Un mismo cielo

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Sarah

Hill mantenía los ojos cerrados y los puños apretados mientras hablaba. En su voz podía distinguir la nostalgia que sentía. Según sabía él no fue muy feliz antes de renacer, pero incluso así había algo que lo hacía sentir añoranzoña.

—Ha habido ocasiones en qué he mirando al cielo y me he percatado de que se parece mucho al de donde vengo. El mismo sol, la misma luna, las mismas estrellas... Eso es una ilusión, ¿verdad? Siempre creí que era por ser un universo paralelo... Pero eso no tendría sentido, muchas cosas no podrían funcionar como lo hacen de ser así. Acá abajo las cosas sí se notan diferentes, pero  allá arriba...

—Tienes razón, hijo de la tormenta —le respondió Vordove, moviendo sus manos para crear nuevas figuras en la niebla—. Los padres del universo necesitaban un mundo que ya fuera viable para la vida. El la infinidad de realidades hay muchos, pero de entre todos solo ese poseía la sustentabilidad para mantenerlo por mucho tiempo, al menos el suficiente para que su propia fauna surgiera.

"Pero también estaba el problema de la sostenibilidad del propio planeta en la inmensidad del cosmos. Cómo bien dices, las reglas de este universo difieren con aquel del que provienes. Viendo esto, los dioses entonces usaron su poder para crear una copia a gran escala de ese lugar con algunas modificaciones para mantenerlo. Pero ni siquiera con eso fue suficiente, el planeta se desmoronaba poco a poco debido a la diferencia que mantenía con el resto...

—Me había preguntado algo —le dije. Ahora algunas cosas empezaban a tener sentido, pero necesitaba que me lo confirmaran—. ¿Por qué el dios de la tormenta sigue vivo? Antes dijiste que fue hecho con parte del mundo, ¿pero no ese mundo ya no existe? Entonces, ¿por qué seguía ahí, en el centro?

—Lo usaron para sostener la existencia de este mundo, como una batería gigante y monstruosa —completo Hill, atando también las piezas. Si bien el titán era una amenaza para el mundo, también servía para mantenerlo. Por eso Siel había conservado el núcleo de Hyperion, con la esperanza de que lograrán recrear un medio para tener al mundo funcionando ya sin tener que conservar al titán vivo.

—Si.

El semblante de Vordove se oscureció, pero parecía más triste que enojado.

—Usar su energía para mantener el mundo era la única opción que quedaba, todas las demás que intentamos no surgieron ningún efecto. El titán se había convertido en un dios y solo él poseía el poder para conservar la materia en su sitio y evitar que el mundo se desmoronara.

"Con el titán se creo la copia dónde ahora viven y este fue introducido a ella por los grandes, usando su poder para sellarlo, manteniendo las ruinas del viejo mundo cubriendo este para protegerlo del universo exterior. Ya en ese momento se encontraban débiles y sabían que no podrían mantenerlo así por mucho tiempo. Estábamos nosotros, pero existía la posibilidad que la historia de los Titanes se repitiera, por tanto, con sus últimas fuerzas hicieron el hechizo que vas a usar, joven Fell, dónde el alma de un dios nacería de un mortal, reencarnandose por varios siglos hasta estar lista para ascender, el mismo método que uso Siel para crear a la línea de sangre de Mía, pero a mayor escala y con mejores resultados ya que los nuevos dioses en teoría serían superiores a nosotros. Aquellos que al final logren que su alma se convierte en la energía de un dios dejarán sus cuerpos terrenales y se volverán seres muy parecidos a los grandes.

"Era un buen plan, pero se produjo una falla importante: los hijos de Siel, auquellos que debían mantener el equilibrio cuando nosotros no estuviéramos, murieron. Sin ellos ese método sólo es una apuesta arriesgada...

—Al igual que los otros —le respondió Hill, cortante—. Vordove, sé que no debería preguntar, pero dime, ¿cuánto tiempo tomara?

—Mas del que ninguno de nosotros dos veremos. Por eso está Sarah aquí, de entre todos los que están vivos en este momento solo ella puede mantenerse el tiempo suficiente para llegar a ese día y vigilar el legado. Es su tarea guiar a los que vendrán y al que será su líder en ese momento. Cuando el cuarto y último de ellos Nazca deberían ir al templo de los orígenes que ahora mismo está apareciendo en el cielo.

—Espera —lo interrumpió Hill—, ¿como que apareciendo? Cleam me dijo que Jun ya había entrado ahí...

—Los recuerdos del inmortal están alterados por Siel —le respondió Vordove—. Si bien el hijo antiguo de la tormenta supo como entrar, jamás lo hizo por el costo que esto conllevaba.

—¿Costo...? ¡Espera, Vordove! —gritó Hill en su inocencia—. ¿Que esta pasando ahora mismo arriba?

Vordove nos miró un largo rato a cada uno con una lástima visible en su rostro y también un poco de furia. A mi lado Hill comenzaba a temblar de miedo, pero no al dios sino a lo que estaba a punto de revelar. Yo sabía que diría, me lo advirtió varias veces de antemano, y por eso estuve preparandome mentalmente para ese momento, aún así saber que ya estaba pasando hizo que se me revolviera el estómago, pues gran parte era mi culpa. Indirectamente me había manchado las manos de la sangre de miles de inocentes, incluyendo a los que mi abuelo llegase a matar.

—Antes que nada recuerden que ustedes escogieron esto. Les advertí que cosas terribles pasarían... Xartos te dijo que lo mejor era que todos se fueran al mismo tiempo...

—Ve al grano.

—Ahora mismo se abrió el templo, causando un cataclismo en el mundo... Temblores, maremotos.. Las puertas hacia el viejo mundo no son algo fácil de abrir... Kein ya ha muerto y ha surgido el dios de la peste... Ya miles hemos muerto hijo de la tormenta y es algo que no se puede revertir, tendrás que llevar ese peso en tu espalda... Y muchos más van a morir en el futuro próximo, incluso aquellos que dijiste querer proteger. Es algo que a estas alturas ya no se puede revertir.

—¿A que te refieres con "hemos"? —lo interrumpí, pues algo ya tenía un tiempo molestandome y temía que mis suposiciones se confirmaran—. Vordove, has estado extraño desde que llegamos y recuerdo que mencionaste que solo un dios podría abrir la biblioteca. Con la experiencia he llegado a entender que nada es gratuito y acceder a viejas memorias selladas... Dime, ¿que diste a cambio?

—Mi vida, apóstol mío. Con lo que hablan es solo un reciduo que deje atrás. Se necesitaba la vida de un dios para abrir las puertas del templo al igual que se necesita del sacrificio de uno para cerrarlas. Escucha, hijo de la tormenta, no hay vuelta atrás, escogiste este camino y has de seguirlo al final, ya no hay otra opción porque si fallas todo desaparecerá.

"En este momento ya no puedo mantener la realidad de pie y solo queda mi hermano para hacerlo, pero en cuanto lleves a Siel al templo este morirá también... Y de ahí solo puedo decirte que, hasta que nazcan los nuevos dioses hay un peligro constante de que la realidad se desmorone, que el mundo sea destrozado y que el titan de la tormenta se libere... Por suerte para nosotros ahora mismo esto último no puede hacer mucho, ya que estando tan débil necesitaría un cuerpo vivo adecuado y los únicos son los de los usuarios de la tormenta y el único vivo eres tú...

Hill palidecio de golpe, como si algo se lo hubiera drenado apretó los puños una y otra vez intentando hablar, pero no parecía poder pronunciar ninguna palabra. Al final sólo logró que de su garganta se produjera una, funesta para nosotros, pues era lago con a lo ninguno de los tres estabamos preparados y que no lo sabía, pero marcaría mi primer acercamiento al que sería una de las pesadillas más constantes de mi vida.

—Sasha.

Theria: El templo de los orígenes. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora