xxiv. la locura es una fuerza de la naturaleza, para bien o para mal

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Esa voz provoca que me quede helada en mi lugar, maldiciendo mi suerte. ¿Qué hace él aquí?

Volteo con sorpresa, encontrando a Alistair.

—Vas de cacería, ¿puedo acompañarte?

Enarco una ceja ante su petición. —No —respondo tajante. Ni lo pensé, era un rotundo «no».

El nómada da unos pasos acercándose a mí, al mismo tiempo que inconscientemente yo retrocedo. Alistair sonríe ante esto, es una mueca extraña, sus bermejos ojos relucen joviales; me incomoda que esté dirigida hacia mí. Hay solo un par de personas circulando por la misma calle que nosotros, pero por supuesto, ninguno se detiene a ver. Vuelve a dar otro paso, pero se frena cuando un gruñido sale de mi garganta, no puedo contenerlo y si continúa aguijoneando de esa manera no me voy a sentir culpable por arrancarle un brazo.

Mi congénere de cabello negro alza las manos en señal de paz, sin borrar esa expresión burlesca de su pálido rostro. —Es muy fácil hacerte perder los estribos. Olvido que sigues siendo una recién nacida.

Me irrita que me llame así, antes de que mi cerebro lo registre ya le estoy enseñando los colmillos en plena calle, sin que me importe que haya testigos. Aunque afortunadamente no estamos a la vista de nadie.

—Tranquila —No se mueve, sigue con las manos levantadas señalando que no me lastimara. Pero mi cuerpo está tenso, alarmado ante cada pequeño movimiento que haga aquel vampiro. Son reacciones que no puedo dominar.

—¿Qué es lo que buscas? —farfulló, con la mandíbula apretada de furia ante mi poco control. Sin embargo, un escalofrío me recorre la espina dorsal cuando la idea de Garrett solo en el bosque se hace presente; Alistair me había rastreado y a pesar de su actitud pasiva, no sabía cuáles eran sus intenciones. ¿Y si se tropezó con Garrett primero? No dudaba de su capacidad de defenderse, pero el nómada europeo tenía más años y experiencia que mi padre. Yo contaba con la ventaja de que el nómada no podía permitirse un escándalo en medio de Seattle.

—Solo quiero hablar.

—Si vas a volver a decir que los Cullen me están usando para salvarse, mejor ahórratelo y no gastes saliva en idioteces.

Doy media vuelta, lo que quiero es alejarme de él y correr a cerciorarme que Garrett está ileso, empero me detiene su tono suplicante. —Por favor, seguir a los Cullen es un suicidio, los Vulturi no se detendrán a escuchar, menos cuando sepan de lo que eres capaz.

—Dime entonces, si eso es lo que crees, ¿por qué sigues aquí? —Le cuestiono.

—Me quede por ti, Katharina.

Declarar que me quedé atónita no alcanza a describir cómo me sentí en ese momento.

¿Qué?

—No podría irme, no sin ti. No sabiendo que corres peligro.

Su mirada rojiza se clavó en la mía, sus ojos buscaban algo en los míos, pero no tengo ni idea de que podría reflejarse aparte de la absoluta confusión.

¿Qué se supone que diga?

Él de nuevo se acercó unos pasos y en mi aturdimiento lo permití. Creo que lo tomo como una buena señal porque sonrió.

—Ahora lo ves, ¿cierto? 

—No, no, me estás malinterpretando. Yo no m...

—Sé que te preocupa Garrett, estoy seguro que nos alcanzará en cuanto él vea que decidiste irte conmigo. No tiene otra razón para quedarse.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2022 ⏰

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Red Moon ━ Edward Cullen ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora