Encuentros I ~Lili~

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                                ~Lili~

—Li, ¿Estás ahí?

   Miro sin ninguna gana a Claudia. Estaba tan absorta en mis pensamientos que me he perdido la parte de la conversación en la que me estaba contando cómo le había ido con Steve, el chico nuevo que había conocido en nuestro último año de carrera.

   Claudia Mateo, así se llama la chica con la que paso mi mayor parte del tiempo. La conocí en mi primer día de universidad y desde ese entonces no me he vuelto a separar de ella. Clau es todo lo contrario a mí, extrovertida, despampanante, graciosa... Hasta en el físico somos diferentes. Ella es alta, rubia con el pelo liso y siempre ha tenido un buen cuerpo. En cambio yo no paso del metro sesenta y mi pelo es negro a más no poder, igual que mis ojos.

   Miro mi café sin mucho entusiasmo y cuando le doy un trago compruebo que estoy en lo cierto, está frio. Supongo que me tendré que aguantar, ya que Claudia no para de mirarme fijamente molesta. Así que me guardo las ganas de pedirme otra bebida y obligo a mi mente a inventarse una excusa rápida.

—Sí, perdona Clau, estaba pensado en los exámenes de las semanas siguientes. Entonces, ¿Con Steve no fue bien?

—¿Qué si no fue bien? Fue horrible, tía. No paraba de preguntarme sobre planes de futuro, sobre trabajo, sobre si quería tener hijos, ¡¿Hijos?! ¿Te lo puedes creer? Estaba deseando largarme de allí.

—¿Y por qué no lo hiciste? —Conociéndola se hubiera marchado a la primera cerveza.

    Mi amiga se quedó pensativa.

—No sé, no quería volver a casa supongo. Cuánto menos tiempo esté sola mejor, no quiero volver a pensar en ese desgraciado. Nunca más.

   Claudia hacía dos meses que había roto con su novio de tres años, Félix. Se enteró de que le había sido infiel con una compañera de clase, gracias a que le grabaron en una fiesta besándose con ella. Estuvo, por lo menos, dos semanas faltando a clase y cuando por fin volvió a la universidad, el tipo tuvo la cara dura de decirle que el video era un montaje.. ¡Menudo capu...! Lo importante es que ya no la ha vuelto a molestar más.

—Bueno, dejemos de hablar de mí y de mi mierda de vida amorosa. ¿Qué tal estás? Te he visto muy apagada estos últimos meses, más que yo incluso y mira que es complicado —suelta una risita donde se puede encontrar un rastro de pena, y coge mi mano para hacerme una caricia suave—. Sabes que puedes contar conmigo Lillian.

—No me gusta que me llamen así —le repongo.

—Perdón, Lili. Solo quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que sea.

   La miro agradecida. Sé que puedo contar con ella, pero hay cosas que prefiero no hablarlas porque eso lo único que haría sería traer recuerdos y yo lo único que quiero es olvidarme de una vez de él.

   Hoy fue el día en el que cinco años atrás me marché sin decir adiós. Sin decirle absolutamente nada al que en su día, fue una persona muy importante para mí. Y, aunque haya pasado tanto tiempo, no puedo evitar acordarme. No puedo evitar que alguna parte de mí, en el fondo se arrepienta. Pero sé que no debo dejar que esos sentimientos me colapsen.

   Ahora soy feliz, tengo unos buenos amigos, me gusta mi carrera, la que siempre soñé con estudiar, Psicología. Si me hubiese quedado con en él hubiera sido diferente, ¿no? Pues eso, que pensándolo bien, yo también necesitaría ir al psicólogo.

—Gracias Clau, sé que puedo contar contigo. Tan solo es que estoy muy cansada de estudiar. —Otra excusa más—. ¿Por qué no damos una vuelta hoy? Por un día me apetece salir y...

Solo nosotros y después el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora