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—Él de aquí es mamá —apuntó al muñeco de trazos y líneas con círculos azules en sus ojos—. Y esté de aquí es papá. Es grande, como yo.

Nick ladeó su cabeza, mirando la bola deforme con circulos verdes y colmillos, o el intento de ellos.

—Mm. Ya veo —chasqueó el beta. Los ojitos del cachorro estaban en él, mirándolo por una respuesta más—. ¡Eres un artista, Conall!

—Mamá dice eso siempre —rió feliz el cachorro, soltando un dulce aroma contento.

Estaban en escritorio de la sala de espera de la oficina de su padre. Nick, el beta nuevo que Harry contrató pocos meses atrás para ocupar el puesto de secretario, atendiendo todos los asuntos del alfa, porque él tenía más tiempo para su familia que su trabajo, así lo había decidido.

A Conall le agrada, era amable y risueño, solía darle caramelos de sandía de vez en cuando y le podía descargar todos los dibujos que quisiera. También le gustaba mostrarle sus propios dibujos, sintiéndose orgulloso se ellos.

Aunque en realidad fueran un poco deformes, pero los adultos amaban ver sonreír al cachorro, así que omiten esos comentarios.

—Quiero mostrarles a papás mi nuevo dibujo —concretó decidido.

Los ojos marrones del beta se abrieron, negando un poco.

—D-deberíamos esperarlos afuera, amigo. Tu padre lo ordenó —tartamudeó, con una sonrisa tensa.

Conall lo miró mal, papá siempre decía que tenía tiempo para él y estaría disponible para ver sus dibujos.

—No, no —negó, tomando su dibujo y saltando del asiento.

Nick resopló, pero lo siguió de cerca. Su jefe le agrada, quizás no era tan expresivo y algunas ocasiones parecía odiar a todo lo que se mueva, menos a su familia, pero también conocía mucho de él, al fin y al cabo era su trabajo. No le molestaba cuidar de vez en cuando al cachorro, pero ahora estaba tratando de evitar un posible trauma.

—Creo, creo que deberías tocar antes de entrar, Conall.

El cachorro asintió, mamá le enseñó que tenía que ser respetuoso con el espacio de las personas y tocar la puerta siempre que desee entrar a un lugar.

Tocó la puerta de vidrio blindado, moviendo su dibujo frente a su cuerpo y sonriendo amplio. Detrás suyo, el beta contuvó su respiración, mordiendo sus uñas, esperando no ser despedido por eso.

Pocos segundos después, apareció Louis, tenía el cabello desordenado y los labios brillantes e hinchados en un color granate, su suéter estaba ligeramente arrugado y sonrió tenso cuando vió a su hijo.

—Hola, mi amor —saludó—. ¿Todo en orden?

El aroma de mamá era fuerte e hizo que la nariz de Conall se arrugará. Últimamente mamá y papá tenían olores más intensos, mezclados, a Conall le gustaba acurrucarse cuando era así, pero también solía ser un poco fuerte.

Asintió, efusivamente.

—Quiero entrar, mami. Les mostraré mi nuevo dibujo —hinchó su pecho—. Nick dijo que soy un artista, como tú lo dices, mami.

Louis miró al beta, que parecía más blanco que una servilleta. Naturalmente, sus mejillas se calentaron, demasiado, su cachorro era inocente y pequeño para comprender, pero sin duda por su estado y el aroma que emanaba, el beta sabía lo que ocurrió.

—De acuerdo, amor —le sonrió al cachorro—. Alfa, Conall entrará a la oficina. ¿Bien? —dijo en voz alta, soltando una risita cuando miró a los chicos fuera.

little piece of sky ↳ larry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora