Higuel Drabbles

22

Almas gemelas

Así como la vida parece tener a sus personas favoritas, aquellas a las que llena de todo tipo de privilegios y les da todo, también se ensaña con ciertas personas. Cómo si estuvieran destinadas, sin motivo aparente, solamente al sufrimiento.

Hiro Hamada empezaba a creer que él era uno de los segundos casos. De bebé había perdido a sus padres. Hace unos cuantos meses, su hermano mayor había muerto en un accidente. Ahora, estaba perdiendo al alma gemela que ni siquiera había conocido aún. Y sólo tenía catorce años.

Empezó una madrugada de noviembre. Hiro, que había estado despierto trabajando, sintió un fuerte dolor a la altura del corazón. Su marca, una flor naranja, ardía. Era casi insoportable, se levantó corriendo para ir con su tía.

Ella, que había pasado por lo mismo, lo tomó en brazos como un bebé. Lo llevó corriendo al hospital, incluso si no podían hacer mucho. Lo único que Cass deseaba era tratar de mitigar el dolor de su sobrino.

El médico de urgencias no pudo hacer demasiado. Simplemente, le administró un calmante al chico y lo dejó bajo observación. Una vez que el vínculo se rompe, no puede ser remediado. No existe forma de curar la muerte.

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Con el tiempo, Hiro aprendió a vivir sabiendo que ya no tenía un alma gemela. Su tatuaje, que antes era colorido, ahora era solo líneas negras sobre su piel. Era una marca de algo que jamás sucedió.

Terminó por acostumbrarse a esa sensación de vacío. De todos modos, no era como que tuviera una vida solitaria. Tenía a su tía Cass y a su grupo de amigos. Además, salía a citas con chicas o chicos de vez en cuando.

La vida sin un alma gemela no estaba tan mal. A sus veintiún años se sentía satisfecho con ello.

Al menos eso pensaba Hiro hasta el momento en que un nuevo alumno llegó a la Universidad para cambiarle la vida.

Era un chico, que parecía ser un poco más joven que él. Mientras ambos estaban tratando de tomar un libro de la biblioteca fue cuándo, después de años, volvió a sentir la conexión que creyó perdida. También sintió una punzada en el pecho. Una rápida mirada bajo su playera lo confirmó: Su marca, una flor de cempasúchil, había vuelto a tener color.

Pudo notar que el otro chico también lo sentía, ya que también él revisó la marca. Hiro alcanzó a notar los pétalos rosados de una flor de Sakura. ¿Qué clase de broma cruel trataba de jugarle el destino está vez?

—Esto no es posible... mi alma gemela murió hace años.—exclamó Hiro, con una mano sobre el corazón.

El chico suspiró, como si ya supiera que un día iba a tener que oír ese reclamo.

—Si te cuento lo que pasó, no me lo vas a creer.—le extendió la mano a Hiro—Soy Miguel Rivera.

Lo miró con desconfianza, sin embargo aceptó el saludo. Cuando sus manos se tocaron, sintió un leve escalofrío.

—Hiro Hamada. Y necesito explicaciones para ésto, por más inverosímiles que parezcan. Así que ¿Me acompañas por un café?

—Encantado, si no le cuento a alguien lo que pasó, jamás estaré tranquilo.

Miguel le sonrió, tenía una sonrisa linda. Hiro no podía imaginarse qué era aquello que había sido capaz de romper el lazo que debía unirlos. Pero tenía curiosidad, y aún si todo fuera mentira, estaba más que dispuesto a conocer a este chico.

Las almas gemelas podían irse al carajo.

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¡Hola!

Con este drabble ya llegué a la mitad del reto :,D y no sé si pueda terminarlo.

El prompt era "Almas gemelas"

Siento que podría ser mejor, pero bueno, aquí está.

Muchas gracias por leer~

Ciao!