Amando a la Guerra.

Secuestro.

ARES.

-Te estaba esperando Ares.

-Lo se, bastardo.

-Sabes que no iré contigo sin pelear un poco.

-Veamoslo como un ajuste de cuentas.

Vi como el Dios de la luz saco se arco, que a diferencia del de Eros, este utilizaba flechas que con la velocidad del disparo se prendían en llamas.

-¿Vas a dispararle a tu hermano mayor?

-Tu no eres mi hermano- disparo una flecha y falló -Tu eres un idiota que no hace más que humillarme -Apolo volvió a disparar y falló.

-¿De qué mierda hablas? Eres el favorito de Zeus.

Apolo disparo una tercera vez y me dió en el hombro.

-¡BASTA DE JUEGOS BASTARDO!.

Me quite la flecha del hombro pegando un ligero grito de dolor, me acerque al Dios y antes de que pudiera disparar lo tomé del cuello.

-Deja de sentirte menos Apolo, al final tú estabas sentado junto a Zeus mientras a mí me mandaba a dar mi vida por sus malditas guerras sin sentido.

-Su...suéltame.

-Oh claro que lo haré, en los calabozos del inframundo hasta que esta mierda termine.

-Ganaras Ares...suéltame.

-Se que ganaré.

Por primera vez estuve gustoso de escuchar la predicción del Oráculo pero de cierta forma no podía tenerle piedad, Apolo haría lo que fuera para quedar bien con Zeus.

-Lo siento hermano.

Apolo callo desmayado y yo me encargue de llevarlo al inframundo, donde Hades me esperaba impaciente.

-Te tardaste Ares.

-Tuve una pequeña consulta con el Oráculo- dije acostando al Dios dentro de uno de los calabozos.

-Bien, ahora solo nos falta Hermes.

Ir por Hermes no sera nada fácil, el Dios más escurridizo y difícil de alcanzar.

🗡️🗡️🗡️

Gracias a que Hades, pese a ser considerado de vez en cuando como el "exiliado", tenía buenos vínculos con la mayoría de los Dioses, consiguió de alguna forma que Artemisa, la diosa de la caza nos prestará un par de pegasos para emboscar a Hermes.

Sabíamos que el estaba en el Olimpo y que enfrentándose a mi correría a dónde Zeus se encontrase, sin embargo no cuenta con que somos dos contra uno, Hades se encontraba listo, esperándolo en la entrada del palacio obstruyendo toda entrada que pudiera llevarlo con el Dios del rayo.

Yo por mi parte fui a buscarlo.

-Veo que me has encontrado Ares, ¿Qué se supone que vas a hacer hoy? ¿Matarme o torturarme como lo hiciste con Apolo el día de su fiesta? No va a pasar, Ares persigues un imposible. ¡De nuevo!.

-No tengo intención de desperdiciar mi tiempo con una persona como tú, Hermes.

-Pero me has buscado Ares, y aquí estoy.

-Justo donde te quería tener.

-Alcanzame primero.

-Creeme que lo haré.

-¿Qué te hace pensar que alguna vez me atraparas?- Hermes salió corriendo del lugar, tan rápido como la luz con esas sandalias mágicas.

Mi problema con Hermes es que era infantil y engreído, se tomaba todo a juego, otro idiota mimado al igual que los demás bastardos de Zeus.