La curiosidad mató al gato

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-Entonces, ¿Quieres ganar la competición para poder traer de vuelta tu hermano? - me preguntó Olivia mientras daba un mordisco a su sandwich.

Estábamos los cuatro en el jardín de Henry. Llevábamos todo el día entrenando y habíamos parado a merendar.

-Si, murió cuando yo era pequeña – dije solamente.

-Entendible – dijo ella – yo quiero ganar por mi hermanita. Tuvo un accidente de coche y se quedo en coma – dijo con un susurro – no tiene buenos pronósticos.

-A mi me gustaría poder decirle a mi abuela una vez mas que la quiero – dijo Alex – pero me conformo con poder vivir bien sin necesidad de que mi hermano mayor trabaje para mantenerme.

-Entendible – dijimos Olivia y yo.

-¿Soy el único que lo hace para poder ligar? - Preguntó Max.

Todos rodamos los ojos y seguimos hablando durante un tiempo. Nos conocimos en esa caza en el instituto hace ya dos semanas pero para mí es como si llevará mucho tiempo conociéndolos.

-Oye Henry- dijo Max cuando este apareció en el jardín - ¿Cuántos candidatos más hay?

- Dos – respondió.

-¿Cuando los conoceremos? - Pregunto Alex.

-No lo se. No los estoy guiando yo – dijo con seriedad – aparte de mi hay otra persona que conoce de este mundo. Fue mi amigo durante gran parte de mi vida hasta que decidió convertirse en un villano. Si os entreno es para que os podáis defender de él. No tiene escrúpulos mientras consiga lo que quiera.

Todos nos quedamos en silencio.

-¿Lo que quiere es una chati? - pregunto Max y todos nos reímos.

Henry se puso aún mas serio y entró en la casa.

-¿La he cagado? -preguntó Max

-Desde que naciste – dijo Loki.

Los chicos volvieron al entrenamiento y yo me fui en busca de Henry. Estaba preocupada por él. Había sido un gran amigo para todos nosotros. Nos había guiado y me había dado de comer. Esa segunda cosa es la más importante.

Como no lo encontré en la biblioteca decidí subir al piso de arriba. En todas estas semanas que he estado en esta casa nunca había subido al segundo piso. Subí lentamente las escaleras y al llegar arriba me encontraba con una encrucijada: derecha o izquierda. Ambos lados tenían dos puertas dobles a cada lado.

Decidí arriesgarme a ir a la derecha. Pasé por la primera puerta doble y me encontré un pasillo que daba a otra puerta doble. Con cuidado la abrí y me encontré con una habitación matrimonial.

En el centro de la habitación había una cama matrimonial. Increíblemente grande. Tenía dos mesitas a cada lado y un armario en el fondo a la derecha. Al lado izquierdo de la habitación se encontraba un escritorio muy ordenado. Me acerqué por curiosidad y vi como uno de los documentos estaba lleno de colores. Líneas y circulos de colores. Como los apuntes del instituto. Leí el titulo: una maga es encontrada muerta en un parque en Greekdale. Habían signos de violencia en su cuerpo.

Asustada retrocedí y entonces fije mi vista en un marco de fotos que se encontraba en una esquina del escritorio.

Era una mujer joven. Tenia un cabello castaño claro muy largo y una gran sonrisa. Sus ojos verdes estaban llenos de alegría y luz. Cogí la foto para verla mas de cerca.

-La curiosidad mató al gato – dijo una voz a mis espaldas.

Sobresaltada me giré y vi a Henry en el marco de la puerta. Avergonzada deje el marco en su sitio.

-Al menos murió sabiendo – dije – perdón no quería ser cotilla.

-Se llamaba Melanie – dijo Henry con una sonrisa triste – íbamos a casarnos. La mataron para obligarme a hacer cosas que no quería. Querían que entrenara a los futuros candidatos para que ganaran y obtener ellos así el control del mundo.

-Es horrible

- Y lo mas horrible – dijo Henry – fue que quien la mato era mi mejor amigo. Aquel que ahora esta entrenando los dos candidatos que quedan – hizo una pausa y dijo el nombre – Raphael.

Me quede callada y decidí irme de la habitación. Antes de que saliera Henry me cogió del brazo.

-Cuida lo que mas quieres – dijo – el mundo es tan hijo de puta que te quita todo lo que has amado.

Salí de la habitación y me encaminé al pasillo. Una vez allí suspiré. Y decidida fui a bajar las escaleras pero algo me llamo la atención.

Un chico.

Un chico con el pelo castaño. No debía tener mas de 16 años. Estaba parado al fondo del pasillo mirándome fijamente. De repente, se giró y cruzo la puerta del fondo.

Muerta de curiosidad decidí seguirlo. Cogí una de las lamparas que había en una mesita en el pasillo únicamente por protección. Entre por la puerta que entro él y seguí por el único camino disponible. Al final de un largo pasillo se encontraba una puerta muy gastada. Abrí la puerta y me encontré con una sala muy peculiar. Estanterías adornaban las paredes de madera oscura. El suelo estaba recubierto de una moqueta gris muy sucia a mi parecer y en el centro de la sala había una mesa. En el centro de esa mesa había un libro.

Me acerque a esa mesa y fijé mi vista en el libro. El mismo símbolo que aparecían en los Orbek estaba presente en la tapa del libro.

-El libro de nuestra creación – dijo una voz a mis espaldas.

El bibliotecario estaba apoyado en el marco de la puerta mirándome fijamente.

-En ese libro esta recogido nuestra formula de creación – dijo.

-¿Como un libro de recetas? - pregunté.

-Exactamente – dijo y se rio – en esas paginas está nuestra vida. Si una de esas paginas es destruida, su Orbek correspondiente morirá – dijo y añadió – tranquila. Únicamente el dueño puede destruirlo. Y su dueño es Dale -dijo y se giro para irse – de momento.


La Caza de GreekdaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora