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Al día siguiente Gabriel despertó estando mucho mejor, Nathalie fue la primera en visitarlo, se aseguró que nadie estuviera cerca y ahí aprovecho para hablar con el.

─Creo que todo esto es una crisis de estrés─ menciono en todo calmado mostrando como los nuevos exámenes daban sus signos vitales en completa normalidad ─Tienes que olvidar lo que viviste, olvidarte de mí y concentrarte en esta vida o te veremos seguido por aquí

─No recuerdo nada, ¿hice o dije algo?.

─Muchas cosas, anoche me llamaron porque estabas gritando desesperado mí nombre, y cuando llegue aquí llorabas y me pedías perdón.

─Creo que ya recuerdo. . .

─No se que tipo de relación teníamos en la otra vida, pero tienes que superarlo, hiciste todo esto para estar con Emilie, entonces ve con ella, deja de buscarme.

─Ya te dije éramos buenos amigos, nada más.

─¿Y entonces por qué está obsesión conmigo?.

─Arruine tu vida, ahora eres─ se queda callado ─Me duele eso, tu eras una mujer honrada y respetada, muchas querían ser como tu, por mí culpa perdiste todo eso, perdiste más que eso, eres miserable y nunca me lo voy a perdonar

─Ya está Gabriel, no puedes volver atrás, lo hecho, hecho está.

─Lo se. . .

─¿Si tanto te cuesta vivir con ella, de verdad la necesitabas?.

─No es eso, quiero mí vida de regreso, quiero mí mansión, mis lujos, te quiero a ti, no soporto despertar en la mañana y no verte, me duele trabajar solo sin tu asistencia, extraño tus concejos, tus retos, y hasta el odioso sonido de tus tacones sobre el mármol─ suspira y la contraria se sonroja ─¿Por qué el deseo tuvo que cambiar todo?, solo tenía que revivir a Emilie nada más

─Dicen por ahí que grandes tareas requieren gran responsabilidad, tal vez un deseo como ese requería un enorme sacrificio─ acomoda su cabello ─Debiste pensar antes si estabas dispuesto a pagarlo, ahora es tarde y tienes que vivir con eso, te lo vuelvo a decir, olvídate de todo y vive esta vida o el estrés te comerá vivo

─Voy a intentarlo Nathalie.

─Entonces prepárate, tienes el alta.

Nathalie dejo la habitación, camino por el extenso pasillo hasta que llegó en donde estaba Emilie, allí le informo que podía llevarse a Gabriel y luego dejo el área, la rubia sonrió y fue hasta la habitación, en ella vio como Gabriel tomaba sus ropas y se vestía, rápidamente se acerco y lo beso apasionadamente, como si tuviera que demostrar algo, al separarse lo ayudo y ambos salieron caminando de esa habitación.

La rubia se lo llevó de regreso al departamento, en donde cuido de el, lo lleno de mimos y cocino su comida favorita, el hombre de sentía muy feliz, pero al mismo tiempo vacío, todo lo que había mencionado anteriormente, le hacía más falta que nunca.

Por otro lado Nathalie estaba en su oficina llenando algunos formularios, en ese momento sintió un gran vacío dentro suyo, su corazón dolía como si alguien clavara diminutas agujas en el, en ese instante recordó toda la conversación con Gabriel, era extraño, no sabía si al fin había caído en sus delirios, o todo lo que esté le dijo, que lo había dicho con tanta pasión, que alcanzó a tocar su corazón, ahora se sentía vacía, inútil, necesitaba que alguien la trate así de especial, pero cuando pensaba en su vida no había nadie más que su adorado hijo.

La puerta de la oficina fue golpeada por alguien, la mujer tomo aire, suspiro y permitió el acceso al lugar, al ver de quién se trataba, su cuerpo se paralizó de una forma horrible, parecía una niña pequeña viendo una araña cerca de su cama.

─Pero miren si es Nathalie, la dulce y tierna niña, tiempo sin verte.

─¿Que hace aquí señor Graham?─ se animó a decir mientras temblaba

─Mi hija no deja de molestarme, y ahora que sabe bien quien sos, no tengo más opción que intervenir, sigues tan linda como hace 30 años─ un escalofrío recorrió el cuerpo de la teñida mientras el hombre se sentaba frente a ella ─Mira los problemas matrimoniales de Emilie no me interesan, pero cuando me dijo tu nombre no me resistí, ninguna es como tu, tan dulce, tan tierna y obediente

─Váyase por favor─ suplico nerviosa mientras sus ojos se cristalizaban

─No me voy a ir, es muy pronto, primero me tengo que asegurar que no vas a acercarte a Gabriel, y segundo, tampoco me voy a ir si no tenemos un re encuentro─ sonríe y acerca su mano hasta Nathalie para tocarla

─Le juro que no me acercaré a el, pero no me pida eso, se lo suplico, no quiero tener nada con usted, ahora puedo decidir, ya nadie me va a obligar.

─Eso me encanta de ti, crees que tienes el control, pero eres solo una niña asustada, te haré las cosas  más sencillas, se que tienes un hijo y que el padre es el idiota de Estephan, si te acuestas conmigo y me haces gozar como cuando eras joven, te prometo deshacerme de ese cretino para que no te moleste más, ahora sí te negas, algo le podría pasar al dulce y tierno Thiago, no te olvides que el mundo de la prostitución no discrimina los géneros─ sonríe

─Eres un asco.

─Tu elijes Nathalie, siempre fuiste inteligente, eso no lo olvido.

─Esta bien─ replicó rendida ─Pero una vez, y quité a Estephan de mí vida para siempre

─Todo de pende de que tan bien me lo hagas pasar, pero si, no te preocupes, será solo una vez, y tus problemas se solucionaran siempre y cuando te alejes de Gabriel.

─Hecho, ahora váyase.

─Pasare por ti a las nueve.

Se levanta y sale, Nathalie espera unos segundos y luego empieza a tirar todo lo que tenía sobre su escritorio, a romper fotos y jarrones que decoraban la oficina, después tiro su silla y se largo a llorar, estaba llena de impotencia, no podía creer que su vida podía empeorar cada vez más.

Miraculous: ChangesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora