La vida de Lucía era tranquila, estudiaba la carrera de sus sueños, tenia buenos amigos, una bonita familia. Hasta que llega una carta firmada por el Verdugo. Una carta que lo cambiara todo.
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Luego de desayunar, fuimos por mi auto y volvimos a casa de Eric, mantuvimos una acalorada discusión por que insistía en ir a la policía y yo sabía que era inútil, por lo que no pensaba ir.
Una hora más tarde estaba sentada en la comisaria, con mi hermano y mi novio esperando que la comisario interina me atendiera.
— Santillán— la mujer salió de su despacho y se paró justo frente a nosotros — Me enteré lo que pasó con García...— nos invitó a pasar a su despacho— Dígame que no vienen por esa larva...
Suspiré y saqué la carta que llevaba en mi bolso para dejarla sobre su escritorio — No lo sé...
La mujer se estiró para tomarla — Tomen asiento— señaló unas viejas sillas que había en la oficina — ¿Cuándo recibiste esto?— preguntó cuando terminó de leerla.
— Ayer, en el cementerio— baje la mirada.
— Lamento lo de su padre, también lo supe— la mujer nos miró a Adriano y a mí, ambos asentimos.
— El tipo estaba en el cementerio— Eric hablo por mí— Lucía lo vio.
— ¿Lo viste?
— Si, bueno no .Estaba vestido de negro, como la vez que me defendió en la universidad pero era quien estaba dejando la carta...
— ¿Tienes en mente quien pueda ser?
Negué en silencio, de verdad no tenía idea.
— Sentí un gran alivio cuando pensé que era Manuel, cuando salió con la condicional y no recibí más cartas, me sentí aliviada. Finalmente tengo una vida normal, pero evidentemente este tipo no está dispuesto a dejarme.
— ¿Qué podemos hacer?— preguntó mi hermano — Claramente la está amenazando, alguien quiere lastimar a mi hermana y le están pagando para ello.
La mujer suspiró y relajó la espalda en su silla. Nos miró de forma pensativa, pero no decía una sola palabra, cosa que me ponía sumamente nerviosa.
— Lo primero que podemos hacer es instalarte una aplicación de rastreo, esto no es algo que haga la policía ¿Si?— suspiro— es un consejo que te doy— tomó un papel y anoto un número de teléfono— comuníquense con él. Instalen una aplicación de rastreo en los celulares de los tres, de esa forma sabrán todo el tiempo dónde está Lucía — Anotó otro numero en otro papel— Este es mi celular personal, cualquier cosa extraña, otra carta o lo que sea quiero que me llames aquí... no vengan aquí— aclaro golpeando la mesa con un dedo.
— ¿Por qué?— preguntó Eric confundido.
— Señor Bain, esta comisaria está siendo investigada por corrupción— bajó notablemente la voz— fue removido el comisario pero los oficiales siguen siendo los mismos...
