lo tiene riendo bajito, sosteniendo sus barriga que le impide ver completamente pues interviene a la mitad de su visión pero la sensación refrescante está allí.

La tarde está en su plenitud, alzándose en los cielos. La marea está suave, rompiéndose rápido y sin encontrarse picado. Todo aparenta ser una día tranquilo, hermoso y perfecto para juntar en la valija de los recuerdos nuevos.

—¡Alfa!

Harry le sonríe, alzando su mano para saludar a la lejanía. Están a unos cuantos metros de distancia, lo suficiente para que Louis necesite alzar las voz para ser escuchado por las olas de la marea.

Louis sonríe abiertamente, con las mejillas calientes y las dulces arrugas y debajo sus ojos que se hacen pequeños. Le devuelve el saludo antes de regresar sus mirada a la refrescante agua del mar.

Está fría, un poco fría. Aun con el calor de su alrededor, las aguas de las playas en Inglaterra siempre se mantendrán ligeramente inclinadas a ser frías. Es naturaleza, una que Louis respeta. Conoce pocas playas, sus favoritas, las playas de Jamaica.

En el comenzó de su relación con el alfa, él se mostraba emocionado por llevar a conocer a Louis las playas Jamaiquinas. Casi se sintió desmayar cuando Harry tres meses después llegó a su pequeñito apartamento que tenía a unos pasos de la cafetería y su universidad con dos boletos de avión para menos de dos meses en sus vacaciones de verano. Era una locura, demasiado dinero que Louis ni trabajando tiempos extra podría pagar.

little piece of sky ↳ larry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora