Inframundo

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-¿A dónde vamos?- pregunté asustada al ver el paisaje tétrico.

-Al Tartaro, Hades quiere verte.

-¿Me voy a morir?

-Te enseñaremos a sobrevivir.

El lugar era tenebroso, todo se veí aterrador, colores verdosos y azules resaltaban entre la oscuridad del lugar.

Iba viendo por una de las ventanas del carruaje las enormes puertas de ese lugar.

-Mete la cabeza o te la arrancará Cerberos.

-¿Quién?.

Ares me jaló hacia el y vi como un animal enorme gruñía y olia el carruaje para luego comenzar a ladrar.

-Te dije que metas la cabeza.

-Es real.

-Claro que es real, no seas tonta- comento el Dios molesto.

Bajamos del carruaje y entramos a un palacio enorme dónde ya nos esperaba el Rey del Tartaro.

-Bienvenidos.

Ares me volteó a ver esperando algo pero jamás entendí que.

-Danae haz una reverencia.

-No es necesario, yo le debo una reverencia a ella- hablo Hades -Nadie se atrevería a vivir con Ares siendo mortal.

-Eso es cierto Dios Hades.

Uno tiene que tragarse el miedo a veces.

🗡️🗡️🗡️

-Bien, Danae ella es Mente.

Esa ninfa era bellísima, tenía una sonrisa preciosa y su piel parecía de porcelana.

-Mucho gusto, soy...

-Una humana muy hermosa, tenemos que hacer que te comportes como ninfa.

La chica me tomo de la mano y me alejo de los Dioses para llevarme a un jardín enorme lleno de flores y maleza.

-Bien, nosotras amamos la naturaleza, así que somos dulces, risueñas y delicadas, si bien no somos Diosas, somos deidades.

Note algo de sarcasmo en su voz y más en los adjetivos que uso al describir a su especie.

-¿Tengo qué verme bonita siempre o es algo que ya llevan en ustedes?

La ninfa rió ante mi comentario y negó con la cabeza.

-Somos así, pero igual tenemos ciertos rituales de belleza, Hécate nos ayuda con ellos siempre y cuando no le faltemos el respeto a la Diosa Afrodita.

-¿Y me tengo que vestir así?- señale su vestido azulado y su cabello con algunas flores en el.

-Si, bueno, mayormente sí, no puedes ir vestida como un guerrero siempre.

Toda mi vida había usado está ropa, jamás me había preocupado por usar algo más "femenino", era poco práctico en la guerra y al ser el rival débil, teníamos que estar alerta.

Recordé que en uno de los altercados a mi pueblo, una mujer quedó atorada con su vestido en un árbol, la asesinaron por qué no pudo escapar, desde ese entonces me negué a usar ropa así.

Amando a la Guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora