VICTORIA

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Alícia Sierra ha encontrado el escondite del Profesor. Tamayo acaba de exponerla en una rueda de prensa, asegurando que ahora forma parte de la banda y que ha traicionado al cuerpo de policía al que representa. Tras varias horas interrogándolo a punta de pistola, torturándolo para que le contase todo el plan para sacar el oro del Banco de España y a la banda con vida, ocurre lo impensable, o no...

ALÍCIA
¡Cállese, necesito pensar!

Rompe aguas, Alícia y el Profesor, que está atado de pies y manos a una silla metálica, miran aterrados el enorme charco que se crea bajo las piernas de la inspectora. Están solos en el escondite, no hay nadie más y nadie sabe que Alícia lo ha encontrado. Han realizado una llamada de control y él ha actuado con normalidad, toca esperar a la siguiente llamada.

ALÍCIA
No... ahora no... ahora no...

Musita con un hilo de voz mientras se sienta en la silla más cercana sin deja de mirar hacia abajo. Respira agitadamente.

PROFESOR
Alícia, sea razonable... ya no hay salida.

ALÍCIA
Siempre hay una salida.

Sigue respirando mientras se acaricia la barriga con ambas manos.

PROFESOR
Claro... la cárcel, para usted y para mí.
No pienso decirle nada, si me entrega van a pensar que se ha arrepentido al cambiar de bando.
No la van a creer.

ALÍCIA
Ya me ha hecho romper aguas, pare de una puta vez.

PROFESOR
Eso no lo he provocado yo, y lo sabe. Tamayo la ha traicionado y ahora lo único que puede hacer para salir de esta es colaborar conmigo.

ALÍCIA
Ni de coñ...

Grita, tiene una fuerte contracción.

ALÍCIA
¡Joder!
¡Que no pienso unirme a su puta banda de payasos!

PROFESOR
Nunca, nunca va a ser de mi banda, únicamente le pido que piense con cabeza... piense en su futuro y en el de su hijo.

Alícia se toma unos segundos para respirar profundamente. Se levanta de la silla con dificultad, agarra una olla y la llena de agua. Camina hacia la litera, tira el colchón al suelo y se pone de cuclillas. El Profesor la mira con asombro mientras niega con la cabeza.

PROFESOR
Esto es una locura...

ALÍCIA
¡Cállese!

Se agarra al frío hierro de la litera y aguanta el dolor de otra contracción. Grita.

ALÍCIA
Necesito dilatar...

Dice dolorida, recuperando el aliento.

PROFESOR
La oxitocina... la oxitocina va muy bien para dilatar. Desafortunadamente, no tenemos.

ALÍCIA
Algo para el dolor...

PROFESOR
No, eso pondría en riesgo al bebé.

ALÍCIA
¡No me jodas!

Grita y se retuerce de dolor.

PROFESOR
Alícia, escúcheme.
Ahora ya no puede ir a un hospital.
Tiene que soltarme, necesita ayuda.

One-shots. LA TEORÍA Y LA PRÁCTICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora