La prueba

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—¿Qué hacemos aquí?—preguntó Liv mientras mirábamos alrededor.

Estábamos sin duda alguna en el gimnasio del instituto. La gran pregunta era el motivo por el cuál estábamos aquí.

Me levanté y me dirigí a la puerta que daba al pasillo. Apenas varios metros de pasillo separaban el gimnasio del comedor por lo que pude observar como había algo en una de las mesas. Llamé a los chicos y nos acercamos juntos.

En la mesa del medio del comedor había un papel junto a un libro. El libro era muy parecido al diario de Dale que me dió Rocky. Cogí el papel que había al lado del libro y lo leí en voz alta:

"Prueba final: tenéis treinta minutos para haceros con ese libro. El poseedor del libro al acabar los treinta minutos será proclamado ganador del Juicio. Los demás candidatos serán eliminados. Podéis mataros entre vosotros".

Dejé el papel en la mesa y miré a mis amigos. Tenían exactamente la misma cara que yo: asombro.

—Así que sólo uno de nosotros pasará—dijo Liv.

Entonces en la pantalla digital del comedor, donde solía salir el menú del día del instituto, apareció un reloj marcando treinta minutos. Una especie de bozina sonó y el reloj empezó a correr.

—No entiendo nada—dije y miré a Loki que nos miraba serios—¿Ésta es la última prueba? ¿Matarnos entre nosotros?

Loki no dijo nada. Miré al reloj y ví como quedaban 29 minutos.

—Lo siento—dijo Max cogiendo el libro y salió corriendo del comedor.

—Oye tú capullo espera—dijo Alex y salió corriendo detrás de él. Todos le seguimos.

Perseguimos a Max por los pasillos pero era demasiado rápido. Tampoco ayudaba el que los pasillos del instituto fueran como laberintos. Max corría muy rápido, demasiado para ser normal.

—Usa sus Orbek—dijo Sam mientras corríamos pasillo a pasillo. Llegamos a una bifurcación de pasillos. Uno hacia la derecha y otro hacia la izquierda.

—¿Qué hacemos?—pregunté.

—A partir de aquí cada uno a lo suyo—dijo Liv—lo siento pero necesito ganar.

Liv echó a correr hacia la derecha y Alex hacia la izquierda. Me quedé en medio del pasillo con Ana y Sam. Ana suspiró y echó a correr por la misma dirección que Liv.

—No te dejaré—dijo Sam a mi lado.

Le sonreí y decidí ir por la izquierda. Tras varios metros de pasillo ví como de una de las taquillas sobresalía un trozo de tela.

Me acerqué a la taquilla y la abrí encontrándome a Max metido dentro. Éste al verme me tiró al suelo provocando que me diera un fuerte golpe en la cabeza y salió corriendo. Sam salió corriendo detrás de él maldiciendolo.

Me sobé la cabeza muy mareada y ví como Alex llegó a mi lado.

—¿Hacía donde ha ido?—preguntó.

Le señale el pasillo de enfrente y salió corriendo.

—No me ayudes no—dije irónicamente intentando ponerme en pie.

Liv apareció a mi lado y me preguntó exactamente lo mismo que Alex. Le señalé la dirección y salió corriendo.

—Hijos de puta—dije y Loki y Luca aparecieron y me ayudaron a levantarme. Les sonreí y estos desaparecieron.

Caminé hacia el pasillo dónde se habían ido todos y seguí los gritos. No tardé en dar con ellos.

La escena era graciosa: Max estaba en el suelo en una posición un poco extraña. Estaba siendo reducido por Alex el cuál tenía el brazo de Max doblado debajo de él impidiéndole moverse. Liv estaba encima de Max apoyada con una mano en su espada mientras que la otra intentaba abrirle la chaqueta para coger el libro. Sam los miraba fijamente.

—¿Qué hacéis?—pregunté una vez llegué enfrente de ellos—¿Jugar al Twister?

—Help me—dijo Max desde el suelo y rodé los ojos.

En un momento en concreto Liv consiguió el libro y salió corriendo.

—Oye tú—gritaron Alex y Max y salieron corriendo detrás de ella.

—Son gilipollas—dije con una mano en mi frente.

Sam y yo seguimos a Alex y Max y nos encontramos a Ana y Liv luchando en el suelo.

Ana cogía a Liv de los pelos y Liv le arañaba los brazos. Estaban chillando y gritándose insultos.

Max intentó meterse pero Sam le paró.

—No te metas que recibes tu también—le advirtió.

Max le ignoró y cogió a Ana de la cintura separándola de Liv. Ésta se levantó e intentó correr pero Alex le cogió el libro y salió corriendo.

—Joder—gritaron los otros y salieron detrás de él.

—Me estoy cansando ya de correr—le dije a Sam.

Éste sonrió y salió corriendo detrás de los demás. Corrimos escaleras arriba y llegamos a la sala de arte. Alex estaba en un rincón de la sala con el libro en la mano.

—El libro—dijo Max—y nadie saldrá herido.

—No pienso dártelo—dijo Alex.

—Parad ya—les pedí pero estos me ignoraron—los amigos no se pelean así entre ellos.

—Ya no somos amigos—dijo Liv y la miré—oh venga no seas cría. Esto es una competición. Pasaré por encima de quién sea necesario para ganar.

Miré a los demás y me decepcione. Todos pensaban lo mismo.

Entonces Elliot apareció delante de nosotros y dejó seis espadas en medio de la sala.

Todos corrieron a coger una espada y apuntaron a Alex.

—Mierda—dije.

La Caza de GreekdaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora