¿Sam?

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Tras mucha discusión decidimos separarnos en tres grupos:Levi y yo, Alex y Liv y Max y Ana.

Max y Ana se dirigieron a la puerta marrón mientras que Levi y yo nos fuimos a la verde y negra. Alex y Liv se quedaron con la última.

—Mucha mierda—dijo Max antes de atravesar la puerta marrón seguido de Ana.

—Suerte—dijo Alex y desapareció junto a Liv.

Inspiré profundamente y abrí la puerta que tenía enfrente mío. Al principio una luz blanca nos cegó a Levi y a mí pero tras unos segundos nuestros ojos se acostumbraron. Nos encontramos con un paisaje la mar de peculiar: estábamos en una especie de bosque completamente quemado. Los árboles estaban carbonizados y las plantas estaban muertas. Al fondo, sin embargo, se podía distinguir una explanada con una hierba de un color verde precioso. Habían pequeñas flores plantadas y pequeños arbustos.

Cerré la puerta detrás de mí y está desapareció. Observé a mi alrededor y ví como Levi me miraba fijamente. No entiendo la razón de que tenga tanto interés por hablar conmigo.

Caminé hacia la explanada verde con Levi detrás mío. Una vez pise esa hierba un olor a lavanda inundó mis fosas nasales.

—Es precioso—dije aspirando el aire—pero no entiendo el bosque quemado de detrás.

Levi se puso enfrente mío y coloco sus  manos en mis hombros. Se quedó callado un minuto y suspiró.

—Dime qué pasa—le pedí.

Levi apartó sus manos de mis hombros y llamó a Ruby. La pequeña apareció a su lado y le tendió una especie de hoja que tenía guardada en el bolsillo de su pequeño vestido. Levi la cogió y me la tendió.

Alargué la mano y cogí la hoja. Una vez la tuve en la mano, pude distinguir que se trataba de una vieja fotografía. La abrí y me quedé congelada.

Éramos yo y mi madre en el barco. Mi madre llevaba un vestido floral blanco y sonreía a la cámara. Yo tenía un pequeño vestido blanco y tenía en mi mano un pequeño globo en forma de corazón. Mi otra mano estaba estirada hacia el lado roto de la fotografía.

—¿Cómo tienes tú esto?—le pregunté.

—Raphael me lo escondió toda mi vida—dijo—Ruby lo encontró en su despacho hace un tiempo y hasta hace poco no me lo había dado.

Empecé a temblar y miré a Levi a los ojos. Esos ojos que ahora mismo reconocía como los de mi madre.

Entonces empecé a pensar: la reacción de Levi cuando vió a mi madre, la magia de Raphael, la conexión que sentí con él, los sentimientos que decía Ruby.

Levi sonrió y empezó a llorar.

—Por fin te he encontrado—dijo Levi llorando.

Me acerqué a él y le acaricié la cara mientras lágrimas salían de mis ojos.

—¿Sam?

Levi asintió y me abrazó. Le respondí al abrazo sin dudarlo mientas lloraba a mares. Tenía a mi hermano de vuelta conmigo. Mi hermanito. Aquel que siempre me cuido de pequeña. Ahora estaba a mi lado.

—Te he echado mucho de menos—le dije entre lágrimas.

—Por fin te he recordado—dijo Sam entre sollozos—siempre notaba como que una parte de mí faltaba.

Abracé aún más a Sam y empecé a llorar incluso aún más fuerte.

Había vuelto mi hermanito.

—Voy a llorar—dijo Luca de repente.

—Shhh—dijo Loki—que lo estropeas.

Me reí y me separé de Sam. Lo cogí de la cara y le miré fijamente. Este me sonrió y me dió un beso en la frente.

—Conmovedor—dijo una voz.

Nos separamos y miramos a todas partes. No había nadie en los alrededores. Entonces Elliot apareció delante nuestro con un vaso de café en la mano.

—Me encantan los reencuentros—dijo dándole un sorbo a su café—bien es hora de continuar con el Juicio. Ante vosotros están dos Orbek. Os ahorro la faena: vida y muerte—tomo otro sorbo y se acercó a nosotros—dos cosas que van ligadas la una a la otra. Bien: vosotros escogeis.

—Oye está prueba jamás ha sido así—dijo Loki.

—Aparta rubio teñido—dijo Elliot.

—¿Escoger el que?—pregunté.

—Quién de los dos será—contestó Elliot.

—No entiendo nada—dijo Levi.

—La inteligencia no está en vuestros genes—dijo Elliot y tiró la taza de café al suelo provocando que está se rompiera en muchos pedazos—vida y muerte queridos míos. Solo uno de vosotros continuará.

Le miramos fijamente y éste nos sonrió como el gato de Alicia en el País de las Maravillas.

—Ahora escoged: quién vivirá y quién morirá.

La Caza de GreekdaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora