vi. algunas promesas estan hechas para romperse

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Garrett y yo decidimos alejarnos de la casa, al menos por esa tarde, tanto como para darle espacio a Edward como para discutir libremente nuestra situación. Un lector de mentes lo ameritaba.

Antes de venir a Forks, Garrett y yo habíamos acordado mantener en secreto mí habilidad pero no habíamos siquiera imaginado que alguien tuviera el don de Edward. ¿Por qué, cómo mantener un secreto de un lector de mentes?

—Haber venido a Forks no fue una buena decisión —habla mi creador. Yo le miro burlona.

—No había forma de saber que nos toparíamos con alguien como Edward Cullen.

Él suspira, por su pensativa expresión deduzco que no está nada contento con el vampiro. —Vaya caso especial que es.

—Es protector con su hija, lo entiendo. Y perdió a su esposa, su hija a su madre. Me identifico con su antipatía.

—Mi niña, creía que tú eres la representación hecha carne de la hostilidad. Ese tipo te gana el puesto —No puedo evitar bufar ante su percepción de mi. A mí tampoco me gustaba estar alerta por todo, pero era algo que no podía evitar.

—Vamos Garrett un poco mas de empatía.

—¡Y la tengo! —refunfuña.

Yo sabía que si, lo que le molestaba era que el vampiro de cabello cobrizo la hubiese tomado contra mí. Y por supuesto que el sujeto tuviera la capacidad de leer nuestras mentes. Lo cual a mí también me preocupaba.

—¿Crees que lo sepa? —Le pregunto antes de comenzar a escalar uno de los pinos a nuestro alrededor. Tenía una manía por aplastar las piñitas que producían dicha planta cuando estaba ansiosa.

—No estoy seguro, Kath. Pero apostaría a que sí.

—¿Si? Yo no, de lo contrario habría dicho algo, ¿no? O habría intentado intercambiarme a cambio de la vida de Renesmee.

Si yo estuviera en su lugar, lo haría. Por ese querubín mitad humana.

—Bien puede no interesarle ni querer hacer tal cosa —responde luego de unos segundos en los que tardo en acomodarse de sentarse en la punta del árbol a mi lado.

—Uh, un golpe duro para mi ego.

Él continúa como si no me hubiera escuchado. —Carlisle es el alma mas bondadosa que he conocido en todos mis años en este planeta y eso te lo he dicho muchas veces Kath.

—Sí, sí, pero no conoces a todos los demás miembros del clan.

—¿Emmett te parece el tipo de hombre que entregaría a una mujer a cambio de salvar a su familia? ¿O acaso te lo parece Rosalie? ¿O Esme? —Me refuta con paciencia. Veo hacia donde se encamina todo esto pero quiero estar segura de que nadie nos delatara. No puedo permitir que Garrett corra peligro y eso es lo que pasara si los Vulturi se enteran de mi habilidad para persuadir.

—No.

—Sin duda Carlisle ha influido mucho en todo el aquelarre, pero independientemente de eso son buenas personas Kath.

—Entonces, continuaremos como si nada —declaro, un minuto después.

—Por favor, no existió nunca la posibilidad de irnos. Ya no hay fuerza en este mundo que te separe de esa niña —Se mofa.

—Oh cállate —Él se carcajea con fuerza ante mi silenciosa aceptación.

Sí, yo ya no podía dejar a Renesmee Cullen. Ya amaba a esa niña y no me importaba que tuviera que entregar mi libertad a cambio de su vida pero eso no implicaba que arrastraría a Garrett conmigo. Él era lo único que me quedaba y lo protegería con cada onza de mí ser aunque eso conllevara separarlo de mí. Solo requería una orden mía y él correría hasta el rincón más seguro del mundo sin siquiera inmutarse ni darme una segunda mirada. Solo bastaba una palabra y lo pondría a salvo.

Su brazo por sobre mis hombros me sobresalta. —¿En que estas pensando?

—En si ya podre ver a Renesmee, ¿crees que Edward me permita estar con ella otro par de horas?

Garrett adopta esa mirada. La que los padres ponen cuando te atrapan en una mentira, esa llena de sabiduría y que parece que te atraviesa las entrañas.

Urg. Odio esa mirada.

—Prométeme que no lo harás.

Estoy por jugar a la tonta y preguntar a que se refiere cuando veo que esa mirada se acentúa. No tiene sentido hacerlo.

—Promételo —sigue, ante mi silencio me acerca hacia él y coloca un beso en mi sien—. Katherine, prométemelo.

Su tono de suplica me desarma y asiento mientras me aferro como un mono a él.

Perdóname, pienso.

Ya había perdido a demasiadas personas en mi vida, perder a Garrett probablemente me volvería loca, realmente esperaba no tener que obligarlo pero si llegado el momento era necesario una promesa no iba a detenerme. 

 

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Red Moon ━ Edward Cullen ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora