~Tensión~

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El auto se detuvo afuera de una inmensa residencia en donde otros autos de prensa aguardaban

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El auto se detuvo afuera de una inmensa residencia en donde otros autos de prensa aguardaban.

- ¿Es aquí? –

- Si joven Shouto, es la residencia de los Yaoyorozu. –

- Es del tamaño de la manzana. –

- Esta es la entrada, la única de hecho. –

- Ok, entonces iré. – El chico se bajó del auto y caminó a la puerta acercándose al comunicador para tocar el timbre; pronto le respondieron del otro lado.

- Residencia Yaoyorozu. –

- Buenos días, soy Todoroki Shouto, busco a Momo Yaoyorozu, ¿Estará disponible? –

- La señorita Yaoyorozu se encuentra en casa, permítame un momento. – Entonces dejó de escuchar a la mujer del otro lado. El chico se giró con el chofer de su casa y se encogió de hombros. Dentro de la residencia Momo estaba encerrada en su habitación pues desde lo ocurrido en Paris no había querido salir, ahí le llevaban la comida y luego se llevaban la bandeja, una dama de compañía era la única que ella dejaba entrar a la estancia; ella le ayudaba a cepillar su cabello o con su ropa como si de la realeza se tratase; entonces esa misma joven apareció tocando su puerta.

- Señorita, hay una persona buscándola en la puerta. –

- Lo siento Nadine chan, pero ya sabes lo que debes decirle a todos los que me busquen. –

- Si lo sé señorita pero... si me permite el atrevimiento, creo que a esta persona si quiere verla. –

- ¿Por qué? – Dijo girándose en la silla de su escritorio y elevando la vista de su libro.

- Porque se trata de Shouto Todoroki san. – Y el libro cayó al suelo.

El hijo menos de Endeavor tuvo que esperar un poco pero no en la calle porque prontamente le abrieron la puerta, entonces entró caminando mientras el chofer de su familia le dijo que lo esperaría. El chico caminó mirando los grandes jardines perfectamente podados de la residencia de la dama. "Mi casa cabe dentro de esta muchas veces" Pensó el de hebras bicolores mirándolo todo, pero recordó la casa donde creció y pensó que esa cabía menos veces; pero aún así era más pequeña que el monstruo en el que acababa de entrar; no le sorprendía para nada la personalidad refinada y delicada de la chica. Una vez llego a la puerta de la casa que era una edificación con acabados dorados y altos ventanales, un mayordomo le abrió la puerta y lo condujo a un estudio en donde le pidió que esperara, luego le ofrecieron té y bocadillos pero él se negó; solo se quedó esperando mientras ojeaba la cantidad ingente de libros que había en ese lugar. "Esta mujer se pasa la vida leyendo" Aunque claro ese no era el estudio de ella, era uno de los tantos que había en la casa de la chica, pero él no lo sabía.

Por su parte Momo se arregló con la ayuda de su dama, esta le ayudó a elegir la ropa mientras ella se peinaba, así estuvo lista en unos 6 minutos y bajó a paso normal para no verse apresurada, pero lo cierto es que por dentro quería salir corriendo. Una vez se detuvo frente a la puerta respiró hondo mientras su corazón ya estaba demasiado acelerado para ser normal. "No te desmayes Momo, aunque han pasado diez años desde eso, no es como si él hubiese aparecido aquí casualmente y por la misma razón" Pero tenía que sacarse las dudas de encima o no iba a poder seguir su vida, de por si ya había vivido 3 días encerrada en su habitación tras lo acontecido en Paris, ahora aparecía la persona con la que más quería hablar. 

~El Nuevo Juicio de la Luna~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora