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—Borreguito.

Louis se removió entre las suaves sábanas que abrazaban su cuerpo, su nariz hundida en la almohada de su alfa con las notas de su esencia predominar y mantener contento a su omega interior que ronronea feliz por sentirse seguro.

—Cerecita, despierta.

Louis abrió uno de sus ojos, con el sueño disparar su cuerpo, su cansancio lo consume como fuego, rápido y agotador. Giró suavemente, bostezando. Los rayos dorados alumbran la habitación con una bonita sensación cálida en su paso. Sus cabellos miel y castaños revueltos en nudos y sus pequeños ojos hinchados por el buen descanso que había tenido en varias semanas.

—Mgf —balbuceó Louis, en un intento de respuesta poco aceptable, solo escuchó el melodioso sonido de la risa suave y ronca de Harry cerca.

Aun tallando de sus ahora dos ojos con ambas manos, una intromisión lo ataca sin previo aviso. Siente la presencia del cuerpo de su alfa sobre su él, cubriéndolo por completo, pero sin lastimar su bonita barriga y casi al mismo tiempo, el par de besos cae en el arco de su mandíbula, suaves como pétalos de rosas acariciar su piel. Louis se siente ronronear, echando la cabeza hacía un lado para dar más espacio y su sonrisa perezosa delinear sus suaves labios.

Louis últimamente había ronroneado demasiado, es normal, le había dicho su doctora. Al encontrarse tan cerca de su labor de parto, su pequeño niño lo hace sentirse más que exhausto de lo normal y tener a su alfa tan protector y amoroso con ellos, le hacía sentirse lo suficiente seguro para dejarse caer con su omega y ronronear por la comodidad.

No hablar del repentino deseo y ansiedad de crear nidos por todos lados. De alguna manera, había estado anidando durante un mes completo, el principal siempre sería aquel bonito fuerte por su alfa, pero aun así, Louis parecía encontrar cualquier buen rincón con material para nido. Harry de verdad le parece lo más adorable que había visto en su vida.

El proceso de un omega anidando debía ser considerado un arte, simplemente era lo más hermoso que pudiera existir, pero eso no disminuía los buenos sustos que caían con ello.

—Omega —Harry abrió la puerta de su habitación. Había llegado a casa y no tuvo a un precioso chico de ojos cielo y cabellos revueltos correr a sus brazos con una enorme barriga de sandia. Llamó a Louis por un par de minutos, pero no había respuesta, solo un silencio que comía sus nervios.

Pero Louis no apareció, ni siquiera en su habitación y eso lo tenía demasiado ansioso. Era un alfa puro, así que su sentido olfativo era increíble, es así como antes de dejarse caer en su poco autocontrol que su alfa luchaba, comenzó a olfatear, encontrando ese delicioso y dulce aroma embriagante de su esposo.

Lo encontró cuando su corazón latía desesperado y el nudo de su garganta subía y bajaba. Louis dormía en el pequeño armario de la habitación de invitados, su cuerpo estaba cubierto con montones de edredones que había traído arrastrando y el par de peluches a su alrededor, con sonidos adormilados y con una gran aura de descanso.

Por fin, Harry sintió que podía volver a respirar. Hincándose frente al pequeño ovillo que era su omega, se acercó con una absoluta cautela para acariciar el cabello castaño de su esposo, respirando la deliciosa fragancia.

Esa tarde durmieron ambos una calientita y cómoda siesta dentro del armario de la habitación de invitados de su pintoresco hogar, a la orden de su omega mandón que solo deseaba dormir todo el día y todo el tiempo posible.

Alfa —jadeó Louis, cuando los besos húmedos de su alfa fueran en un tentativo camino de su mandíbula hasta su marca plateada, con los dientes cepillando su piel.

little piece of sky ↳ larry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora