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Nathalie y Gabriel llegaron a la casa de la enfermera, ambos se pararon frente a la puerta de entrada y se miraron, la mujer sonrió y atinó a entrar, pero este la tomo por la muñeca.

─Creo que debería pasar contigo, créeme.

─Esta bien, ven.

Los dos suben, ingresan dentro del departamento, ella se va hacia el final y el se asoma por la ventana, en la vereda de enfrente, justo a la altura del edificio, se encontraba aquel misterioso hombre que había visto en el hospital.

La pelinegra regreso, vistiendo ropas comunes, tenía una musculosa negra, unos pantalones holgados rojos y unas sandalias, cansada se tiró sobre un sillón y miro como Gabriel observaba el exterior.

─¿Que miras?.

─Aquel hombre que vi antes está aquí, por eso subí. . .

─Debe ser Estephan─ suspira ─Maldito

─¿Que quiere contigo?.

─Que trabaje para el.

─¿Y por qué no?─ la mira

─Es un proxeneta─ el contrario de asombra ─El~El me metió en esto, y me embarazo luego se fue y ahora pretende que trabaje para el o se llevará a Thiago

─¿Lleva su apellido?.

─No, el mío, y eso empeora todo, las leyes en este país son un desastre─ se acomoda el pelo

─¿Y si te ayudo con eso?.

─¿Que pretendes hacer, tomar cargo por el?─ ríe ─Tu esposa va a matarte si se entera, ya estás haciendo suficiente

─Emilie va a entender─ se acerca ─En la otra vida te quería mucho

─Bien lo dijiste, en la otra vida, ya no soy una dulce asistente ejecutiva, soy una prostituta y cualquier mujer por más buena que sea, nos odian, ¿pero que culpa tenemos nosotras de que sus maridos nos vengan a buscar?, es trabajo, y el trabajo no se niega.

─Como siempre tienes la razón─ se sienta

─¿Puedes dejar de actuar como si de verdad nos conociéramos?, es raro, lo que pasó, paso, ya no existe, olvídate de eso, ¿por qué sigues viviendo en ese mundo que te empeñaste en borrar?.

─No lo quería borrar quería que todo quede igual pero con ella en mí vida, no esta locura, quiero mí mansión, a ti, no esto que ni siquiera se lo que es.

─Te lo mereces, no se puede jugar con la vida como si fuera un vídeo juego que reseteas cada vez que quieres─ se levanta ─¿Café?

─Por favor.

Los dos se van a la cocina, ella pone la tetera y se sienta frente a Gabriel, este estaba distraído admirando la decoración del lugar.

─No veas todo como si fuera lo más raro del mundo.

─Es que tiene tu toque. . .

─¿En qué quedamos?.

─¿Que, acaso no es tu toque?.

─Bueno si, pero estás indirectamente hablando de la otra vida─ desvía la mirada ─Lo haces lucir como si hubiera sido mejor que esto. . .

─Lo era.

─¿Y entonces?.

─No sabes lo que se siente vivir día a día con el saber que nunca vas a volver a ver a la mujer que amas.

─¿Y que haces aquí?.

─Es diferente, puedo estar contigo, pero cuando me vaya iré con ella, dormiré a su lado, antes, mis días estaban vacíos y por más que me esfuerce jamás la volvería a ver, a tocar. . .era muy difícil Nathalie.

─¿Tan increíble es está mujer?.

─Lo es.

─Sabes que hay cientos de mujeres allí afuera, podrías haber escogido a cualquiera, el amor se hace, no se nace, ¿tan obtuso eres?─ el ríe

─Si, me lo has dicho muchas veces. . .

─Menudo tonto.

La tetera hierve, ella se levanta y prepara el café, luego vuelve con las dos tazas que hizo y un plato con macarons.

─Arandanos, que harías sin ellos, debí desear que no existan─ come un poco

─Eres diabólico, vienes de dar cátedra sobre amores que ya no están y me quieres quitar a mis adorados arándanos─ hace una mueca de enojo

El se pone melancólico y baja la mirada, ella lo mira y se queda en silencio, luego lo toca, este la mira, los dos se quedan así durante varios minutos.

─¿Cómo éramos en aquel mundo tan increíble?.

─Bueno, eras la asistente ejecutiva de la marca más importante de moda que tenía Francia y el mundo, todos temían, con solo mirarlos los hacías temblar. . .cuidabas de mí hijo, y eras mí mano derecha, en todo.

─Y mírame ahora, aquí, marginada─ toma un poco de café ─¿A qué te refieres con todo?

─Bueno, yo me volví ermitaño, no salía de casa, asique tu ibas por doquier representándome─ ella lo interrumpe con una carcajada

─Perdón me imaginé yendo como idiota por toda la ciudad sosteniendo una tableta en videollamada contigo─ bebé más café

─Bueno. . .así era─ sonríe

─La paga debía ser muy buena.

─Sabes el dinero no era problema, digo, si tenías tu sueldo, era muy bueno, pero no lo usabas, vivías conmigo y mis lujos eran tus lujos.

─¿Tu y yo?.

─No─ desvía la mirada ─Buenos amigos, muy buenos

─Ya veo. . .porque no cualquiera deja vivir a su asistente así como tu cuentas que yo vivía─ agarra un macaron ─¿Y como hiciste todo esto?

─Bueno. . .hay unas joyas que se llaman miraculous, yo tenía dos de ellas, y las use para conseguir otras dos, las más poderosas, representaban a la creación y la destrucción, es así como lo logré después de años de sacrificio.

─Suena como si hablara con alguien que está drogado─ ríe ─Pero aquí estamos. . .¿yo sabía?

─Si, me ayudaste mucho, hasta te volviste mí compañera, tus planes eran formidables, y debo admitir que fue gracias a ti que lo logré.

─De nada. . .pero podrías haberme dado una vida mejor─ lo reto

─Juro que no pensé que todo esto iba a pasar, créeme que habría hecho las cosas muy diferentes.

La puerta se siente a lo lejos, dos risas invaden el lugar, rápidamente se acercan a la cocina y por la puerta aparecen los dos adolescentes, los cuales se sorprenden de ver a los adultos.

─¿Que es lo que haces aquí padre?─ pregunto el rubio

─Nada solo conversaba con la señorita Sancoeur, ya me iba─ se levanta

─Gracias por todo Gabriel─ replicó ella levantándose

─¿Vienes hijo?.

─Hoy me quedare aquí, te veo mañana.

─Esta bien, buenas noches entonces─ sonríe y sale, Nathalie lo sigue

─Esto es raro─ comento Thiago

─Muy raro─ agrego el de ojos verdes

─¿Por qué tu padre querría conversar con mí mamá si no se conocen casi?.

─O si lo hacen y no dijeron nada.

Nathalie regresa, los dos se quedan callados, la observan, se veía relajada y algo contenta, eso no pasaba, generalmente venía muy cansada del hospital y se encerraba en su habitación.

─Pidan lo que quieran para cenar, estaré en mí cuarto─ toma una manzana y se va

Los amigos intercambian miradas y luego se van al cuarto del pelinegro para seguir con la conversación, algo pasaba entre estos y debían averiguarlo.

Miraculous: ChangesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora