9.

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DOS POR UNO

• Jessica Allen •

Al día siguiente decido volver a casa y justo cuando abro con delicadeza la puerta—ya que eran las 6:00 a.m. y no quería despertar a nadie— observé algo con asombro.

No me digas que...

Hola.—sonríe como si nada.

Tiene la misma ropa de ayer, solo que su cara ya no está nerviosa, está cansado.

Disimulo un poco y me volteo a ver la puerta de mi habitación, e ignorándolo olímpicamente camino en esa dirección.

No se lo pondré fácil, eso seguro.

Siento sus pasos detrás de mi, cauteloso.

—¿Podemos hablar?

Sí...

—No.—entro por fin y cerrando la puerta lo veo abrir la boca para decir algo, pero le cierro en la cara.

—Muy bien,—dijo tranquilo— aquí seguiré cuando salgas.

¿Quién se cree para permanecer tanto tiempo en este apartamento?

—Entonces no voy a salir.—reitero, muy altiva.

—Como quieras, yo tengo aquí la cocina, el baño, y tú nada además de una cama.

Agh. Tiene razón.

—¿Puedes cállate? Me gustaría dormir.—es mi forma más sutil de decir: Cállate la boca.

—Bien, como diga la inmadura mayor.

!¿Inmadura?!

¿En serio? ¿Aquí la inmadura soy yo y no él?
Abro la puerta y lo veo sonriente. Está disfrutando con esto, lo sé.

—Lo que quiero, es que me dejes en paz—rectifico muy digna y seria— Mejor vete a tu casa, odioso.

No reacciona a mis quejas y no se inmuta ni un pelo al escuchar mi nuevo apelativo: Odioso. Ni semidiós, ni Thomy, ni Thom. O-d-i-o-s-o.

—Lo haría, pero hay un problema.—cometa el odioso más odioso del continente.

—¿Cual?—enarco una ceja, curiosa, fingiendo despreocupación y viendo su expresión suspicaz.

—Que no tengo casa.

—¿Cómo que no?

—La devolví cuando me fui.—se encoge de hombros.

—Entonces...—le animó a seguir, sin entender el punto.

—Que no tengo donde vivir, dormir, comer, y dejar a Thor...—enarca una ceja— ¿Sigo con la lista?

—No, pero...

—Esta prohibido entrar animales al hotel—se adelante por mi, como todo un sabelotodo.

¿Mierda, como sabia que iba a decir eso?

De reojo miro sus cosas a lo lejos, una maleta mediana. Eso significa que no estará mucho tiempo por aquí. Ahora me gustaría saber dónde está Thor, en el Hotel es lógico que no.

—¿Dónde está Thor?

—Con mis antiguos vecinos.—me informa con seriedad, demostrándome que no le gusta dejarlo con ellos, tanto como me molesta la idea a mi.

—Ya veo—me contengo, porque mis ganas de ver a esa bolita de pelo me hace gritar internamente.

Debe de estar precioso, grande y más juguetón.

TÚ Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora