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Ahí estaba el, con su pose de victoria, elevando la mano derecha y enseñando ambas joyas, se encontraba en la viga central de la torre Eiffel, abajo, en el suelo, estaban aquellos dos adolescentes, con heridas prominentes en sus cuerpos, viendo hacia arriba, ella con irá, el con dolor, ya nada importaba, todo estaba dicho.

─Creanme que después de esto todo va a ser diferente, Adrien no llores, tu tampoco Marinette, ya nadie va a sufrir, se terminó, gane, y traeré paz, tranquilidad y amor─ menciono el llevando su mano izquierda a la palma de la derecha, de ella tomo el anillo, y lo coloco en el anular derecho, luego tomo el arete y con sus dos manos, los acomodo uno en cada oreja suya ─Nooroo. . .Duusu, descansen─ el villano se desenmascaro solo, mostrando por primera vez su rostro, las emociones de los héroes cambiaron, ahora el estaba enojado, ella sorprendida y confundida

─¡Detente!─ suplicó el

─¡No sabes lo que haces!─ agrego ella

─Ya no hay vuelta atrás, debo arreglarlo todo, debo solucionar el caos que cause, tengo que asegurarme de que ustedes, que todos, se olviden de quién soy, que Emilie jamás se haya ido y que Nathalie jamás arriesgue su vida─ deja de ver a los héroes y mira al cielo ─Tikki, Plagg UNIFIQUENSE

Los dos seres mágicos fueron absorbidos por sus respectivas joyas, una luz cegadora envolvió el cuerpo del villano y luego, cual estallido salió una onda expansiva desde su cuerpo que lo rodeo todo.

Ahora había silencio y oscuridad, la nada misma, hasta que un sonido lentamente fue inundado el espacio que había quedado, lo oscuro se llenó de luz, una luz blanca cegadora que poco a poco se fue transformando en una imagen, era un rostro.

─Gabriel cariño, vamos, llegarás tarde a tu entrevista de trabajo─ menciono una voz, la dueña de ella era Emilie Graham de Vanily

─¿¡Cariño!?─ grito el sorprendiendola, luego se levantó y amarro sus brazos sobre su cuello ─Mi reina, estás aquí─ la besa

─¿Que paso Gabriel, te levantaste cariñoso?─ replicó ella entre risas

─Solo feliz de tenerte, ¿que me decías?─ el se levanta

─Que vas a llegar tarde para la entrevista de trabajo.

─¿De que hablas?, somos millonarios─ replicó el, ella río fuertemente

─Nada me gustaría más que ser millonaria, vivir en una enorme mansión y tener una asistente, pero al contrario, vivimos honradamente en un departamento de dos ambientes─ musitó, el cae en cuentas de donde se encontraba

─¿Me recuerdas a dónde tengo que ir?.

─Siempre tan olvidadizo, calle le park 240─ camina a la puerta ─Tienes unos minutos para un cafe, apúrate

La rubia salió, y Gabriel se acerco a un armario, ni se comparaba con el que solía tener, era pequeño y solo albergaba un único pantalón color marrón, dos camisas blancas, y un saco celeste, el hombre se cambió mientras pensaba en todo lo que había sacrificado, no le importaba con tal de tener a su amor, pero jamás imagino una vida así, rápidamente salió de la habitación, y solo le costó medio paso para llegar al comedor, en donde su esposa e hijo ya se encontraban desayunando.

─Buenos dias─ saludo, la única que respondió fue su esposa, el chico solo miraba su tazón con cereales mientras hacía cara de asco ─Adrien, buen dia─ insistió

─Buenos serán para ti─ se levanta ─Mejor me voy si llego tarde otra vez Bustier me pondrá a limpiar toda la escuela─ toma algo que parecía ser un saco, se lo cuelga con un hilo y sale

─Entiendelo, necesita muchísimas cosas y esta semana apenas alcanzó para el desayuno, mí padre me dijo que dejara de ayudarnos─ baja la mirada y suspira

─No te preocupes, el trabajo de hoy es mío, y los voy a recompensar─ se acerca a un mueble, toma unas llaves y se camina hacia la puerta ─Te veo luego, te amó

Gabriel salió y estando afuera se topo con muchísimos carteles promocionando la nueva línea de perfumes de lo que parecía ser la modelo estrella de la ciudad e imagen de la marca Sun de la familia Sunblade, les mentiría si no les dijera que el pensó que eran una burda imitación de el y su hijo, creados por el deseó; rápidamente el platinado empezó a caminar, pensaba en todo, tenía sus recuerdos de su vida pre deseo, y nada era a lo que se acordaba, todo estaba tan diferente pero al mismo tiempo se sentía tan igual, donde se supone que debía estar su mansión, había un centro comercial, lleno de adolescentes viendo sus celulares, después de apreciar los alrededores, llego a destino, este era un lugar familiar, demasiado.

Ahí estaba la panadería Dupain-Cheng, era tres veces más grande que antes, más bien, era la cafetería Dupain-Cheng, tenía tres sucursales en toda la ciudad pero está era la más importante y hogar de los dueños, el Agreste tomo aire, trago saliva y empujó la gran puerta de vidrio, rápidamente fue recibido por Sabine, encargada y supervisora del lugar.

─¿Agreste cierto?─ el asiente ─Tres minutos tarde─ rodea sus ojos ─Escucha solo hago esto porque mí hija lo sugirió, pero no estoy nada contenta, si aspiras al puesto al menos deberías tener algo de interés

─Lo siento, tuve una pelea con mí hijo y salí más tarde, pero le juro que todo mí compromiso está con el lugar.

─Le voy a creer. . . Marinette me dijo que usted tiene gran talento para el diseño, y también me comentó que escucho de boca de su hijo que sabe hacer de todo, ¿es cierto?─ el asiente ─Lo pondré a prueba como mesero, pero también quiero que diseñe un nuevo logo para nuestra cadena, y nuevos uniformes para nuestros empleados, obviamente lo voy a contemplar como dos empleos diferentes

─Se lo agradezco mucho.

─Aquella puerta es el vestíbulo, cambiese y comience ya mismo.

El hombre se giró, suspiro y camino hasta donde le había sido indicado, para el, sentía que la mujer estaba siendo muy ruda, pero luego recordó sus formas a la hora de contratar gente y todo ese sentimiento se esfumo.

Mientras nuestro viejo diseñador de modas se adaptaba a su nuevo rol, del otro lado de la ciudad, una mujer enfundada en un ambo color azul claro, corría desesperada por las calles de la ciudad, sosteniendo un maletín blanco y rojo, las personas la veían correr y no entendían lo que sucedía.

Su nombre era Nathalie Sancoeur, de día enfermera, la mejor del hospital Le Coq, de noche, dama de compañía, y ojo, no lo hacía porque ella quisiera, sino que su sueldo de enfermera era tan malo, que debía pasar por eso para poder mantener a su hijo y brindarle todas las comodidades que el se merece.

Finalmente la mujer llego a destino, se trataba de un choque múltiple en la avenida principal, dos muertos, tres heridos y uno de ellos con problemas respiratorios.

─¡Gorilla!─ grito desesperada mientas se arrodillaba y abría su maletín ─¡Trae la camilla ya mismo, tengo que intervenirlo aquí o no va a llegar al hospital!

Su compañero, camillero y conductor de ambulancias del hospital, acato la orden y sin claudicar bajo la camilla, subió al accidentado y procedió a alejar a las personas para que ella pueda trabajar tranquila.

─Le tengo que hacer una traqueotomía o va a morir aqui─ empieza a intervenirlo, todos miran, fueron minutos decisivos, pero por suerte satisfactorios, todo salió como ella quería ─Muy bien, ahora sí podemos trasladarlos a todos─ se levanta, cierra su maletín, se quita los guantes y regresa a la ambulancia

─Increible la doctora─ menciono el jefe de policía dirigiéndose a Gorilla

─Doctora no, enfermera─ replicó el ─Y es la mejor que tenemos─ agrego levantando la camilla

Está escena termina con ambos yendo a toda velocidad dentro de la ambulancia de regreso al hospital, así es como comienza esta nueva aventura y esto solo es el principio, aún quedan muchísimas cosas por ver.

Miraculous: ChangesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora