Segunda parte de ~El Juicio de la Luna~ en versión NSFW.
Diez años después de haber cambiado de cuerpo y haber guardado en el olvido sus experiencias y recuerdos, alguien decide volver a enjuiciar a estos 8 egresados de la Academia UA.
Ships: Kamij...
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Kyoka apagó su auto y se bajó mirando hacia arriba el complejo de edificios; la luna aún iluminaba el cielo y eso la hizo sentir algo intimidada pero se sentía abrumada por todo lo que tenía en la cabeza y en el pecho; si aquello había sucedido ella tenía que hablarlo con el rubio así que le marcó.
- ¿Hola? –
- Ya llegué a la dirección pero hay 4 edificios aquí. –
- El tercero, piso 8, departamento C. –
- Ok. – Kaminari habló con calma y por lo bajo todavía y ella suspiró porque lo que menos quería era toparse con alguna mujer en paños menores en su departamento; ya sabía que era libertino y eso la hacía sentirse molesta, mucho más molesta. "Prefiero hablar en la calle, no me importa pero no con otra mujer ahí" Pensó en decirle que salieran pero cuando llegó arriba y se paró delante de su puerta el corazón estaba dándole tumbos de manera violenta. "¡Cálmate! Es el mismo Yamming yay de siempre" Pensó y entonces tocó; en medio segundo la puerta se abrió y lo vio. Kyoka sintió que le tembló todo el cuerpo pero no quiso mostrarse nerviosa.
- ¡Jirou! Pasa por favor. – Ella pudo ver como se le iluminó la cara al verla, que no perdió detalle de su faz apenas abrió la puerta, la examinó de arriba bajo y ella se sintió avergonzada por ello.
- Am... Kaminari yo... prefiero hablar esto en privado. –
- Bueno pasa. –
- Me refiero a que no haya nadie más. –
- Ah eso no va a poderse, pero no te preocupes, duerme. –
- Es en serio, podemos ir a alguna cafetería o algo. –
- Te preparo café. –
- ¿Tienes? –
- Si, pero pasa. –
- Es que... mira, ha pasado mucho tiempo y no quiero saber si estás con alguien o no... -
- ¡Jajajaja! Si estoy con alguien pero no como piensas; pasa y lo verás. –
- No quiero ver, ¿Cómo se te ocurre? –
- Jirou, no sé qué estás pensando, se trata de mi hijo. –
- Tu... - Se le fue el habla porque ella creía que era un rumor, un chisme que leyó una vez y que no se atrevió a preguntar a sus compañeros porque le parecía fuera de lugar pero no pudo evitar la cara de sorpresa. - ¿De verdad tienes un...? –
- Si, ahora pasa que no quiero que se meta el aire frío. –
- Lo siento. – Ella entró en el lugar y él cerró la puerta.
- ¿Quieres café? -
- Por favor. –
- Ok. – Él caminó a la cocina y ella se fijó entonces en las cosas de bebé en la sala, la maletita con motivos de ositos, el biberón vacío en la mesa y un par de juguetes; se descalzó sin poder creer lo que veía; y se descolgó su bolso pasándolo por encima de su cabeza para dejarlo en la mesa de centro a lado del biberón. "Quizás no me sorprende si él es tan... bueno..."
